Juan Santana entrevista a Juan Francisco Artiles

Les saludamos una semana más a esta hora, en esta sintonía y en este programa. Les habla Juan Santana Hernández. Ser adulto en España conlleva una serie de responsabilidades ineludibles.

Votar, pagar impuestos, lidiar con la inflacción y soportar el peso de decisiones políticas que rara vez se explican con claridad. Sin embargo, cuando la situación exige transparencia, el gobierno opta por un lenguaje lleno de eufemismos y rodeos, tratándonos como si fuéramos incapaces de manejar la verdad. La Unión Europea, en cambio, sí nos considera adultos.

Mientras en Bruselas ya se advierte sobre la necesidad de estar preparados para posibles emergencias, en España el ejecutivo de Pedro Sánchez prefiere silenciar el tema o, en su defecto, desviar la atención con ataques a otros líderes internacionales, como ha hecho recientemente también con Javier Milei en Argentina.

Pero lo más preocupante es la gestión del gasto y el control de las instituciones, tanto en Argentina como en España vemos como los gobiernos toman decisiones económicas cruciales sin el debido respeto al debate parlamentario, sin el Congreso y sin el Senado, hipotecando el futuro de los ciudadanos. En el caso español, el aumento del gasto militar sin transparencia podría tener consecuencias graves a nivel económico.

Frente a este panorama cabe preguntarse, ¿hasta cuándo seguirán ocultando información relevante? Si la Unión Europea advierte sobre la importancia de prepararse, lo mínimo que se espera es que nuestro propio gobierno, el gobierno de España, nos hable claro. De lo contrario, los ciudadanos solo podemos asumir que la estrategia es siempre la misma, mantener el poder a cambio de costo, incluso si eso significa seguir gobernando a base de opacidad y propaganda.

A partir de esta semana les prometemos que vamos a ir contando aquí en este programa un cuento que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. El cuento se titula La actualidad de una rata en Telde siempre con hambre. Dicen que las ratas nunca se jubilan, también dicen que cuando se está comiendo todo el pastel ya está pensando en el siguiente.

Y en Telde, en la ciudad de Telde, hay una rata muy especial que lleva años con el mismo menú, aunque los chefs cambian cada cuatro años. Esta rata de la comunicación en Telde es un ser astuto, le gusta comer calentito, sin importar a quién tenga que pisotear para conseguir su ración extra. Y cuando siente que la despensa se le queda corta, no duda en poner un cartel bien grande en rojo, quiero más, por si alguien aún no se ha enterado de su insaciable apetito.

Curiosamente los que la detestaban ahora la adoran y la premian. Siempre que el bombo y la propaganda vengan incluidos en el paquete. Mientras tanto las demás ratitas, que están castigadas por tener una comunicación veraz y transparente, se conforman con buscar el calor de los cables de alta tensión, aunque eso implique que algunos de ellos no se sientan bien.