Literatura para Oír #1175 Otro golpe de la Parca (Irlanda)
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*Realizador: Jorge Echavarría. *Lector: Carlos Ignacio Cardona.
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Programa de radio bolivariana de la universidad pontificia bolivariana medellín colombia otro golpe de la parca edna o'brien escritora irlandesa hoy en literatura para oír sigue la señora muerte como la llamaba nuestro león de greiff con su interminable cosecha esta vez el golpe de guadaña se llevó a la novelista irlandesa edna o'brien quien murió a los noventa y tres años el veintisiete de julio de dos mil veinticuatro nacida a finales de mil doscientos treinta en el pueblo de tung rainy vivió la mayor parte de su vida en londres pero su tierra natal alimentó su obra sin que ello la llevará a idealizar sus primeros años al descubrir su pueblo natal como cerrado ferviente e intolerante huyó de este ambiente marchándose a estudiar a dublín donde se edipo como en farmacia en mil novecientos cincuenta y ejerció como boticaria hasta que conoció al escritor ernest gabler con quien se casó en mil novecientos cincuenta y cuatro instalándose en londres a su primera novela las chicas del campo que causó gran revuelo siguieron otras dos que completaron su trilogía de tono autobiográfico además de novelista incursionó exitosamente como poeta dramaturga cuentista guionista y biógrafa fue galardonada con los premios iris book en dos mil doce el nabo uf en dos mil dieciocho el premio europeo a la literatura el gris en cavour italiano la medalla ulises entre otros su obra no es muy conocida en español ya que su trilogía publicada a comienzos de la década de mil novecientos sesenta apenas se tradujo a nuestra lengua en la segunda década del siglo veintiuno oigamos algunas páginas de su trilogía comenzando por las chicas del campo donde la autocrítica y el humor van de la mano desperté sobresaltada y me incorporé de inmediato únicamente me despierto de esa forma cuando algo me angustia aun así en un primer momento no entendía por qué tenía el corazón tan acelerado entonces recordé la razón de siempre él no había vuelto a casa todavía me demoré un momento en el borde de la cama antes de levantarme alisando con una mano la colcha de satín verde a mamá y a mí se nos había olvidado doblarla antes de acostarnos me deslicé despacio hasta tocar el suelo y sentí el contacto del linóleo frío en las plantas de los pies encogí los dedos de forma instintiva tenía unas zapatillas pero mamá me obligaba a reservarlas para cuando iba a casa de mis tías y primos y teníamos alfombras pero las guardábamos bien enrolladas en los cajones hasta que llegaban las visitas de dublín en verano me puse los calcetines ni siquiera el olor de tocino frito que subía de la cocina conseguía animarme fui a subir la persiana tiene con tanta fuerza que la cuerda se enredó menos mal que mamá ya estaba abajo porque siempre andaba sermoneándome acerca de cómo subir las persianas despacio y con cuidado aún no había salido el sol y el césped estaba moteado de margaritas dormidas el rocío lo cubría todo una bruma leve y vacilante velaba la hierba bajo mi ventana el seto la herrumbrosa alambrada de más allá el vasto campo la neblina impregnaba las hojas y los troncos y los árboles parecían irreales como salido de un sueño alrededor de los no me olvides que brotaban a los lados del seto se advertía un halo de humedad una humedad que relucía igual que la plata reinaba una calma perfecta de la montaña azulada a lo lejos subió una columna de vapor el día se presentaba caluroso al verme asomada bolsillo salió del seto se sacudió el agua y me dedicó una mirada perezosa melancólica bolsa era nuestro perro pastor le había puesto ese nombre porque en los ojos tenia unas manchitas blancas y negras que me recordaban los caramelos mentolados solía dormir en la carbonera pero la noche anterior había preferido instalarse en la madriguera que había bajo el seto siempre que papá no estaba dormía allí para mantenerse alerta no hacía falta preguntar mi padre no había vuelto a casa en ese momento ikki me llamó desde abajo me estaba pasando el camisón por la cabeza para quitármelo así que no lo y bien que como dices pregunté saliendo al descansillo envuelta en la colcha de satén por el amor de dios