Horror De La Noche Horror De La Noche La Noche jueves 27-03-2025

Abre tu mente. Respira profundo. Permite el traslado dimensional de aquellos que ya han partido.

Estás a punto de ingresar al horror de la noche.

Señor Jesucristo, Redentor de los hombres, que en tu pasión quisiste soportar nuestros sufrimientos y aguantar nuestros dolores.

Te pedimos por el que está enfermo. Tú que lo has redimido. Aviva en él la esperanza de su salvación y conforta su cuerpo y su alma.

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Y buenas, buenas noches, gracias por estar ahí. Comenzamos esto ya es horror de la noche.

Les agradezco de verdad el que nos acompañen, el que estén ahí, el que nos compartan y por supuesto que hagamos juntos este ratito este espacio.

Comenzamos. La noche de anoche quedó pendiente, lo de Luis no llegó a la boda, entre otras cosas.

Pero ahorita seguimos, déjenme atender la llamada. Buenas noches.

Buenas noches.

Buenas, buenas.

Buenas noches.

Sí, buenas noches, bienvenido.

No, nomás para saber si estaba hablando la ranchera.

Ok, muy bien, sí efectivamente aquí estamos. Y sí está comunicándose a la ranchera.

Les decía, ayer estábamos platicando y estábamos escuchándonos en donde hay avistamientos, hay avisos, hay señalizaciones.

Y no me refiero de personas, ni de tránsito, ni mucho menos, sino a veces llegan esos parientes a darnos avisos.

Seguramente ustedes recordarán, quiero pensar, el relato que he platicado una y otra vez, que le pasó a la prima de un compañero de trabajo, donde pues llega una mujer a su casa, a su habitación, y le habla y le dice, necesito, quiero que vayas y, por favor, lleva este recado a mi familia.

Ella, la prima de mi compañero, hace lo encomendado y jamás la vuelve a ver.

Alguna vez les compartí el que venían unos hermanos, no es cierto, el de los hermanos venían de San Luis y se detienen pasando la curva de la M, y una mano desconocida va y les toca en la camioneta, ellos ven o buscan quien les había tocado y jamás se encuentran.

En otra ocasión, en la misma curva de la M, unos muchachos iban en vehículo y de pronto una mujer les dice que si se detienen para ayudar, porque se acababa de accidentar un vehículo, ella les dice, ¿saben qué? Está allá abajo, vayan y ayuden, está también una niña.

Los muchachos paran el carro, bajan a donde ella les indica, y ¿cuál sería la sorpresa? Que la mujer que previamente allá arriba en carretera les acababa de decir, oigan, un accidente, tal, tal, tal y tal, era la misma mujer que estaba ahí atrapada en el vehículo ya sin vida.

Y sí, efectivamente, junto de ella estaba una niña que seguramente requería que le ayudaran, posiblemente la hija de la señora estaba a su lado ahí en el vehículo.

Les acababa de avisar, ayuden, por favor, el accidente allá abajo, vehículo, ya no estaba.