El gobierno de Portugal ha caído por esto

El Gobierno de Portugal ha caído por un comportamiento poco ético de su primer ministro, Luis Montenegro.

Pero ¿qué ha sucedido exactamente en Portugal y hasta qué punto un comportamiento similar en España habría hecho caer al gobierno socialista de Pedro Sánchez? Veámoslo.

Desde hace menos de un año, concretamente desde abril de 2024, el primer ministro de Portugal ha sido Luis Montenegro, líder del Partido Socialdemócrata de Portugal, el equivalente luso al PP, pero allí sin ocultar desde su mismo nombre su auténtica ideología, la socialdemocracia.

Sin embargo, la mayoría parlamentaria de Luis Montenegro era bastante frágil.

De los 230 diputados que tiene el parlamento luso, apenas controlaba 80.

El Partido Socialista portugués, el equivalente al PSOE, tenía 78 y chega al equivalente a Vox, 50.

Pues bien, ayer el primer ministro de Portugal había planteado una moción de confianza, una petición de confianza a la Cámara de los Diputados, y la perdió, porque tanto el Partido Socialista portugués como Chega votaron en contra, le negaron la confianza al gobierno luso y, por tanto, Luis Montenegro ha caído como primer ministro de Portugal.

¿Y por qué le denegaron la confianza? ¿Por un caso flagrante de corrupción en el que estuviese envuelto el primer ministro socialdemócrata? Pues no.

Le denegaron la confianza por un comportamiento político poco ético.

Y es que en el año 2021, cuando Luis Montenegro ejercía de abogado y estaba fuera de la política, Montenegro creó una empresa privada, Spinunviva, y a mediados de 2022, cuando fue elegido presidente del Partido Socialdemócrata portugués, transfirió, vendió, esa empresa que había creado un año antes, a su esposa y a sus hijos, de tal manera que él no retuvo ninguna participación en el capital social de esa empresa privada.

¿Y a qué se dedicaba esa empresa privada, Spinunviva? Pues, básicamente, a prestar servicios de tratamiento de datos a otras compañías privadas de Portugal.

Y aquí es donde justamente arranca el comportamiento poco ético que ha provocado la caída del gobierno portugués.

Y es que desde el año 2021, prácticamente desde que se había constituido esta empresa, Spinunviva, uno de sus clientes había sido otra compañía, Solverde, que es una empresa concesionaria, es decir, que recibe concesiones públicas, en el sector del ocio y del juego, por ejemplo, en los casinos.

Hasta aquí nada demasiado sorprendente, porque el propio Luis Montenegro había proporcionado asesoría jurídica a Solverde entre el año 2018 y el año 2022, hasta que entró en política.

Por tanto, tiene sentido que si Montenegro mantenía una relación más o menos cordial y estrecha con esta compañía, con Solverde, también les colocara los servicios de tratamiento de datos que ofrecía su empresa recién constituida, Spinunviva.

Por tanto, ¿dónde está el problema? Pues que la prestación de servicios de Spinunviva a Solverde no se interrumpió en el año 2022, cuando Montenegro vendió esta compañía, Spinunviva, a su mujer y a sus hijos y entró en política, sino que ha continuado desde entonces hasta el día de hoy.

Solverde pagaba mensualmente 4.500 euros, tampoco pensemos que se trataba de una millonada, 4.500 euros al mes a Spinunviva por los servicios de tratamiento de datos que le proporcionaba.

¿Y dónde está el problema? Pues en lo que hemos dicho, que Solverde es una empresa privada que recibe concesiones públicas.

Y aunque Montenegro, como primer ministro, no haya participado en ninguna decisión para otorgar o renovar concesiones públicas a Solverde, se considera que es inadmisible que un primer ministro esté recibiendo pagos en una antigua empresa suya por parte de otra compañía que es concesionaria del Estado.

Y, además, Luis Montenegro está casado con su esposa en régimen de gananciales.

Por tanto, los beneficios que pudiese obtener Spinunviva, la empresa fundada por Montenegro y vendida en 2022 a su mujer y a sus hijos, en parte irían a perder.