El juego del estatus (II). Intentando salir #160

El primer episodio del juego del estatus está gustando muchísimo, pero me dejé muchísimas cosas importantes y con sustancia para esta segunda parte, esta última parte.

Y además en la newsletter durante siete domingos voy a explicar las siete reglas del estatus, cómo jugar con esas siete reglas que son básicas.

En esta segunda parte y última de el juego del estatus vamos a ver cómo la religión y la historia tienen tanta importancia en el estatus, por qué la religión es estatus y cómo ha cambiado la humanidad directamente el estatus y también qué juego de estatus es mejor que los otros, porque hay juegos, en mi opinión, por supuesto, que son mejores que otros.

Lo vamos a ver aquí y además la historia, la revolución me respalda y por supuesto también vamos a ver esas formas de ir contra el estatus, de no hacer estatus, esos intentos de no hacer estatus tanto de forma individual como de forma global.

Seguro que dices, ah, vale, creo que es esto, ya lo vas a ver a qué me refiero con intentar no hacer estatus.

Pongo por última vez esta música de introducción porque la siguiente temporada cambiaremos la música y empezamos.

Cómo la iglesia y el estatus cambiaron para siempre la humanidad.

Pues mira, la iglesia católica veía que había problemas de poder, porque las familias eran muy grandes, estaban muy extendidas y entonces había los juegos de estatus de virtud introspectivos, es decir, que el estatus sólo estaba dentro del parentesco, porque como la familia era muy grande, entre hijos, primos y había la poligamia, pues ese poder y ese estatus estaba ahí dentro.

Y la iglesia quería entrar en el juego del estatus, porque el juego del estatus es el juego número uno de la humanidad, un juego invisible, pero es el juego número uno de la humanidad, porque es que antes la gente hacía matrimonios hasta tíos con sobrinas y hastras de todo.

Y entonces llegó la iglesia y suprimió eso, suprimió la poligamia y suprimió los matrimonios con sanguíneos, pero también suprimió los matrimonios forzados, porque sí, sí, hasta hace pocos siglos existían los matrimonios forzados.

Así que imagínate el gran poder que tuvo la iglesia y cómo cambió el juego.

Incluso hizo que la animaba a los recién casados a montar sus propios hogares fuera de esa familia y que la herencia fuera individual por el testamento, en vez de directamente la transmisión automática.

Por supuesto que duraron varios siglos y siglos hasta que al final esa obsesión de la iglesia cambió el juego para siempre.

Pero ¿por qué cambió ese juego para siempre? A ver, Adrián, ¿por qué? ¿Qué tiene que ver con la familia? Pues tiene que ver porque cómo cambiaron los clanes, lo que hablamos en el anterior episodio de la tiranía de los primos, pues que también podía ser literal, porque eran grandes familias las que señalaban moralmente y ponían sus normas, como eso cambió y las familias cambiaron a ser nucleares monógamas, el estatus se buscó fuera del parentesco y se empezó a jugar con desconocidos.

Y por supuesto, al jugar con desconocidos, pues confiaban más en los forasteros, nos volvieron más egocéntricos, más individualistas, porque ese estatus ya no era tan de grupo, sino que era más individual, pero eso no solo pasó en el cristianismo, también siglos después pasó en el islam, porque básicamente se cambió de las religiones paganas animistas con un montón de dioses amonoteístas, en el islam es lo mismo, ahora es un solo dios y sus normas son para todos, son universales, aplicables para todos.

Pero llegó un nuevo cambio y fue la imprenta, y con la imprenta la gente podía conseguir la biblia y cada vez más gente podía leer por su cuenta, y claro, porque se tradujo del latín la biblia, eso hizo que también el estatus dentro de la iglesia cambió mucho, la casta, la élite de los clérigos ya tenían mucho menos poder y la educación se convirtió en un estatus, en virtud, es que era una regla fundamental del juego, el aprender, el leer, el que sabía leer estaba mejor.