
La guerra que no acaba tras la victoria: violencia y control social

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Jorge Marco argumenta que la derrota del ejército republicano no marcó el fin del conflicto, sino que transformó un enfrentamiento convencional a otro irregular. La magnitud de la represión fue tal que provocó una reacción en cadena que propició la aparición de los grupos guerrilleros y, con ello, la lógica de la violencia de contrainsurgencia, de campos de batalla abiertos a áreas aisladas de montaña y combates clandestinos en las ciudades. Jorge Marco
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Tradicionalmente, la guerra de 1936 se ha entendido como una guerra que empezaba el 17-18 de julio de 1936 y que terminaba en abril de 1939.
Sin embargo, algunas historiadoras y historiadores defendemos que habría que redefinir esa cronología. Durante la Segunda Guerra Mundial, Francia, el ejército francés, en una guerra convencional contra el ejército alemán, fue derrotada en junio de 1940 y ahí terminó una guerra de carácter militar convencional. Pero eso no significó que terminara la guerra.
Entre junio de 1940 y diciembre de 1944, que es cuando finalmente se produce la liberación de todo el territorio francés, va a seguir existiendo una guerra. No una guerra en términos convencionales, sino que en muchos casos una guerra de carácter irregular representada por la resistance. Al mismo tiempo que también va a haber otros actores de ejércitos convencionales que se van a ir incorporando.
Bien, esto que se entiende perfectamente en Francia, que la derrota en junio de 1940 no significó el final de la guerra, en España causa muchas dificultades y se piensa que la derrota del ejército popular en abril de 1931 supuso el final de la guerra. Algunos historiadores y historiadoras defendemos que esto no fue así y que en realidad lo que hemos hecho es asumir los discursos por un lado del franquismo, los discursos de la victoria del franquismo y por otro lado los discursos del antifranquismo y su derrota épica.
Bien, lo que voy a plantear hoy es que existe en cambio, deberíamos hablar de una guerra que se prolonga desde julio de 1936 hasta el año 1951 y 1952 con distintas fases militares, distintos actores militares que van a participar, distintas formas de guerra y que eso va a tener un claro efecto en las lógicas de la violencia, en los actores y perpetradores que llevan a cabo la violencia. Bien, dicho esto empezaré dando algunos datos generales.
Cuando hablamos de asesinados en esta guerra normalmente se suele establecer una cifra, las cifras siempre son controvertidas pero voy a dar cifras más o menos generales, que entre 1936 y 1939 en torno a 120.000, 130.000 civiles fueron asesinados por los franquistas en la zona franquista.
Después se suele hablar de que entre 1939 y 1950 más o menos, en torno a 20.000 personas más, fundamentalmente a través de los consejos de guerra, terminaron siendo fusiladas. Cuando hablamos de las lógicas de la violencia se suelen olvidar dos grupos muy relevantes. Uno, los combatientes que murieron en el frente, que también forman parte de la violencia, de las estrategias de violencia que se van a desarrollar durante la guerra. Se calcula que entre 1936 y 1939 va a haber aproximadamente 275.000 combatientes que mueren en el frente, más de la mitad de ellos republicanos.
Cuando hablemos de la guerra irregular, es decir, de los grupos de guerrilla antifranquista entre 1939 y 1952, se calcula que aproximadamente entre 5.000 y 6.500 personas fueron asesinadas por los franquistas, de ellos más de un tercio eran civiles. Todo ello sin contar aquellos que murieron en las cárceles debido a torturas, malos tratos, de las malas condiciones, hambre, etcétera, etcétera, cuya cifra en realidad no se ha podido establecer.
Una vez establecido esto, me gustaría simplemente empezar señalando cuáles eran los objetivos fundamentales de la violencia franquista, la violencia primero insurgente y luego denominada franquista, que fundamentalmente suponía un exterminio, estaba buscando un exterminio de todas las culturas políticas e identidades políticas de lo que el franquismo consideraba la antiespaña. Y dentro de ese saco podemos incluir socialistas, comunistas, anarquistas, liberales, feministas, nacionalistas catalanes, nacionalistas vascos, gallegos, etcétera, etcétera.
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