Lo que aprendí de mi pingüino-El potente regreso del director de Full Monty Peter Cattaneo

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Al cineasta Peter Cataneo se le recuerda fundamentalmente porque suena la música y muy especialmente por una comedia que arrasó en todo el mundo, Full Monty, así como por otros títulos menores, pero que en esta ocasión podemos decir que resurge de las cenizas, adaptando el BSL internacional, lo que aprendí de mi pingüino de la escritor Tom Mitchell, que de alguna manera nos ofrece una historia que tiene un plus especial ya que está basada en hechos reales y que tiene un toque surrealista.

Esta historia se sitúa en los inicios de la dictadura argentina de 1976, tiempos convulsos por los atentados terroristas de los montoneros de corte comunista que cometieron más de mil asesinatos en 11 años y que desencadenaron una dictadura potente, la dictadura de Videla con la triple A, haciendo desaparecer a nada más y nada menos que 30.000 personas, en una guerra entre comunistas y derechistas.

El realizador británico nos cuenta una historia con encanto dentro del drama en el que un profesor inglés británico que se encuentra era un pingüino, mientras trabaja en el colegio St. George en Argentina, sacando lo mejor de sus alumnos, haciéndoles pensar a través de las grandes obras de la literatura universal como Hamlet, sobre todo haciendo reflexionar sobre la libertad. ¿Quién nos acuerda de esa célebre frase ser o no ser? To be or not to be, that is the question.

El citado director Peter Cartaneo nos ofrece muestras de su sentido del humor entre refinado y tosco, con buenas dosis de sarcasmo e ironía al más puro estilo british, gracias a la magnífica interpretación de tres veteranos. Tres veteranos de lujo como Steve Coogan, el Monty Python, Jonathan Price, que está extraordinario, que es brillantísimo haciendo de profesor británico y de director de colegio, que sobre todo merece la pena verlo en versión original, acompañados de la veterana actriz Vivian Alhaber, que hace un papelón como esa madre de la Plaza de Mayo que lucha por descubrir la verdad, por denunciar esas desapariciones de muchos hijos en la dictadura.

No obstante, y no por esto lo estoy justificando, no se cuenta la enorme cantidad de actos terroristas que se habían cometido con anterioridad, que mataron a muchas personas y que desencadenaron ese golpe, aunque sí es verdad que una chica de la ideología comunista, en este caso, dice que no piensa ser cómplice de ese tipo de violencia para lograr ciertas mejoras en el país.

Lo mejor en esos tiempos difíciles fue la actitud del profesor protagonista, que supo canonizar en su labor como profesor de literatura una forma de hacerles reflexionar a sus alumnos sobre la libertad, para pacificar los ánimos de alumnos de diferentes ideologías, destacando los lazos que les unían más que los que les separaban con inteligencia, tacto, metáforas, subiendo el nivel educativo y sacando los complejos de sus alumnos para que puedan triunfar tanto en la vida real como a nivel académico y profesional, destacando que el miedo es propio de valientes, que a veces salen al paso de las dificultades, dando la vida por los demás.

Por último, destacamos las declaraciones de Peter Cataneo, que son bastante jugosas y que nos vende la película del siguiente modo. Al hacer esta película me pareció importante mantener un tono que lograra el equilibrio perfecto entre humor y melancolía, de este modo pudimos contar una historia que, aunque llena de detalles de época, mantiene un carácter intemporal de fábula, aunque no todos tendremos la suerte de acoger a un pingüino en nuestras vidas como Tom. Espero que esta película enseñe al público que el mundo puede ser mucho más hermoso cuando nos abrimos a él.