LEGIÓN: CAPÍTULO 2

Un legion william peter blatty capitulo dos sé dagger un sacerdote jesuita irlandés de cuarenta y cinco años de edad y profesor de religión en la universidad de georgetown había comenzado su domingo con la misa de cristo refrescando su fe y renovando su misterio celebrando la eso speranza en la vida futura e implorando misericordia para toda la humanidad después de la misa se dirigió hasta el cementerio jesuita en la hondonada del campus del recinto de la universidad en donde había colocado algunas flores frente a una lápida grave ada con el nombre de damien karras ese jota después desayunó copiosamente en el refectorio consumiendo porciones garganta muescas de todo tortitas chuletas de cerdo pan de centeno salchichas tocino entreverado do y huevos había estado sentado junto al rector de la universidad el padre healy su amigo desde hacía mucho tiempo ya ve donde puedes meter todo eso se maravilló healy mientras contemplaba el pequeño y pecoso pelirrojo rojo que se preparaba un emparedado de tortitas y chuleta de cerdo dagger volvió sus mortecinos ojos azules hacia el rector y respondió inexpresivo vida limpia nom pere alargó la mano entonces para coger la leche y se sirve otro vaso el padre healy movió la cabeza y siguió bebiendo a sorbos su café olvidando donde habían quedado en su discusión de donde como poeta y como sacerdote tienes planes para hoy yo te quedarías por aquí es que quieres enseñarme tu colección de corbatas o qué he preparado una charla para la american bar association para la próxima semana y me gustaría comentarla estuvo contemplando fascinado a taller mientras esté vertía un lago de jarabe de arce en su plato sí estaré por aquí hasta la una y cuarto y después me iré al cine con un amigo el teniente kinderman ya le conoces con cara de sabueso el poli dagger asintió mientras se llenaba la boca es un tipo interesante observó el rector todos los años en este mismo día se siente abatido y depresivo de modo que tengo que animarle le encanta el cine y hoy es el día de ayer sintió llena de nuevo la boca el rector sorbía su café lo había olvidado dagger y kinderman se encontraron en el cine biograph de la calle m y vieron casi la mitad de el halcón maltés placer que quedó interrumpido cuando un hombre del público se sentó junto a kinderman e hizo algunos comenta varios perceptivos y apreciativo respecto de la película que kinderman aceptó amablemente y después el hombre siguió mirando la pantalla mientras colocaba una mano en el muslo de kinderman en cuyo momento este se volvió hacia su vecino en crédula mente profiriendo un juro por dios que no puedo creerle mientras cerraba unas esposas en la muñeca del hombre siguió una pequeña conmoción mientras kinderman conducía a ese hombre al vestíbulo llamaba un coche de la patrulla y después lo metía dentro del vehículo acústico