La Gomera acoge una investigación sobre la violencia entre comunidades antiguas de la isla

Bueno, son las 11 y 7 minutos de la mañana en Canarias. Les cuento que la Gomera acoge una investigación para analizar la violencia física entre las comunidades antiguas de la isla. Es una investigación que se lleva a cabo en el Museo Arqueológico de la Gomera y examina los traumatismos en restos óseos para comprender la vida de las poblaciones prehispánicas en Canarias. Nos acompaña hoy en El Espejo Verónica Alberto Barroso, arqueóloga y una de las que forman parte del equipo, lidera prácticamente el equipo de investigación que ha impartido además varias charlas dirigidas a grupos reducidos en el Museo Arqueológico.

Verónica, buenos días. Hola, buenos días. Bueno, ¿qué supone esto? Es decir, ¿qué conclusiones podemos sacar de esta investigación? Bueno, este estudio forma parte de un proyecto más amplio que analiza las huellas de la violencia física entre las poblaciones aborígenes de toda Canarias. Y en este caso nos hemos centrado en la población de la isla de la Gomera.

Y bueno, hemos recuperado, hemos hecho el análisis y estamos obteniendo datos importantes no solo de las frecuencias de este tipo de lesiones en los cráneos, sino sobre todo cómo fue ese modelo de violencia. Estamos viendo que hay un patrón que es bastante característico de la isla de la Gomera, aunque todas las poblaciones, digamos, sus enfrentamientos los resolvían. Hay como, digamos, una tradición que comparten. Luego cada isla tiene un modelo, una forma de desarrollar esta violencia específica.

Y en el caso de la Gomera tenemos que hay una prevalencia muy alta de lo que serían los enfrentamientos cara a cara. ¿Lo que es eso? Bueno, lo del conflicto entre dos personas que se pelean y ejercen violencia y bueno, dejan traumatismos en el cráneo. ¿Cuáles han sido esas principales o las principales peleas que han detectado ustedes? Bueno, hay un porcentaje de huellas de violencia física bastante alto, en todas las islas ocurre igual, pero es una violencia que no es letal, que no busca la muerte del oponente, del contrincante, sino, bueno, pues digamos que hay que analizarlo como un mecanismo social a partir del cual se intenta resolver ciertas cuestiones o ciertos conflictos que puedan haber en estas poblaciones.

El modelo que vemos en la Gomera es el de violencia interpersonal y la huella más clara que deja es un modelo que diríamos ahora tipo boxeador, donde se fracturan y se producen traumas en la nariz, en las órbitas oculares y en los pómulos. Ya, bueno, ¿podemos o han conseguido ustedes digamos de alguna manera desvelar o revelar los indicios más significativos sobre la naturaleza de esa violencia en la isla? Bueno, tenemos que distinguir que la violencia que no es mortal es un fenómeno relativamente habitual. No quiere esto decir que se trate de una sociedad más violenta que cualquier otra del pasado, ni que estuvieran todo el día en enfrentamiento, pero como decía, sí es digamos un mecanismo social al que recurre.

Y luego tenemos unas proporciones, que son bajas, que no son altas, de violencia letal, de violencia que sí provoca la muerte. Entonces eso nos proporciona escenarios distintos de violencia, pues una como algo un poco más cotidiano, algo un poco más habitual en su experiencia cotidiana. Y luego tenemos una serie de conflictos que son más graves y donde la violencia que se ejerce es mucho más severa y la consecuencia es la muerte.

Entonces, digamos que bueno, que eso nos sitúa ante distintos escenarios donde estas poblaciones se ven inmersas y tienen que resolver. También vemos que hay diferencias entre hombres y mujeres. Entonces todo eso nos posiciona ante hechos donde la violencia física se ejerce, pero que digamos que son provocadas por diferentes razones o por diferentes motivos. Son diferentes escenarios de la violencia. ¿Se puede deber a un componente organizativo de la sociedad humana en la isla o no? No, no, sí, sí. La violencia siempre es cultural, siempre, en cualquier sociedad del pasado.