¡Money J! Levanta tu key con Javier Cárdenas.

Es viernes, viene viernes.

Son las siete, son las siete.

En Canarias, las seis.

¡Ay, me he conoído! ¡Buenos días, señores! ¡Buenos días! ¡Ya estamos a viernes! ¡Olé! Ba-ba-ba-ba-ba-ba-ba. ¡No! ¡No! ¡Es viernes! Ya es viernes. ¿A ti te pone eso? A mí no.

¡Ay, es total! Ba-ba-ba-ba-ba.

Y se forró, y se forró. Sí, sí, sí.

Y borló, y borló por los aires.

Y yo volé de él.

Hablando de forrarse, ¿cuánto tienes que estar deforrado para tener que devolver 35 millones de euros? ¿Quién es lo que va a devolver? José Luis Moreno.

Toma, Moreno.

Sí, literalmente. El de Rockefeller.

Es lo que tiene que devolver. El de Monchito.

A su socio por incumplimiento en tres series de televisión.

Así es, como dices, un juzgado de Madrid ha condenado a José Luis Moreno 35.264.686 euros, para ser concretos.

Con 17 céntimos. ¡Toma! A su socio, Alejandro… ¿No has visto una condena tan concreta? Sí, sí, sí. Nunca. Hasta el último peñique.

Cómo se tiene que medir eso. A su socio, Alejandro Rümers, por incumplir un acuerdo de 2018 relacionado con tres series de televisión.

La sentencia establece que Moreno no entregó los diez primeros capítulos de la serie Resplandor y tinieblas, sobre San Francisco de Asís, ni completó la serie Oxford Street Agency y Family Online, según lo pactado.

No sé si este tipo de títulos os parecen interesantes ya para ver.

La de San Francisco de Asís, honestamente… No me parece muy apelazante.

No… Prefiero True Detective, primera temporada.

Pues vaya mierda la última temporada.

Decían con bastante éxito la mierda que ha perpetrado Judy Foster es algo… Pero, o sea… Oye, pero qué raro, ¿no? ¿Judy Foster? Bueno, yo creo que estaba tanto tiempo sin hacer nada que ha agarrado lo que ha podido. Y luego que, ojo, la saga True Detective, después de haber hecho la primera parte Matthew McConaughey y Woody Harrelson, pues, claro, dejaba el listón tan mega alto que narices.

Pensabas que, venga, la segunda afloja, la tercera afloja, la cuarta ya es imposible de ver.

Es un insulto a la inteligencia.

Hombre, una serie sobre San Francisco de Asís… Bueno, que fue un personaje… ¿Qué gato soy yo? No, que fue un personaje… Realmente, cuidado.

Si le sabes sacar jugo al personaje, cuidado con él.

Pero, hombre, si algo te pregunto, no parece que sea… Muy apasionante, muy top.

O sea, porque igual hacen los americanos y dices… Guau, no veas.

Pero los españoles, por desgracia, este tipo de series no es que sea precisamente su fuerte, tal cual.

Lo fuerte es que esta condena se toma mientras Moreno es investigado en la Audiencia Nacional por el caso Titella.

Esta causa que investiga un supuesto fraude a bancos e inversores privados en busca de financiación para proyectos audiovisuales.

Bueno, cuidado, es que estamos hablando de una cantidad ya, pero fuera de lo normal.

Esta operación Titella, estamos hablando de cientos de millones de euros.

Guau. ¿Cuánto dinero tiene este señor en el banco? De cientos de millones de euros que estuvieron manejando con bancos y liando a uno y a otro para que luego, al final, se evaporase ese dinero.

Uf… Sí, no, el tío es un coco, eh.

El tío es un coco, eh. Lo mires por donde lo mires.

Ahora, en los últimos años, la verdad es que, si lo has conocido un poco, ves que cojeaba, eh.

Cojeaba del coco, justamente.

Oye, hablando de dinero, una rareza, una curiosidad, llevamos al lío.

¿Sabéis que los billetes no se pueden fotocopiar? No me digas. Que es el sueño de cualquiera, ¿no? Escuchad.

Esto es lo que pasa si intentas imprimir un billete con una impresora.

La mayoría de las impresoras modernas están equipadas con sistemas de prevención de falsificaciones.

Uno de estos sistemas se basa en la detección del patrón eurión.

Este patrón consiste en una serie de pequeños círculos dispuestos en una configuración específica que aparece en los diseños de muchos billetes alrededor del mundo.

Cuando una impresora detecta este patrón, para de imprimir o imprime una copia distorsionada del billete.

Bueno, pues... Sí, sí, sí.

Había oído algo, en realidad.

O sea, me imaginaba que no se podía fotocopiar.