Internet es un Puticlub y un Circo Mediático 👄🤡

Miliki y Fofito decían que había una vez un circo que alegraba siempre el corazón. Lo que no te cuentan es que sí, efectivamente, hay un circo, pero no es el de la ilusión, sino el de la humillación, donde la privacidad es un lujo y la atención su moneda. Hoy veremos cómo comer, dormir o exponerse hasta el extremo se volvió un espectáculo. Y algunos pagan el precio más alto, su salud, su intimidad e incluso su propia vida. Esto no es entretenimiento, es un espejo de lo que estamos dispuestos a vender. Y aquí estamos nosotros, también para vender o, mejor dicho, ofrecer nuestro contenido.

Sin pelos en los bits, el podcast donde no nos cortamos un pelo a la hora de decir lo que pensamos. Un podcast donde siempre traemos temas polémicos de los que nadie o muy poca gente se atreva a hablar. Y, por supuesto, un programa dirigido y presentado por Iván, maestro de ceremonias, que hoy viene muy bien acompañado, porque vamos a volver a tener con una voz que ya he echado de menos. Pero antes de dar paso a la voz dulce, porque sabéis que el postre se deja para después, empecemos por el plato amargo. Guillermo, muy buenas, ¿qué tal? Con la voz merodiosa, dulce.

Yo tengo últimamente un sentimiento, bueno, un sentimiento, yo creo que es un sentimiento que estoy hasta la polla, pero estoy feliz. No sé cómo explicarlo, pero estoy hasta la polla de todos, pero estoy feliz. No sé, es un poco extraño. Y como tú, pues un poquito más contento de lo normal en la grabación de hoy, porque tenemos a una bonita voz, bonita persona. Bonito todo. Todo lo que tiene en su interior... Ya, me está dando asco, me está dando asco, por eso he venido a este lugar. No quiero seguir por aquí. Lo habéis adivinado. Si sois oyentes así de los Topodcas, lo habréis adivinado. Ella es Rosa, así que Rosa, muy bienvenida de nuevo con nosotros.

Muy buenas. Oye, qué presentación, de verdad. Me sorprende lo de la voz dulce, porque siempre he pensado que tengo voz de camionera. No sé por qué. Sí, sí, de verdad.

Pero bueno, gracias por las palabras tan bonitas y que yo estoy también muy contenta de volver a estar aquí con vosotros. Bueno, es que me lo paso genial. Bueno, pero a Rosa le gusta hacerse un poco de rogar y yo estoy siempre detrás de ella. Es una especie de amor platónico entre los dos.

Voy a confesar una cosa. En mis conversaciones de WhatsApp, yo procrastino un poco. Es decir, yo entiendo que abro una conversación hoy y a lo mejor mañana la vuelvo a contestar.

Y Iván, pobre, me va mandando... Perritos y gatitos.

En plan, por favor, contéstame. Cuando Rosa, un par de días que no me contesta, le manda un gatito, un perrito y, oye, funciona. Sí, sí, sí, sí.

Yo no sé qué tienen los perritos y los gatitos, pero es una cuestión de que funciona.

Pero en el caso... Me tienes glitchada.

Sí, sí, totalmente. Yo sé cómo funcionan las mujeres, Rosa, aunque a veces no lo parezca.

Esa frase te la firma Ábalos, ¿eh? Yo sé cómo funcionan las mujeres.

Hombre, por supuesto. Él decía que era feminista, progresista y ahí lo tienes.

No, hoy la vuelto a decir. Hoy me ha hecho mucho... Vale que no hablemos de política, pero esto es simplemente humor y racio. Eso va por el personaje.