Informativo Voces Comprometidas - 28 de marzo de 2025

Al principio fue el humo, luego vinieron los tambores, más adelante las campanas, hoy es la palabra, voces comprometidas con los derechos de las personas y de los pueblos.

Saludos cordiales audiencias del país, cómo están ustedes, sean bienvenidos, bienvenidas a una emisión más de Voces Comprometidas, un programa que aborda temas relacionados a la promoción y defensa de los derechos humanos, de las personas, de los pueblos y de la naturaleza, producción del colectivo Pro Derechos Humanos, Pro DH Ecuador, que integra una red de voluntarios hombres y mujeres comprometidos con esta causa en la Sierra, Costa y Amazonía ecuatoriana. Aquí iniciamos, bienvenidos, bienvenidas.

Voces Comprometidas, espacio abierto para que su voz se escuche en el Ecuador y el mundo.

El debate presidencial no fue tal, sobre el tema ampliamos el análisis en el presente editorial. Así pensamos, una reflexión sobre lo que sucede en el país y en el mundo. El debate entre los candidatos a la presidencia Luisa González y Daniel Loboa, previo a la segunda vuelta, deja mucho que desear para gran cantidad de ciudadanos, especialmente aquellos indecisos que pensaban decidir su voto luego de ver y escuchar las participaciones y propuestas de ambos candidatos.

Empezando por el formato, no tuvo lógica de debate, en un debate existen intercambios de ideas argumentadas y desarrolladas, además de una participación activa con preguntas y solicitud de aclaraciones por parte de la o el moderador, pero ese error no existe en el formato establecido. Una vez más, el Consejo Nacional Electoral quedó en deuda con la ciudadanía en este tema, lo cual evidencia la poca importancia otorgada al debate. Muchos se preguntaron, ¿quién fue el ganador o ganadora? El debate no puede ser visto como una competencia que reparte medallas, en todo caso los grandes perdedores fueron los votantes.

Faltaron propuestas y en las pocas que hubo los candidatos muy poco explicaron cómo se llevarían a cabo y sobre todo, cómo se financiarían. Si hubo algunas ofertas electorales como en toda elección respecto a salud, educación, empleo, seguridad, etc. González y Loboa presentaron cifras muy dudosas, seguro varias son falsas y difíciles de comprobar. Luis entró muy acelerada y agresiva sacándole en la cara al presidente los errores e incumplimientos de su gobierno en diferentes áreas como energía, educación, salud, seguridad y empleo.

Pero no se pudo mantener así durante todo el debate y repitió tantas veces que Loboa mentía que esa afirmación convertida en estribillo terminó por desinflarse. Perdió los estribos cuando Loboa se refirió a ella como Rana René, alias en la cual se la conocía en los chats de Augusto Verduga, en el caso de corrupción ligados. En cuanto al manejo emocional, Loboa se mostró más mesurado y en cambio González llegó a descontrolarse.

Las ofertas de los dos candidatos en temas fundamentales como salud, educación, empleo, seguridad, fueron muy similares y demagógicos sin explicar cómo lo lograría. Luis ofreció dos millones de empleo en cuatro años y superó ampliamente lo ofrecido por Loboa. Loboa no dio respuestas satisfactorias o no dio ninguna en temas como la deuda de más de 90 millones de dólares con el SREI del grupo económico de su padre, los contratos entregados a empresas de su grupo familiar, el incumplimiento de la oferta de ingresos del 100% de estudiantes a las universidades públicas, entre otros.

Finalmente, González aceptó que reconocería al gobierno de Maduro en Venezuela y que ella apoyó el ingreso del prófugo Ronnie Aliaga, alcalde de la Asamblea, pero también que mantendría la dolarización, contrario a las declaraciones de asambleístas de la Revolución Ciudadana y de su candidato vicepresidente, Diego Borja.

En resumen, un debate que no fue tal, sin ninguna referencia a los derechos humanos, con acusaciones de ambos lados, ofertas fáciles y muy poco contenido. Dos monedas opuestas, uno populista, con un barniz de progresismo, con una candidata tutoriada por el prófugo Rafael Correa y otra neoliberal con tintes autoritarios y un candidato perteneciente a la tercera generación que posee la mayor fortuna del país. Una decisión bastante desalentadora para los votantes.