
La juventud de Rosabel Pi impulsa las letras camagüeyanas

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En esta edición del podcast Notas al pie conversamos con la joven escritora Rosabel Pi González, al frente de la sección de Literatura de la filial en Camagüey de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).
Recuerda que siempre tenemos más detalles del diálogo en la plataforma de Youtube.
#LeerEsCrecer
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historias de abuelos yo nunca tuve un abuelo y que me perdone el hombre que guardaba dulces para mí
que leía libros y me los tiraba usados con olor a necedad el mismo que de tanto pender
puso una soga en su cuello y le pidió a mi abuela que bailara la vida es un libro con olor a muerte
decía que me perdone por usmear en la ropa que dejó doblada para el velorio y no querer vestirlo
y no querer llorarlo yo nunca tuve un abuelo tuve un mal padre para mamá que me le dio un corazón
doliente y murió en el piso que había escupido antes tenía los ojos verdes extraño el verde
y las canas del abuelo que no tuve yo tuve al marido de mi abuela que abandonó por faldas
de talla s y que volvió cuando el cáncer ensuciaba su libido que no quería una nieta y auguraba
percheros en el útero de madre que murió justo antes de que abrieran mis ojos yo sentí el dolor
que no padecen los niños una lástima oculta por cada melena blanca que vestía una camisa por mis
manos sucias esperando un caramelo y un beso por cada humano que tampoco tuvo abuelos aliviando
su niñez sentí lástima por ellos nunca besarán a una nieta como yo yo nunca tuve un abuelo y
decidí acariciar a ancianos en las calles darles los 50 pesos de la merienda y esperar dios te
bendiga al menos gracias pero el vocabulario padece de hijos yo tuve un alcohólico que me
escupió en la cara por creerlo abuelo que me enterró en un puente a base de patadas y dejó
marcas en mi psiquis depresiva que en el juicio gritó puta y aseguró que 100 pesos le había
costado quebrarme ella quería les dijo ella tiene un piercing de ombligo y es una puta ella va a morir
en las manos de un hombre que me perdone por concederle el perdón y regalarle estos seis
malditos años yo tuve abuelos ficticios maestros abuelados actores de acogida metas para abrir
casas de adopción y obligar a los niños a ser mis abuelos sueños para esculpir hogares de ancianos
en cada ausencia para abuelarme para donar mis años a papá y asegurárselo a mis hijos si no
tendría que explicarles que los abuelos no existen que no los busquen que mamá no tiene abuelos y es
una niña petrificada que espera abrazos de una cabellera con canas y camisa para madurar un
sentimiento pero que sigue siendo una niña y es muy muy feliz yo nunca tendré un abuelo yo tengo
perros ancianos que me ofenden por cinco kilos y me miran los muslos por si las nietas por si
tropiezo y el amor me deja sin ropa yo siempre tendré palabras desbordándome el oído y un
llanto matinal falleció habla bajo la niña está durmiendo dicen que la suegra tan gorda que los
zorcones se arrodillaron ante un cobarde y yo no tenía abuelos pero me atragantaba con una niña
despierta yo nunca tuve un abuelo yo escuché a manzano leyendo poemas y asalté su tren le ofrecí
un soneto y un abrazo que acumulaba por 25 años luego hablamos de rostros los verdaderos rostros
de niños que especulan sobre un abuelo y su nieta manzano fue un maestro abuelado que hacía cuentos
de minotauros y mariposas antes de dormir que me obligaba a abrir los ojos porque existir me
infligía miedo y del miedo se esperan poemas valientes siendo un minotauro me quedé en la
estación prevista con el humo y el bullicio desmembrándome y el tren partió y yo corrí
detrás porque dejaba libros abandonados en su asiento él me tiraba besos desde la ventana
de vidrio y sonreía yo era su nieta su nieto olvidadiza de los trenes yo tuve muchos abuelos
que iban y venían conforme mi corazón los llamaba que terminaron creando fobias y poemas
yo tengo un recuerdo de ataúdes medios gritos medios padres sogas a medio horcón verdes a medio
infarto niñas medio dormidas adultos medio errantes y finjo olvidarlo todo y que me perdone
un hombre por la vergüenza que me perdone dios por cerrar los ojos y pensar mi muerte por llamarlo
padre y llorar porque nunca nunca tuve un abuelo saludos lectores