
LDD(R) - Ni una, ni grande, ni libre. La dictadura franquista

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La dictadura fue exitosa en su objetivo de supervivencia, 40 largos años, pero no tanto en las promesas que pretendían justificar su existencia. España Una, Grande y libre. Ninguna de esas máximas se cumplió, significasen lo que significasen para los fascistas que las pronunciaban a gritos.
Sin embargo, nada ha marcado tanto nuestra historia presente como esa dictadura. Y alrededor, una serie de mitos e ideas, que son fruto de la propaganda que el propio régimen grabó en las mentes de la población.
Por eso conviene, navegar nuevamente la historia para entender qué fue esa dictadura.
El historiador Nicolás Sesma acaba de publicar Ni una, ni ni grande, ni libre, la dictadura franquista. Junto con él hacemos un recorrido por esa dictadura, desde sus inicios hasta su autodisolución.
Recorreremos los años de aislamiento internacional, la búsqueda de alianzas para poder sobrevivir tras la caida del resto de fascismos del continente. El hambre de la larga postguerra, el servilismo ante EEUU, las primeras oleadas de huelgas, de dónde se salió la clase política franquista, los tiempos del desarrollismo, la tele y los barrios de chabolas y la migración a Alemania a trabajar. Hasta terminar con la dictadura firmando su autodisolución.
¿Una, grande y libre? Al parecer nada de eso se cumplió, a pesar de la sanguinaria guerra, la represión y humillación del vencido, las cárceles llenas, las penas de muerte, el retroceso de los derechos de las mujeres, el autoritarismo...A pesar de todo eso, no cumplió nada de lo que prometió esa dictadura surgida de los fascismos de entreguerras.
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España, uno, España, tres, España, libre.
Soy Arturo, rey de los Bretones.
¿Rey de los qué?
De los Bretones.
¿Quiénes son los Bretones?
Todos nosotros, todos somos Bretones.
Y yo soy el rey.
No sabía que teníamos un rey.
Creí que éramos una colectividad autónoma.
Palacio de El Pardo.
Como en otro tiempo en su cuartel general,
el jefe del Estado español,
caudillo victorioso de nuestra guerra y de nuestra paz,
reconstrucción y trabajo,
se consagra a la tarea de regir y gobernar a nuestro pueblo.
Siguiendo el ejemplo de Franco,
todos los españoles tenemos deber de imitarle.
Y lo mismo que él dedica su inteligencia y su esfuerzo,
su sabiduría y prudencia de gobernante,
a mantener nuestra paz.
Supongo que es bastante evidente que esto que estamos escuchando es propaganda, ¿no?
Cada uno, en su esfera de acción y de trabajo,
propaganda de una de las dictaduras más sanguinarias que ha dado el siglo XX.
Cuarenta años de un régimen totalitario
que fue tremendamente exitoso.
Y lo fue porque no es un mero paréntesis en la historia española.
Al contrario, dejó una marca indeleble
de cicatrices y heridas que aún supuran.
La dictadura fue exitosa en su objetivo de supervivencia.
Cuarenta largos años.
Pero no tanto en las promesas que pretendían justificar su existencia.
España una, grande y libre.
Ninguna de esas máximas se cumplió,
significasen lo que significasen para los fascistas que las pronunciaban a gritos.
Sin embargo, nada ha marcado tanto nuestra historia presente como esa dictadura.
Y alrededor, una serie de mitos e ideas
que son el fruto de la propaganda que el propio régimen
grabó en las mentes de la población.
Por eso conviene navegar nuevamente la historia
para entender qué fue esa dictadura.
Hoy en la Linterna de Diógenes visitamos el franquismo.
Ni una, ni grande, ni libre.
A los cuatro años del triunfo que liberó a España,
triunfo que cubrió de laureles las inmortales banderas de la patria
al seguir las certeras órdenes de quien, en su cuartel general
y en los lugares de máximo riesgo,
supo conducir a sus tropas sin una vacilación ni una duda,
las fuerzas militares de tierra, mar y aire y la falange,
exponente de potencia y disciplina,
desfilan ante el caudillo y jefe de nuestro Estado
en la avenida del Generalísimo.
El pueblo aclama con fervor a Franco y a sus soldados
en el cuarto aniversario de la victoria que liberó a España
y que, después de vencer una cruenta guerra,
supo dar a la patria su unidad, libertad y grandeza.
Todas las almas recuerdan aquel parte oficial
donde se anunció al mundo la sensacional noticia.
En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo,
las tropas nacionales han ocupado sus últimos objetivos militares.
La guerra ha terminado.
La imagen del dictador omnipotente personaliza el fascismo
y crea la falsa impresión de que podemos entenderlo
perfectamente investigando solo al dirigente.
Esta imagen, que sigue siendo poderosa hoy,
es el último triunfo de los propagandistas del fascismo.
Desvía la atención de las personas, los grupos
y las instituciones que les ayudaron.
Tenemos con nosotros a Nicolás Sesma,
profesor de Historia de España en la Universidad de Grenoble
y autor de este Ni una, ni grande, ni libre,
un libro donde realiza un recorrido por toda la dictadura franquista
ofreciendo una mirada de conjunto,
en la que también son protagonistas personajes pequeños
y donde se desmontan, uno a uno, algunos de los mitos
que, aunque totalmente descartados por la historiografía desde hace mucho,
han continuado repitiéndose en el imaginario colectivo
y en una memoria contaminada por tantos revisionismos
y herencias de un pasado que nunca se llegó a enfrentar
con total honestidad a nivel público.
Nicolás, bienvenido a La Linterna de Eugenes.
Hola, muy buenas, ¿qué tal?
Una grande y libre es uno de los lemas franquistas por Antonomasia
que formaba parte de las promesas que el lanzamiento militar contra la República
hacía, ¿no? Promesas de salvación de una nación en peligro,
de regeneración de una nación contaminada y asediada por sus enemigos,
la anti España, y con la promesa de recuperar el poderío imperial de tiempos pasados.
Lo primero que tengo que preguntarte es por el título
«Ni una, ni grande, ni libre».
¿Acaso no cumplieron con ninguna de estas promesas?
Pues con ninguna de las tres.
El título viene cuando yo estaba...