Jueves 10 de abril - Juan 8, 51-59. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día.

Abraham, vuestro padre, saltaba del gozo pensando en ver mi día.

Todos sabéis que Abraham es el fundador, es el primero del pueblo elegido de Dios, y de hecho es nuestro padre en la fe.

Lo tienen por padre en la fe tanto el pueblo hebreo como el pueblo cristiano, como el pueblo musulmán.

Y Abraham recibió una promesa.

Abraham le dijo Dios, sal de tu tierra y haré de tu descendencia, o haré tu descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo o las arenas del mar.

Y Abraham sabría que esa descendencia no era cuestión genética, no era cuestión de que sus hijos tuvieran hijos y más hijos y más hijos hasta que al final se eliminaran todas las demás razas de la tierra y quedaran solamente los descendientes de Abraham.

Él entendía que no.

Entendía que por uno de su descendencia todos quedarían convertidos en sus hijos.

Porque no debemos que ser hijo de Abraham no es que lo tengas como antecesor genético.

Ser hijo de Abraham es vivir de la fe, es escuchar la misma llamada que él, es escuchar la voz de Dios y en definitiva ser hijo de Abraham es aceptar que Dios se comunica con su pueblo, que se ha manifestado la divinidad desde la humanidad de Jesús y si somos discípulos de Jesús somos hijos de Abraham.

Por la fe en Cristo Jesús, por la fe en su muerte y en su resurrección.

Y por eso sí, Abraham claro que saltaba de gozo y Abraham seguro que recibía la iluminación suficiente del Espíritu Santo para darse cuenta que en su descendencia sería bendecida toda la humanidad y que al final de los tiempos todos los hombres que asumieran, que aceptaran, que desearan a Jesús como su único salvador se convertirían en hijos de Abraham.

Y por tanto Jesús claro que entiende que Abraham estaba subordinado a él, se ponía por encima de Abraham como es lógico, lo veíamos el otro día respecto a la figura de Moisés.

Claro, esto pues algunos hebreos se escandalizaban tanto, algunos judíos del tiempo de Jesús que querían quitarlo de en medio.

Pero ¿cómo puedes ser tú superior a Moisés? ¿Cómo puedes ser tú superior a Abraham? De hecho todavía sigue escandalizando.

¿Por qué los cristianos decís que sólo Jesús es el salvador del mundo? ¿Cómo sois tan prepotentes? ¿Cómo sois tan chulos espiritualmente hablando de decir que sólo Jesús es salvador? ¿Cada uno se salvará por su religión? Nosotros mantenemos que no.

El único salvador del mundo es Jesucristo.

Crucificado y resucitado, la sangre de Jesús convierte en justos a todos los hombres que acogen su salvación.

Aunque no le hayan conocido en la tierra, en las puertas del cielo comprenderán que tienen un salvador que es Jesús y la acogerán y lo amarán seguro.

Y por tanto sí, Jesús es aquel en quien Abraham soñó, en quien Abraham pensó porque sabía Abraham que en el nombre de Jesús todas las naciones serían bendecidas y serían su descendencia.