Javitxu indultado: entrevista a 1 de Los 6 de Zaragoza (CARNE CRUDA #1555)
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Javier Aijón, Javitxu, acaba de salir de la cárcel. Pasó quince meses encerrado por protestar contra un mitin de Vox en Zaragoza en 2019. Fue uno de los seis antifascistas condenados por enfrentarse a la ultraderecha en las calles, en una sentencia sin pruebas claras y que se puede leer como castigo ejemplarizante. El suyo fue un juicio a la protesta, a la organización vecinal y a la resistencia ante el odio. En Carne Cruda hablamos con él, ya en libertad, y también con su padre, Francho Aijón. Una conversación sobre la rabia, pero, sobre todo, sobre cómo se sostiene la dignidad cuando el sistema intenta aplastarla y encerrarla. Un programa en el que ponemos también el foco en el caso de Las Seis de La Suiza en Gijón y el debate sobre la criminalización de la protesta laboral.
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Acaba de llegar de Zaragoza, de la estación, para el programa que teníamos previsto para el jueves pasado, pero que emitimos hoy porque había que hacer el jueves un programa especial sobre la flotilla.
Javichu, algunas preguntas a veces son las más fáciles de hacer, pero las más difíciles de contestar. ¿Cómo estás? Raro, muy raro.
Readaptándome un poco a la vida en libertad.
Es complicado, además, porque te prisionizas y normalizas esa vida.
Y vuelves aquí, las tecnologías...
Estoy torpísimo y, pues bueno, readaptándome.
Pero feliz, feliz de poder estar aquí, en libertad otra vez y a seguir denunciando las injusticias.
La injusticia de haber estado durante un año en la cárcel, como uno de los seis de Zaragoza.
Hay dos compañeros que aún siguen en prisión.
Me decías que estás muy raro y una de las rarezas ha sido que has salido de la estación de Atocha y que has sentido una especie de ansiedad de ver tanta gente.
Sí, sí, una ansiedad social.
Claro, yo ya sentía ansiedad social paseando por Zaragoza.
Estos días he sentido una ansiedad social tremenda.
A poco que hubiese un poco de gente, ya me sentía como abrumado, muy mal, muy mal.
Y, pues bueno, realmente, ha sido salir por la estación de Atocha, ver, claro, Madrid, que está todavía más masificada...
Fatal, fatal.
Claro, hay que pensar que en un ambiente como la prisión, tú ves todos los días las mismas caras, gente conocida, tal...
Llegas aquí y ves algo completamente nuevo...
¿Qué sientes? ¿Desconcierto, angustia? Desconcierto, desorientación, tanto espacial como temporal.
Claro, también hablan de esa fatiga visual, ¿no? Como de que incluso las distancias largas se hacen difíciles, que hay dolores de cabeza...
Sí, incluso caminar, y fíjate que ahí dentro caminaba bastante, pero caminar, no sé si es por el hecho de...
No hay un muro por medio o tal, caminar se hace también muy cansado.
Uf. Muy cansado.
Hombre, es que has estado 491 días en la cárcel.
¿Cómo es la vida ahí dentro? Eh... rutina.
La forma sana de sobrellevarlo es...
Intentar atarte a una rutina e intentar despegarte lo menos posible.
Una rutina sana.
Yo, pues, hacía mucho ejercicio, caminaba mucho, leía mucho, jugaba al rabino, al ajedrez, poco a lo que se pudiese y, pues, bueno, intentar quemar el tiempo, que lo llamamos ahí dentro.
¿Qué tal la relación con el resto de presos? Bien, realmente bien.
Intentaba no pensar en lo que les había llevado a estar ahí dentro, porque si no coges manías y tal y como que no...
Como que no mola, ¿no? Pero, bueno, bien.
La verdad que puede parecer raro, pero hay compañerismo.
Incluso el día que me fui, todo el mundo abrazándome, todo el mundo superfeliz.
Además, pues, como que...
Obviamente les estuve hablando de por qué estaba ahí, de qué es lo que estábamos haciendo fuera, para sacarme y tal, igual.
Y, pues, se solidarizaron desde el minuto uno.
Y todos, pues, superfelices de que me hubiesen dado el indulto.
Claro, no han visto un indulto nunca.
Claro.
Entonces, felices, sorprendidos.
Me acuerdo cuando les dije que me voy a ir.
Me dijeron, ¿cómo que te vas? ¿A dónde? Que me voy a mi casa, que me han indultado.
¿Eso qué es? ¿Eso cómo se hace? Me lo preguntó todo el mundo.
El indulto que anunciaba, sí, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría.
Se ha aprobado el indulto a dos personas, de los conocidos como los seis de Zaragoza.
Se trata de Francisco Javier Aijón y Adrián La Torre, que, como todos ustedes recordarán, fueron condenados por un delito agravado de desórdenes públicos tras la detención en Zaragoza durante unos altercados producidos con ocasión de una concentración contra un acto de la ultraderecha.
¿Tú qué sentiste al escuchar esto? Yo, realmente, es que no me lo creí.
Yo, hasta que no pisé calle, no me lo creí.
Yo no quería entrar en hacerme ilusiones o tal, porque ahí manejar las expectativas es muy importante.
Y dije, bueno, pies en tierra, estoy aquí dentro, ya veremos, a ver.
Ya una vez salgo, lo curiosa que es la mente, ¿no? Una vez salgo, veo a toda la gente que estaba ahí para recibirme, amigos, compañeras de militancia, familia, etcétera, etcétera.
Salgo y pues tampoco me lo terminé.
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