¡Buenas noches! Levántate ok con Javier Cárdenas.

¡Es viernes de viernes, son las siete, son las siete! En Canarias, las seis.

¡Ay, me cago en el mal! Buenos días, señadores. Buenos días.

Ya estamos a viernes y se os nota en el tonito de la voz que estáis felices. Nia, buenos días.

Buenos días. Oye, por cierto...

Bendito viernes. Mira, bendito.

Y va a ir la noticia que me tienes que acercar sobre que en Francia venden una iglesia, está a la venta, por Wallapop.

¡Qué bien! Pues sí, te sobra dinerito.

Wallapop francés, que se llama... Te sobra mucho, ¿eh? Leboncoin.

Está con mucha atención escuchando la noticia Alfred López, el listo que todos saben, porque te apetece tener una iglesia en propiedad.

Igual los compro. Buenos días, soñadores.

Buenos días. Ándate con pies de promo, que va a ser una de las frases de la mañana.

¿De dónde proviene esta frase, que hemos utilizado hasta la saciedad, en nada nos cuenta el listo que todos lo saben, con su último libro, por cierto, recordemos, 101 expresiones de toda la vida.

Nia, vamos al lío.

La iglesia que se vende por Wallapop en Francia.

Pues debido a la falta de recursos para mantenerla, la diócesis de Arranz de Lens, Francia, ha decidido poner a la venta la iglesia de San Eduard en el portal de anuncios Leboncoin, que es el Wallapop en Francia, por un precio de 362.500 euros.

La iglesia, que cuenta con 539 metros cuadrados y 175 plazas, lleva más de un año sin celebrar misas, lo que ha llevado a las autoridades eclesiásticas a tomar esta difícil decisión.

El padre Jean-Marie Raoult, de 60 años, explicó que el costo de mantener la iglesia, como calentarla durante los funerales, se volvió insostenible.

Aunque los fieles esperan que el edificio no sea desnaturalizado, sugieren que podría convertirse en un espacio cultural o de uso comunitario.

Bueno, puede parecer una cuestión baladí, lo de la calefacción, pero es que no lo es, claro, porque son iglesias que son frías.

Sí, sí.

En un lugar frío, como es algunas zonas de Francia, imagínate.

Cuidado, si es que no hay, no hay.

Y no vas a dejar a la gente gritando dentro.

Totalmente. Exactamente.

Uy, qué... Cuéntame.

¿También tienes experiencia con una iglesia? Se ha cortado el pelito.

Sí, no, no. Estamos a viernes, con lo cual hoy me va a dar el programa.

A ver, cuéntame. Buenos días.

Este...

Hace unos 30 años, en Londres, hubo una discoteca que anteriormente era una iglesia.

Pensaba que...

En Ibiza hay un restaurante... Ah, ya verás.

...donde, lo he contado a los soñadores, estábamos con Aruz, mi hermana Angie, creo que estaba...

No sé si estaba 6 y más ese día con nosotros, creo que sí.

Y donde, dos mesas más allá, estaban Sting, Bruce Springsteen y Tom Hanks.

¡Guau! Con sus parejas.

Y es un restaurante que había sido una iglesia.

Y ellos estaban en la zona donde estaba el altar.

Lo he contado mil veces.

Nadie se acercó a pedirles una foto.

Los dejaron cenar tranquilos.

Nadie les molestó, lo más mínimo.

Daba gusto el respeto que tenían.

No era la época de los teléfonos móviles.

Que te hacían una foto en cuestión de nada.

Y que es más fácil que la gente te pida...

Claro, a día de hoy no sé si eso se volvería a producir.

No creo, no creo.

Pero era muy bueno tener ese respeto de que la gente los veía.

Guau, era como...

Pero que debían entender, esta gente tenía que estar cansados de allá por donde van hacerse fotos continuamente.

Claro. Pues sí. Exactamente.

Y la verdad es que...

Claro, si no les pedían fotos a Sting y a Bruce Springsteen y tal, imagínate a Bruce y a mí.

Estabais tan panchos.

Estábamos más tranquilos que la leche.

Qué maravilla, claro.

Y supongo que también, creo, que debió ser también una cuestión de...

Guau, como de... Un poquito hasta de miedo.

De cómo voy a pedirle una foto a estos tres magníficos.

Claro, tres mitos...

Bruce, Sting y Tom Hanks.

Deberían impresionar ahí en lo alto.

Hombre, era alucinante.

Y es un restaurante que debe ser una iglesia, que es muy conocido en Ibiza.

Creo que es en la ciudad central de Baria.

Pero ha pasado tantos años que ni recuerdo, fíjate.

Era por darle...