

Description of El horror de Laponia (Cuento de Navidad)
En la fría Laponia noruega, el viejo Santa Claus se encontrará cara a cara con un horror primigenio surgido de la primordial oscuridad cósmica.
Este relato figurará en el segundo libro, aún en proceso de escritura.
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Buenas noches incauto oyente acabas de cruzar una puerta que tal vez no debería saber cruzado jamás no obstante sé bienvenido a los oscuros y genios parajes literarios de nuevos mitos tú el horror del apoyo el viejo santa estaba envolviendo los regalos que había preparado para todos los niños del mundo en su pequeña casa situada en las montañas de la pone a noruega sus duendes lo ayudaban a etiqueta los distribuirlos dentro del saco mágico mientras frutos y el resto de renos descansaban en su establo puesto aquella noche debían hacer un enorme esfuerzo por llevar la ilusión y la felicidad a todos los hogares uno de los duendes apartó de un manotazo dos arañas que se deslizaban por encima de uno de los regalos qué pasa últimamente con las arañas hay muchas se quejó uno de los pequeños y verdes ayudantes de santa klaus a lo que otros le respondió que quejarse menos y siguiese trabajando que había muchos regalos aún por etiquetas y distribuir el viejo santa mientras tanto repasar la mentalmente los deseos de todos y cada uno de los niños a los que iba llevarles lo que más anhelaban había regalos de todo tipo acordes con lo que le habían pedido en sus cartas papá noel amada con todo su corazón a todos los niños del mundo y a todos por igual les a los regalos que te diga sin embargo tenía especial debilidad por los niños de la pequeña aldea del mac este pintoresco tranquilo y amable pueblo con apenas tiene habitantes estaba relativamente cerca del aislada casar el viejo santa y era el único lugar del mundo en el que los niños conocía personalmente papá noel el repartidor de ilusiones siempre reservas para el final de su ruta mundial de reparto de regalos un par de horas antes del amanecer cuando los niños ya lo esperaban despierta de mundo que la noche del veinticuatro veinticinco de diciembre es una noche mágica para todos los niños del mundo pero era aún más emotiva para los niños el por además de los regalos podían ver abrazar y hablar con santa klaus que siempre recibía la ilusión el cariño de los niños con su pronunciadas sonrisa resaltada en los extremos por los bordes parqueados hacia arriba de su vigor sus ojos hacinados de felicidad y su característica risa o o o o sin duda si había algún lugar del mundo y algún momento concreto dónde y cuándo se concentraba algo así como la mayor felicidad ilusión y amor posibles es el lugar era nos nadie el con la visita de santa clavos así pues aunque pensaba en todos los niños del mundo el viejos santa tenía especialmente presentes en su mente y corazón a los cerca de treinta niños de final el pequeño axel de trece años el más risueño de todos siempre quería contarle los nuevos chistes que había aprendido durante el año el sensible dar vi de siete años que siempre se pone a llorar cuando le veía con el saco mágico la adolescente ancha de catorce años que aunque intentaba de simular su felicidad al verlo por eso de mantener una imagen de mujeres esta madura aún se le dibujada una mala escondidas sonrisa cuando santa la saludaba asomándose cabeza abajo por la chimenea la preciosa astrid de diez años que aunque amaba papá noel como cualquier otro niño y esperaba sus regalos con la misma ilusión lo que más le gustaba de esa noche era poder acariciar rudos y a los demás menos darles algunas golosinas y de superar sus suaves mejillas viejos santa pensaba en todos y cada uno de ellos pero ahora debería centrarse en la ruta mundial sigue envolviendo los regalos y dictando los nombres y direcciones de todos los niños a sus duendes que siguieron etiquetando y ordenando durante todo el día en un par de ocasiones santa tuvo que apartar algunas pequeñas arañas que rondaban cerca de los regalos e incluso una se le subió encima del gorro porque hace varios meses que han proliferado tanto las arañas se preguntaba mientras rudos el establo movía spas módico su oreja derecha al percibir inconscientemente el cosquilleo de ocho patas moviéndose sobre su piel llegó la gran noche todo estaba a punto el viejo santa cargo el saco mágico en el carro se despidió de sus duendes verdes tras agradecerles toda su ayudan los preparativos y les prometió un gran banquete
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