La historia de Souleymane-El drama de la inmigración en una de las más conmovedoras producciones de los últimos años

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La historia de Suleiman.

El cine francés parece un profundo conocedor de la realidad multicultural desde su perspectiva más agria con el aumento de la delincuencia y la implantación de la sharia islámica en algunos barrios de Francia donde la mujer es considerada una ciudadana de tercera hasta el lado más positivo como el rejuvenecimiento poblacional y la riqueza que supone el encuentro entre culturas.

El cineasta Borix Lochine, autor de tres películas, incluida esta, nos ofrece una historia singular en la que el director sigue a su protagonista por las calles de París en su recorrido como repartidor a domicilio, es decir, raider, encontrándose con todo tipo de clientes.

La obra en cuestión responde al título de La historia de Suleiman.

Queridos amigos de la radio, como sabéis he estado filmando en la Feria de Madrid, así que no puedes perderte mi libro La fe, la ética y los valores de los superhéroes.

El libro ideal para dar la batalla cultural con una sonrisa.

Su director tiene un manejo muy bueno del encuadre, como ese momento en el que sitúa a la cámara en un lugar alejado en el que el protagonista aparece en la distancia mostrándonos la pequeñez del ser humano y sobre todo su sensación de indefensión ante una realidad que le supera o cuando ofrece contrapicados para mostrar su abatimiento.

La mayor virtud de esta película es la naturalidad de los personajes en una historia que transmite verosimilitud, pues la mayoría de los actores no son profesionales.

Es más, el protagonista le dice a un activista político de izquierdas que se deje de mensajes políticos y le ayude a conseguir sus papeles sin mentiras en una de las cintas más ponderadas que hemos podido ver sobre la inmigración en los últimos años, pues el realizador no carga la mano en la brutalidad policial, sino mostrando a los policías como personas que se conmueven y que tienen que cumplir con su deber, pero siendo flexibles con la situación de indefensión de esas personas.

Esta producción permite el diálogo interreligioso al mostrar el lado más positivo de la fe islámica en una escena de gran belleza en la que el chico y la chica hablan de su vida, encomendándose a Allah.

La otra virtud es el final abierto que te parte el alma y que invita a la reflexión.

Esta producción destaca por la riqueza de puntos de vista que ofrece como esa persona que por miedo no permite que el repartidor se quede en su casa o ese ciudadano francés que acoge, atendiendo a su dignidad por tres minutos, pero de corazón, a ese chico, a ese repartidor.

O cuando vemos que un ciudadano africano le da una paliza a nuestro protagonista y se aprovecha de éste por su situación de irregularidad sin pagar su trabajo, sin pagar el trabajo realizado, o ese momento en el que personas altruistas ofrecen comida a ciudadanos susajarianos.

Esta producción viene avalada por haber ganado cuatro premios César, entre ellos el de Mejor Actor Revelación para el guineano Abu Sangare.

Además, esta película ha participado en la sección Certain Regard del Festival de Cannes 2024, ganando el Premio del Jurado y el Premio al Mejor Actor.

Por último, esta cinta denuncia el maltrato que se le da a estos repartidores a domicilio, al mostrar que si esa realidad ya es dura de por sí, cuando se tienen todos los papeles en regla, cuándo se te considera ilegal y no tienes derecho absolutamente a nada.

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¡Cine y libertad!