II- 31. Aprender a leer

Treinta y uno aprender a leer una de las cosas más importantes en nuestras disciplinas es la de aprender nuevamente a leer esa nueva lectura de los textos símbolo de otra apreciación de la vida y de las cosas incluye una actitud distintas respecto a lo que se le las lecturas con los que se nutre el neófito textos teológicos se inicia ticos exigen una adecuación especial para que actúen verdaderamente en la práctica podemos distinguir una lectura profana y superficial de otra profunda y sagrada estudiar un texto no es solo aprenderlo de modo literal o de memoria tampoco pasa sobre él sin comprenderlo sencillamente se trata de aprender a estamos acostumbrados a consumir lo que leemos debemos fijarnos atentamente lo que leemos sean de separar netamente los estudios metafísicos a veces un poco complicados o fatiga usos de la simple lectura a la que habitualmente estamos acostumbrados esta nueva lectura que le indicamos es también un rito una ruptura de nivel y la creación de un nuevo mundo de símbolos y conceptos con el consiguiente abandono del espacio y tiempo de su situación anterior tómese el tiempo necesario y vuelva sobre lo leído esfuerces e igualmente por grabar un archivo de imágenes ve acostúmbrese también a leer entre líneas recuerde que cada texto tiene unos tres cuando no cuatro niveles de lectura movimiento uno dejarse llevar totalmente por la lectura hasta introducirse en el mundo que se le ofrece movimiento de apertura disolución expansión movimiento dos medite sobre lo leído extraiga otra antes de hacerlo el sentido último de lo que se expresa movimiento de coagulación concentración movimiento tres establezca relaciones