
"La Isla del Tesoro" de Robert Louis Stevenson (Parte Quinta)

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"La Isla del Tesoro" (Treasure Island) es una novela de aventuras escrita por el escocés Robert Louis Stevenson, publicada en Londres en 1883 (publicada originalmente por entregas en la revista infantil Young Folks, entre 1881 y 1882 con el título de The Sea Cook, or Treasure Island).
Esta obra ha sido fuente de inspiración para el cine, la televisión, la literatura, cómics e incluso videojuegos. La novela adopta un tono crítico y una reflexión moral del protagonista hacia el dinero y la ambición.
Música:
Pirates of the Caribbean The Black Pearl
Pirates of the Caribbean The Curse of the Black Pearl
"Treasure of the Seas" Epic Music
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La isla del tesoro de robert louis stevenson parte quinta a capítulo primero empezó mi aventura en la mano los amotinados ya no volvieron a atacar y ni siquiera dispararon un solo tiro texto el bosque recibido suficientes razón para aquel día como dijo el capital y pudimos indicarnos sin otros temores a reparar el fortín atender a los heridos y preparar una buena comida el aire y nos ocupamos esto el tema e hicimos fuego en la explanada estábamos al descubierto pero estábamos cuenta realizados por los gemidos que escuchábamos de los heridos que estaban siendo curados por el doctor de los ocho que habían caído en el combate sólo tres un respiraban todavía el pirata que recibió el tirón las piñera canteras y el capital es molesto pero los dos primeros podríamos dar los muertos el buccanners murió mientras lo operaban doctor y enter aunque hicimos todo cuanto estaban nuestras manos no volvió a recobrar el conocimiento todavía alentó respirando has territorialmente como al viejo capitán en nuestra austria cuando le dio el ataque hasta la tarde pero tenía aplastadas las costillas y se habían fracturado el cráneo en su caída y aquella noche sin que nos demos cuenta se fue con su hacedor las cenizas del capital eran considerables aunque no fatales ningún órgano había sufrido daño irreparable el disparo de anderson porque fue chapa el primero que la disparado había roto su paleta y ya he tocado al pulmón pero no era de gravedad la segunda pasada había descargado algo músculos de la pantorrilla su curación era asegurada dijo el doctor pero entretanto y en algunas semanas no se medía levantarse ni mover el brazo y de ser posible ni siquiera hablar el corte que yo me había hecho no es uno de ellos no tenía más importancia que una picadora el doctor me puso en emplasto y de propina medio un sopapo cariñosa después de comer el escribí el doctor se sentaron un rato junto al capital para celebrar consejo y después de un rato de conversación y cuando caerá máster mediodía el doctor toman su sombrero y dos pistolas se ajustó un machete al cinturón y con unos que te alambrado salió del fortín cruzó la empalizada por norte y los mismos desaparecer apresuradamente por el bosque y creí y yo estábamos sentados en una esquina del fortín lo suficientemente alejados para no escuchar por distracción las deliberaciones de nuestros jefes al ver el doctor alejarse creí que estaba fumando dejó caer su pipa asombrado por ivy que sucede exclamó