JcDa2 #149 Entrevista con Abraham y Paloma, diseñadores del Orloj

¡Estás escuchando Jugando con Dados, el programa de juegos de mesa del Club Dados! ¡Buenas y bienvenidos a Jugando con Dados! Soy Ryoga, este es el programa número 149 y sí, ya dije que estábamos de vacaciones y que no volveremos hasta septiembre, pero bueno, aquí tenemos un programa muy muy especial, ya que tengo por aquí dos invitados para mí excepcionales, no sé para el resto.

Abraham Sánchez, ¿qué tal? Hola, ¿qué tal? Y Paloma J. Pascual, ¿cómo estamos? Hola, buenas tardes.

Bueno, para quien no os conozca, presentaros principalmente, aunque la gente ya lo sabrá por la portada del programa, pero presentaros como jugones. ¿Quiénes sois como jugones? Bueno, sois Conexion Games, ¿no? Sí, las redes sociales teníamos que poner un nombre para no poner a Paloma y a Abraham.

Queda más chulo, ¿no? Más profesional Conexion Games.

Dudo artístico.

Es un poco así de historia el nombrecito, pero sí, nos gustó el nombre y lo pusimos.

Esperamos, nos gusta que nos llamen Paloma y Abraham.

Es que teníamos que haber sido Palabra Games, ¿sabes? Pero decidimos lo otro y ya, tarde.

Bueno, es decir, Abraham Paloma, ex miembro de este Club Dados, recordad que este es el podcast del Club Dados, donde yo al menos os conocí, pude jugar con vosotros y que también he coincidido muchísimo con vosotros en ESEM, no solo en el club.

Presentaros un poquito como jugones, ¿qué es lo que os gusta jugar? Luego ya os presentaremos como diseñadores, pero primero como jugones, ¿qué es lo que os gusta jugar y cómo entrasteis en este mundillo lúdico? Pues a mí, personalmente, hoy en día me gustan mucho los euros, sobre todo escuela italiana, diría.

Y también somos muy de abstractos bonitos, digamos, que solemos jugar a dos.

Paloma siempre me dijo.

Bonito es mejor, ¿no? Que algo feo, pero bueno, que si es buen juego, da igual.

Y luego, ¿cómo entramos? Bueno, yo desde siempre he dado mucho la lata a mi familia para jugar a cosas.

Además, es que soy hija única y, claro, no tenía con quien jugar.

Entonces, mis padres y mi yayo me tenían que aguantar.

Que sí, un palé, un tabú, un escáter, lo que había en esa época, ¿sabes? Palabras arriba, tal, cosas así.

Por fin alguien que lo llama palé, que tenía el palé.

Yo pensaba que era el único.

Yo tengo el palé.

Claro, el Monopoly de Madrid era.

Esos señores con el purito y el sombrero.

Súper viejo, ¿no? Pero era lo que había en mi casa.

Entonces, muy guay.

Y luego ya, pues, yo qué sé, como en 2007-2008, me juntaba con una gente que tenía otro tipo de juegos.

Pues, recuerdo el Munchkin, el Bang.

Ahora mismo no me acuerdo nada más, pero ese tipo de juegos, ¿no? Y dije, ¡ay, esto mola mucho! Entonces, nada, pues, volví un poco a jugar ya con cosas más modernas.

Y años después, pues, el Catán.

Ya me empezaron a enseñar otro tipo de euros.

Me acuerdo el Santiago de Cuba también.

Bueno, tuve un amago de Ameri.

Por suerte me salí de ahí.

Pero del zombicide, por ejemplo, también me acuerdo.

Pasado oscuro.

Sí.

Menos mal que no está Guillermo de aquí para echarte la broca.

Bueno, bueno.

Es que, bueno, no voy a dar detalles, pero eso de tirar dados sin fin hasta que quiera salir algo que te venga bien, no lo veo.

Lo ha dicho Paloma en mi equipo siempre.

Sí, sí. A ver qué te cuente ahora.

Yo también soy hijo único.

Yo también soy hijo único.

Yo también jugaba con mis padres un poco.

En mi casa lo que había era parchís, la Oca y el Monopoly.

Era Monopoly en mi casa.

Lo típico.

Pero sobre todo parchís.

Bueno, y cartas también, claro.

Ah, bueno, cartas también, sí. Siempre en todos.

Y nada, Paloma.

Los juegos como todo el mundo ha jugado en nuestra época sin mayor pretensión.

Y luego ya de mayor poco a poco vas conociendo gente que por lo típico, igual que si un van, que si un hombre es lobo y tal, pues al final te vas metiendo un poco en el mundo del juego de mesa.

Vas conociendo más juegos.

Yo me salte el catán, por suerte.

Por suerte.

Es verdad que tú.

Lo siento.

¿Quién te ha dicho eso? No pasa nada.

Y ya está.

Se te quiere igual.

Probando juegos de todo un poco, pues al final decides un poco lo que te gusta.

Me acuerdo yo cuando conocí a Paloma.

Empecé un poco con los euros, gracias a Paloma.

Y le preguntaba, ¿estos juegos cómo se llaman? Y dice, estos son euros.

¿Cómo lo diferencio? Estos son los que tienen recursos.

Estos son los que me gustan a mí, los euros.

Y igual, jugamos muchos euros.

Hago un poquito abstracto.

Los cooperativos también nos gustan.

Hago un filete otro, hago un party.

Pero en general los euros.

La ludoteca son dos euros prácticamente.

Y ya está.

Llegamos.