Jornada Antirrepresiva CGT València 18/04/25

Bueno, pues si os parece vamos a comenzar. Así también nos da la posibilidad de que vosotras también participéis, que es de lo que eso se trata, de que aprendamos entre todos y entre todas las nuevas, bueno, las nuevas no son viejas formas de represión, que siempre han existido, pero que parece ser que ahora vuelven otra vez a estar más generalizadas. Yo lo primero, yo voy a hablar, voy a hacer una breve introducción por parte de CGT. Lo primero, agradecer a los ponentes por el esfuerzo que conlleva venir a una charla como esta. Han venido de distintos lugares, así que desde CGT le damos muchas gracias.

Agradecimiento también a vosotras y a vosotros por estar hoy aquí y sobre todo también a las personas, a los compañeros y a las compañeras que han hecho esto posible. Esto ha habido un trabajo previo muy duro, a veces es muy poco gratificante, pero que luego te das cuenta de que vale la pena. Y a todas ellas también muchísimas gracias. En CGT hemos considerado necesario realizar esta jornada debido al aumento, como he dicho, de la represión en toda Europa y particularmente también aquí en España.

Distintos estudios alertan de este crecimiento desde Amnistía Internacional, Iridia o el último informe de Defender a Quien Defiende, que lo podéis, todo esto lo podéis buscar en la web, está accesible, lo podéis acceder. En 2024 se registraron 1.140 vulneraciones de derechos de 228 casos documentados, una cifra equivalente a la suma de las vulneraciones registradas en 2022 y 2023 juntas. El 30 de marzo de 2025 se cumplen diez años de la aprobación de la Ley de Protección de Seguridad Ciudadana, que parece que ya nadie se acuerda y sigue estando vigente, conocida como Ley Mordaza, debido a las restricciones impuestas al ejercicio de derechos y libertades fundamentales.

Desde su entrada en vigor y hasta el 2023, son datos oficiales, se han registrado más de 429.000 sanciones por infracciones relacionadas con la seguridad ciudadana, excluyendo aquellas vinculadas a drogas, armas y explosivos.

Más del 76% de estas sanciones en materia de seguridad ciudadana se han impuesto por infracciones de desobediencia, resistencia o negativa a identificarse, artículo 36.6, y faltar de respeto a la autoridad, artículo 37.4.

El anarcosindicalismo, como herramienta de lucha de la clase trabajadora, se fundamenta en la defensa de la libertad, la autogestión y la acción directa.

Estos principios van en contra de cualquier forma de represión ejercidas por el Estado y por el capital. La represión no es un hecho aislado ni puntual, es una herramienta sistemática para mantener el orden social impuesto, basado en la explotación y la desigualdad. Las leyes, las fuerzas de seguridad, los tribunales y las cárceles son instrumentos de control que buscan neutralizar la resistencia de quienes se organizan y luchan por la emancipación social.

Desde el anarcosindicalismo entendemos que la represión es una respuesta directa a la autoorganización de la clase trabajadora. Las huelgas, las ocupaciones, los boicots y la acción directa son consideradas amenazas por el poder, porque ponen en cuestión las relaciones de explotación y autoridad sobre las que se sostiene el sistema actual. Por ello, esta jornada antirrepresiva es una expresión de solidaridad activa con quienes la sufren por defender los derechos colectivos y luchar contra las injusticias.

Nos servirá también como herramienta para visibilizar la represión sufrida por colectivos afines y para también reforzar los lazos de apoyo mutuo entre todas las personas comprometidas con esa transformación social. Con la represión pretenden criminalizar las huelgas, realizan identificaciones arbitrarias de militantes y persiguen a sindicatos y a colectivos, organizaciones combativas, como por ejemplo las que estamos hoy aquí y otras muchas, para desarticular esa lucha por los derechos de los trabajadores y de las trabajadoras, porque la represión no afecta sólo a personas aisladas, sino a todo un colectivo.

La acción directa y la autoorganización exigen una respuesta solidaria ante esa represión, protegiendo a quienes son atacadas por su activismo sindical o por su activismo social. Combatir la represión no es sólo un acto de resistencia, sino parte de la construcción de una sociedad sin jerarquía ni coerción. La lucha antirrepresiva es inseparable de la lucha por la autogestión y la emancipación total de la clase trabajadora.