LGDS 13x01 Tiburón 50 aniversario 🦈

Martín, Martín, ¿vas a cerrar las playas por decisión tuya? ¿Necesito autorización de alguien? ¿Necesita una ordenanza judicial o una resolución de la ley? Es lo que precede a la ley.

Francamente, nos disgustaría que te metieras en graves complicaciones.

No olvides que este es tu primer verano.

¿Qué quieres decir con eso? Lo único que quiero decir es que Emiti es una ciudad de veraneo.

Los veraneantes dejan muchos dólares.

No pueden venir a bañarse aquí.

Entonces irán a las playas de Cabocó, Nueva Hampton, Long Island...

No los vamos a utilizar como pasto de tiburones.

Nunca hemos tenido ese problema en estas aguas.

¿Qué otra cosa pudo haber descuartizado a esa chica? ¿Una hélice? Pues creo que posiblemente...

Sí, una motocicleta.

No es eso lo que usted me dijo por teléfono.

Estaba equivocado.

Tendré que rectificar el dictamen.

¿Y confirmará el de ahora? Sí, desde luego.

Martín, una muchacha sale a bañarse.

Nada demasiado lejos.

Está cansada.

Pasa un barco de pesca.

Ha ocurrido otras veces.

Creo que no te das cuenta de cómo reacciona la gente ante estas cosas.

Sí, me doy cuenta, Larry, pero yo me guío por lo que él me dijo.

Martín, todo es cuestión de psicología.

Gritas barracuda.

Y todo el mundo dice, bueno, ¿y qué? Gritas tiburón.

Y cunde el pánico y adiós temporada de verano.

Tiburón.

Una historia donde el verdadero depredador no es el bicho con aletas, sino la estupidez humana con ganas de vacaciones.

Pero no nos engañemos.

El show lo lleva él, el monstruo.

Una dentadura que haría llorar a cualquier dentista.

Un instinto asesino más fiable que Hacienda.

Y esa sombra en el agua que convierte un chapuzón en la última mala decisión de tu vida.

Porque si un tiburón te arranca la pierna, eso es una tragedia.

Pero si te arranca la recaudación, eso sí que es un drama nacional.

Así funciona.

El dinero primero, los cuerpos después.

Y al que no le guste, que se lo coma el pescado.

La peli va de tres tipos con un barco de mierda intentando cazar lo incazable.

Y de cómo la aventura se convierte en supervivencia cuando te enfrentas a algo que no entiende ni de excusas, ni de negocios, ni de tus ganas de tostada con nocilla en la playa.

Dos notas, no necesita más.

Y ya estás sudando frío aunque estés sentado en tu sofá con el ventilador puesto.

Y ahora, ahora viene lo bueno.

Porque si hay algo que realmente te agarra del cuello, no son los dientes del tiburón, es esa música.

Y ahora que suene Williams, que entre esa banda sonora que te eriza hasta el alma y que cada uno decida si se tira al agua o se queda en la orilla temblando.

Así que, Aurelio, dale caña a la cuña.

Y bajo un cielo estrellado que vigila el océano, lejos de la falsa calma de Amity Island y más allá de la orilla donde Chrissy fue devorada entre alaridos cruzando las aguas teñidas de rojo y los restos de Lorca que se hunden en la espuma, un podcast se alza por encima de todos.

Miles de voces resuenan ya en el viento, como los gritos de los bañistas arrancados de golpe bajo las fauces del tiburón, como el disparo desesperado del jefe Brody, el ahogo contenido de Hooper dentro de la jaula destrozada o la risa quebrada de Quint apagándose entre crujidos de hueso y sangre.

¿Puedes oírlas? Hola, pichoncitos de la guarida del Sith, soy Deadpool.

Hola, soy Walter Bishop.

Soy Bruja Escarlata.

Soy Dean Wichester.

Soy Leonardo DiCaprio.

Soy Kratos, el que ha derrotado titanes y bestias.

Soy Jon Nieve.

Soy Jon Connor, la guarida del Sith.

Hola, guardianes.

Si habéis venido hasta aquí y sois monstruos del infierno, las tiriabras vendrán.

¡Tenemos una urgencia! Cada día está más cerca y limpia.

No me seas peloso insensato.

Jamás saldrás de origen.

Si huele a buena hierba de la comarca, es que es la guarida del Sith.

¡Vamos, bestia! ¡Uníos a la guarida! ¡Uníos a la guarida! ¡La guarida! ¡La guarida! ¡La guarida! El mamado Lidl y Cougar19.

Comandan esta nave y surcan juntos.