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By Historias Pulp Historias Pulp
Llega el Hombre Araña, por Elmer Ruddenskjrik

Llega el Hombre Araña, por Elmer Ruddenskjrik

4/11/2022 · 16:05
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Alopius se encamina en el interior del bosquecillo muerto...

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https://historiaspulp.com/

-The Sawer of Darkness

Música de Akiramarok.

-Suspence Cinematic Music Effect
-Suspence Music 1

Música de alexcardozomusic de Pixabay.

-Cinematic Horror Climax

Música de FreeMusicMascot de Pixabay

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Historias con más en este que se escucha relatos de teatro fantasía de los autores rango mundo ahora que como tú llega el hombre araña por el club escrito no es más que una burda historia para asustar a los bebés se dijo al obvios internan dos entre los apretados y se construyó un coste aquellos árboles muertos hacía tanto tiempo que nadie recordaba el tipo de hoja que habían tenido alguna vez lo estrecho de cada tronco la forma en que se confunda entre el resto como parte de una prolija cortina de grises cordones rígidos también hacía muy difícil tratar de definir los con el nombre dado tiempo atrás a su especie a lo recordaba en ese momento apretando se casi reptando entre las esperas corteza así procurando no era años se contra ellas desnuda rodillas que incluso el profesor de ciencias naturales de su clase era reacio a hablar sobre la antiguos que sitio como parte de un entorno natural de hecho pese a que la clase del opio tenía sus cuatro ventanas de cristales violados por el polvo orientadas hacia el apretado acervo de madera muerta el profesor de ciencias naturales parecía siempre evitar mirar siquiera de reojo en su dirección la misma impresión le causaba en el resto de los profesores y hasta muchos de sus compañeros alumnos exceptuando aquellos que como a él estaban siempre dando que rehén clase o mostrando su falta de pasión por los estudios de formas más tranquilas como el simple acto de mirar todo el tiempo que fuere posible hacia el exterior donde una esperanza cerca en libertad hacia siempre en el caso de los ríos y evadir o el tedio mi eterno de cada segundo de cada minuto de cada hora la jornada escolar el opio como el resto de los niños jóvenes y adultos de su pueblo había aprendido a dormirse con el repetitivo pegadizo y combina antonio son y que te que duras penas podría considerarse una nana y que era conocido como llega el hombre araña no había alma de entre aquellas que me daban a su peculiar modo por el extenuada callejero que no se conociera la canción de cuna una notoria seña de identidad de cultura de un sitio conformado de más o menos estrechos pasadizos entre los torcidos muros de madera y piedra larga masa de las casas que se amontonan para formar el populacho allí donde un cielo casi siempre encapuchado cumplía minutos homenaje de lluvia espera dar lugar a un remedo de calzadas que a fuerza del pisotear y el radar de carros tirados por mulos y caballos se había acabado por cuajar en una capa de barro seco y estriado a menudo hojas de charcas a lo pibes y resuelto por unos instantes a la vez iniciado su incursión en el bosque estéril abrumado por su solemne silencio inmóvil homogéneas pronto se sintió retribuido por dejar atrás el leve bullicio y la densidad del aire viciado por el sudor las heces de animales y el un modelo área de las calles no todo que un aire diferente parecía llevarse con cada expiración una pequeña absoluta de la soya acumulada en sus pulmones todos esos años y que una calma espesa un silencio extendido entre aquellos troncos con la densidad de un bizcocho recién horneado aliviaba por momentos y conciencia acostumbrada el límite de la crispación por los avisos de agua va desde las ventanas altas de las casas los gritos de niños peleones juguetones los ladridos de perros y excedentes unidos de gatos en celo nos alborotados discursos de los borrachos habituales del pueblo los extintores gritos de padres regañando y madres llamando para comer los alumnos de burros de cuatro y dos patas en general a los piojos ya se había olvidado de las historias del el hombre araña del que se sabía pero poco se decía que vivía en lo profundo del bosque sitio

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