El hombre tranquilo (II)

Tonto nunca entendería tus sentimientos con el dinero el juego ella sonrió y son sintió una punzada en el pecho por qué la sonrisa era la sonrisa de un y y no podía estar seguro de si el desprecio era para el su hermano son pregunto a bill clinton nuevamente sin éxito pero entendiendo vagamente el objeto de su mujer y son le preguntó por tercera vez el tema se hizo famoso los hombres hablaban sobre ello y las mujeres también se hicieron apuestas al respecto en la feria o mercado si se veía son acercándose a b y c león los hombres se acercaba y las mujeres sean alejaban algún día tipo grande se adaptaría de ser preguntado y en una de sus terribles frías mataría al pequeño como lo había hecho con otros hombres una gran pena aquí aconsejaba no son que dejara de preguntar y pusiera el asunto en manos de un abogado no puedo hacer eso fue la única respuesta de son por extraño que parezca ninguno de estos consejeros prudentes estorbaban entre los amigos cercanos son sus amigos fruncir el ceño y hablar un poco pero siempre estaban cerca y siempre estaba entre ellos tobin por fin llegó el día en que vigilia se cansó de preguntar esa fue la feria de ganar de octubre listo él y él había vendido veinte cabezas de hornos angus a un buen precio era un de es duro y se hizo tarde de modo que los bancos estaban cerrados y no pudo hacer un ingreso tenía entonces un gran rollo de billetes en el bolsillo interior del chaleco cuando vio a son y el en acercarse a donde estaba negociando con mar tobin por unos semana de trilla además al oscurecer el día había tomado un trago o dos lados y el whisky le había aflojando lengua y lo que tuviera de discreción por todos los diablos era hora y tiempo de tratar de una vez por todas con este pequeño estaban o hacerlo ante todo el mercado cruzó al encuentro son y la gente salió de su camino y se acercó para no perder nada entonces peligroso lance cogió a son por el hombro encorvada un apretón desgarrador y se inclinó para sonreírle en la cara qué pasa pequeño amigo vergüenza preguntar no tobin fue probablemente el único