LGDS 12x28 La Roca 🔥

Aquí el director del FBI, Womack.
Director, escúcheme bien.
81.
Se lo repito, 81 civiles están bajo mi control desde este momento.
Asegúrese de que esto permanezca como un hecho secreto y de información restringida.
¿Con quién hablo?
Señor director, ahora tiene usted un problema muy grave.
Hemos desplegado una batería de cohetes con gas VX para realizar un ataque mortal sobre la población de la bahía de San Francisco.
Volveré a llamar a la 1-0-0 para exponer mis condiciones.
Quiero saber con quién hablo.
Soy el general de brigada Francis Hamel del Cuerpo de Marines desde Alcatraz.
Corto.
Cancelaré sus reservas.
Póngame con el Pentágono y llame a la oficina de San Francisco.
Según parece, Alcatraz vuelve a estar en funcionamiento.
Anoche el general Hamel, utilizando la violencia aunque sin llegar a matar y con el pretexto de un ejercicio de seguridad,
escapó llevándose 15 cohetes de gas VX.
Incluso perdió uno de sus hombres en la acción.
Ese es el general Hamel en Vietnam.
En aquella época era mayor.
Tres misiones en Vietnam.
Panamá, Granada, tormenta del desierto, tres corazones púrpura, dos estrellas de plata y la medalla del Congreso.
¡Al joder!
Este hombre es un héroe.
Creo que leyenda le describiría mejor, señor Sinclair.
Ahora podemos añadir secuestro y extorsión a su lista de hazañas.
Señor Sinclair, el general Hamel es un hombre de honor.
General, es él.
Frank, soy Al Kramer.
Hola, Al. ¿Cómo te va?
No lo sé, Frank.
Aquí hay un montón de personas muy, muy preocupadas, Frank.
No me andaré con rodeos.
83 marines del servicio de reconocimiento murieron bajo mis órdenes.
47 en el norte de Laos y sur de China.
En el sur de China nunca admitimos haber enviado tropas a China.
¿Quién ha hablado?
¡Identifíquese!
Jefe de personal de la Casa Blanca, Hayden Sinclair.
¿Qué edad tiene, jefe de personal Sinclair?
33 años.
Bien, señor Sinclair.
Posiblemente usted no tenga ni puta idea de qué estoy hablando.
Cuando cumplió nueve años, yo dirigía misiones secretas en China
y mis hombres acabaron con 200 objetivos enemigos.
Y ahora póngale esparadrapo en la boca al señor Sinclair.
Me está haciendo perder el tiempo.
¿Quiere seguir, Frank?
¿Recuerdan la operación Tormenta del Desierto?
La precisión de nuestras bombas inteligentes también cubierta por la CNN.
Fueron mis hombres los que hicieron posible esos impactos señalando a los blancos con láser.
A 20 de ellos les abandonaron pudriéndose cerca de Bagdad al acabar la guerra.
No se indemnizó a sus familias.
Ni se les concedió ninguna medalla.
Dieron la vida por su país y ni siquiera se les hizo un maldito entierro militar.
La situación es inaceptable.
Transferirán 100 millones de dólares de la compañía del Mar Rojo en el Gran Caimán
a una cuenta que yo indique.
De ese dinero, cada familia de los 83 marines recibirá un millón como compensación.
El resto de los fondos los repartiré a mi discreción.
Me he explicado claramente.
Salvo por lo de la compañía del Mar Rojo.
¿Qué es eso?
Identifíquese.
Soy Womack, director del FBI.
Son fondos reservados del Pentágono procedentes de la venta ilegal de armas.
¡Joder, Frank! Eso es información clasificada.
Si me acertan a la prensa, lanzaré el gas.
Si se niegan a pagar, lanzaré el gas.
Tienen 40 horas hasta pasado mañana al mediodía para transferir el dinero.
Conozco su alternativa y usted y yo sabemos que no tienen otra salida.
Hamel desde Alcatraz, corto.
Bueno, bueno, bueno...
¿Qué tenemos aquí?
Escuchad, banda de aficionados al buen cine de acción.
Hoy os traigo una historia de tipos duros.
Frases lapidarias y explosiones que harían llorar de emoción al mismísimo Dios del Trueno.
Estamos hablando de La Roca.
La película donde el bueno de Sean Connery,
con más carisma en una ceja que muchos en toda su carrera,
se alía con Nicolas Cage antes de que éste se dedicara a hacer películas como si le persiguiera Hacienda.
Dirigida por Michael Bay, el poeta de los petardazos y las cámaras lentas,
esta joya nos mete de lleno en un plan descabellado para colarse en Alcatraz
y evitar que un grupo de soldados cabreados conviertan San Francisco en un picnic radiactivo.
Así que preparad las palomitas, aseguraos de que vuestra mandíbula está bien sujeta
y ponedle velas a la Virgen de la Testosterona.
Porque lo que viene ahora es acción en estado puro.
Dale caña a la épica cuña, que esto empieza.
Y bajo el cielo gris de la bahía de San Francisco,
donde la niebla oculta secretos,
lejos de los pasillos del Pentágono y de las órdenes de Washington,
más allá de los muros de Alcatraz.