LGDS 12x47 Ready Player One y Nostalgia de los Arcades🕹️🎮

Nací en 2027, después de la carestía del sirope de maíz y de las revueltas por el ancho de banda, cuando la gente empezó a sobrellevar los problemas en vez de intentar arreglarlos.

Mis padres no sobrevivieron a esa época, así que vivo aquí, en Columbus, Ohio, con mi tía Alice.

En 2045, Columbus es la ciudad que más rápido crece del planeta.

Es donde Halliday y Morrow pusieron en marcha Gregarious Games.

Actualmente, la realidad es un coñazo. Todo el mundo busca la forma de evadirse.

Por eso Halliday era un héroe para nosotros.

Nos demostró que podíamos ir a cualquier sitio sin tener que ir a ninguna parte.

No hace falta un destino cuando corres sobre una cinta omnidireccional con un refuerzo interior cuadrafónico sensible a la presión. James Halliday vio el futuro y lo construyó.

Nos dio un lugar al que ir. Un lugar llamado Oasis.

Bueno, bueno, bueno. Mirad lo que ha traído el Necronomicon, nenas.

Bienvenidos una vez más al único sitio donde los fantasmas del pasado no dan miedo.

Dan ganas de bailar con una moneda de cinco duros en la mano.

Esto es La guarida del Sid. Pero hoy, más que Sids, somos pura pandilla ochentera con cinta en el pelo, camisetas rotas de metálica y olora recreativa mal ventilada.

En este episodio, nos calzamos nuestra Reebok Pump, nos peinamos como si acabáramos de salir de una peli de John Hughes y nos lanzamos de cabeza a ese jacuzzi emocional llamado Nostalgia.

Primero, calentamos motores hablando de nuestras correrías por los salones recreativos, a esos templos sagrados donde perdíamos horas, fichas y, a veces, la dignidad ante el jefe final.

¿Street Fighter? ¿Double Dragon? ¿Metal Slew? Sí, colega. Todo eso era nuestra infancia condensada en 16 bits y sudor adolescente. Y después, nos ponemos el visor de realidad virtual y saltamos directo al oasis, porque nos metemos hasta el fondo en Ready Player One.

Un repaso jugoso, con chispas de DeLorean, huevos de Pascua por doquier, Spielberg desatado y una película que es como un cóctel molotov de referencias pop lanzado directo a tu córtex nostálgico. Pero no todo es mirar atrás con babas en la cara, ¿sabéis? La nostalgia no es solo una excusa para llorar porque ya no venden Boca bits con los mismos cromos.

Es una máquina del tiempo emocional. Nos recuerda quienes fuimos, lo que soñábamos y por qué seguimos aquí, juntándonos como colegas para hablar de todo esto. Porque aunque el mundo se vaya al carajo, siempre nos quedará la memoria de una partida a dobles y de una época donde no necesitábamos filtros, solo imaginación y una buena banda sonora sintetizada.

Así que ya sabéis, baby, ajustad los cascos, abrid el corazón y preparad los créditos extra, porque esto va a ser un viaje retro y no pienso tocar el freno. Bienvenidos a la guarida del Sid. Nos recuerda quienes fuimos, lo que soñábamos y por qué seguimos aquí, juntándonos como colegas para hablar de todo esto.

Y bajo el cielo deshecho de Columbus, donde las torres de chatarra arañan la niebla digital, lejos del hambre del mundo real y del olvido que consume fuera del visor, más allá del resplandor del oasis, cruzando puertas ocultas, mundos pixelados y líneas de código bañadas en nostalgia, un podcast emerge entre avatares legendarios, vistas de Halliday y la amenaza de EOI respirando en la nuca. Miles de voces resuenan ya entre cascos de realidad virtual, DeLoreans rugiendo y monedas que giran en el aire. ¿Puedes oírlas?