¡INEDITO! Entrevista completa al Ufólogo y Caballero Rosacruz RUPERT (+)

Hola amigos, buenas noches y bienvenidos al último programa del lado oscuro.

¿Recuerdan que les habíamos hablado de que posiblemente habría un programa especial de fin de año? Pues efectivamente así ha sido.

Hemos querido buscar la persona adecuada para cerrar este año, el año 2010, un año lleno de noticias, de novedades y de gran impacto en muchos sentidos.

Y no hemos querido que sea todo totalmente malo, velado por la desgraciada crisis que vimos hace ya unos años.

Hemos contactado con una persona, él se llama Ruperto, es un español, reside en la zona de Alicante.

Y con Ruperto hemos entrado en contacto para hablar, pues no sé, pueden surgir muchos temas.

Todos ellos, por supuesto, siempre profundos.

Hablaremos del tema ovni, hablaremos de muchas cosas, incluso quizá de naturopatía, de ecología, del mundo de los animales.

Y todo de una forma sencilla, amena y agradable que ustedes pueden entender.

Sin más, vamos a presentarles a nuestro amigo, el escritor e investigador Ruperto.

Ruperto, ¿cómo estás? Buenas noches.

Buenas noches a todos. Y yo estoy muy bien, encantado de estar aquí con vosotros.

Y oye, de comunicar a la gente ciertas cosas que a veces son agradables de explicarlas, porque hay mucho bulo con respecto a estos temas.

Entonces, de vez en cuando me gusta aclarar ciertas cosas para que la gente comprenda y cuadre en ellos ciertas cosas que antes se habían planteado.

Efectivamente, y nos alegramos de que te encuentres bien.

La primera pregunta es una pregunta siempre común a todos los entrevistados, a todas las personas, y siempre suele ser sencilla y muy directa.

¿Cómo entras tú, Ruperto? ¿Cómo entras en el mundo de la investigación de los temas forteanos y de la ufología? Y hablamos también un poco del libro que acabas de escribir hace recientes años, recientes meses.

Bueno, en primer lugar, el libro que he escrito resumo una parte de todo lo que yo he investigado a través de todos estos años.

Fíjate que yo empecé un poco en estas inquietudes cuando yo aproximadamente tenía unos siete años, seis o siete años.

Fíjate que a mí me ocurrían cosas de aquel tiempo.

Yo me acuerdo de que veía unos personajillos pequeños en donde jugaban conmigo, en donde incluso, fíjate qué cosa más curiosa, me montaba yo en una carretilla y me llevaban para allá y para acá y jugábamos.

A veces surgía como una broma, unas bromas de ellos, y entonces yo a veces incluso me enfadaba con ellos.

Bueno, pues yo se lo decía a mi madre y mi madre se asustaba.

Pero este chiquillo, ¡tá! Oye, ve visiones, qué cosa rara.

Este crío es un niño extraño, lo que nos pasa a todos, ¿no? Bueno, pues aquello pues incluso me acuerdo de que en donde vivíamos, en el piso de arriba, que abajo tenemos un bar, yo tendría entonces cuatro o cinco años, precisamente un día estaba yo, me acuerdo que estaba malo, enfermo, nada, un simple constipado y mi madre me tenía en cama y yo estaba jugando en la cama con un avión y una pandereta, una pandereta que estaba rota, solamente me quedaba lo que es el círculo de la pandereta, de madera, donde están las chapillas esas que hacen los ruidos.

Y yo me acuerdo tener un avión de aquellos de ojalata en donde yo lo metí para atravesar la pandereta por la cola y cuando llegaron las alas, no podía.

Y yo, claro, era pequeño, tenía cuatro o cinco años, y yo estirándole que aquello no lo podía sacar.

Y en ese momento pues entró una señora mayor, muy mayor, tendría sus ochenta años, vestida de negro, tenía como una peineta de estas que van en las procesiones, que se les dicen las chulapas, cuando en una procesión salen con esos velos, con esa peineta detrás, no sé cómo decirlo.

Sí, son como las damas de honor, unas compañeras.

Sí, exactamente.

Unas mater dolorosas, algo así.

Una mujer así, vestida de negro, con esa misma peineta y con ese mismo velo por detrás, me acercaba a mí y me decía, no, cógelo por el lado contrario y lo sacas.

Y entonces yo lo saqué y dije, vaya.

Pues yo me quedé así agradecido, mirando a aquella señora tan extraña, y se fue a la habitación contigua a la mía.

En ese momento otra vez llega mi madre y le cuento que una señora de tal característica había estado allí y me había dicho, aquella otra vez, mi madre otra vez asustada.

En fin, yo de pequeño tenía, no sé, algunas visiones de este tipo.

Bueno, pues pasó un tiempo y yo caí enfermo, a los 6 ó 7 años tendría yo, con una enfermedad muy grave, en donde posteriormente yo me curé de una forma milagrosa, se suele decir, porque el médico que me atendía en aquel tiempo, pues el hombre se sorprendió de ver la recuperación que había tenido, no se lo explicaba, porque hubo otros casos como el mío, de parálisis, entonces aguantaba mucho la pérdida.