Lo más odiado | “El activismo necesita que el genocidio dure hasta 2027”
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Juan Soto Ivars y Alberto Olmos vuelven a sentarse en su (ya no tan) nuevo estudio de El Confidencial para un nuevo episodio de Lo más odiado. ¿El tema? La Flotilla que acaba de interceptar Israel cuando iba rumbo a Gaza con activistas como Ada Colau a bordo.
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Pues ya estamos aquí otra vez. Os habréis dado cuenta de que ahora los jueves religiosamente publicamos este contenido grabado el mismo jueves.
Estamos al filo de la actualidad, entonces esto se ha profesionalizado muchísimo.
Y para romper un poco la dinámica, yo hoy quiero empezar haciéndole a Olmos una pregunta que tiene que ver con la crianza de los niños.
Vaya, pues somos los dos papás...
Además esto es auténtico, ¿no? No, no, es que...
No, no, es que...
No, no, es que...
No, no, es que...
No, no, es que...
No, no, es que...
No, no, es que...
Vale, mi hijo tiene cinco años y está en el momento en que ha descubierto a los pobres.
A los pobres, a los pobres.
Vamos al Mercadona y en la puerta hay un tipo, un negro, que está ahí pidiendo.
Y claro, es el típico que le preguntas, oye, ¿te compro algo o tal? Pues le compras algo en el Mercadona o tal, o le das un dinero o lo que sea.
Y entonces él, como me ve, saludarlo y preguntarle y tal.
Luego me preguntó, cuando volvíamos en el coche con la compra, me dijo, ¿ese quién es? ¿Ese amigo tuyo? Y digo, no, no, mira, ese es un chico que está ahí, que no tiene trabajo, que está pidiendo para comer.
Para empezar, Juan, solo un 5% de la gente, como tú, interactúa con un indigente en la puerta de un supermercado, ¿eh? Bueno, pues está ahí pidiendo, pues...
O sea, todo lo que venga después de esto es por culpa tuya, básicamente.
Es culpa mía.
Vale.
Sinceramente, la gente pasa por el lado bueno...
No, mucha gente se le pregunta, tiene una bolsa que va llenando, la gente le compra cosas.
Él te enseña...
Es que da mucha pena, porque es un tipo que no habla español, que es una cosa en la que yo pienso mucho cuando se habla de solidaridad, de dejar de entrar a los inmigrantes de las pateras, que es, vale, pero dejar de entrar ¿para qué? Porque este tío seguramente ha venido de la quinta hostia de África, haciendo un viaje a América, ¿no? Se ha conseguido pasar, no sabemos cómo, no habla español y está hecho una puta mierda en la puerta de un supermercado, pidiendo y te enseña fotos del móvil de las cosas que quiere, porque no las sabe nombrar.
Eso no se va a decir pollo, no se va a decir colacao.
Pero ¿y las fotos? Las fotos las ha hecho dentro del Mercadona, a las cosas que necesita.
Vale, y la persona tiene internet y todo.
¿Eh? Que a ver si va a tener internet de algún hombre.
Ah, sí, siempre tiene internet porque se comunican con sus familias.
Es uno de los pocos...
O sea, en el mundo actual, tener un móvil y internet, eh...
Pero ¿cómo tienes internet? No, no entiendo.
O coges internet del Mercadona, del móvil.
El caso.
Alejandro, mi hijo, pues después de esto, se quedó muy impresionado de saber que ese que está ahí en la puerta del Mercadona tiene que pedir, pasarse ahí el día para tal.
Entonces yo me vi ante la...
Estaba que no dormía por la noche.
Estaba como...
¡El pobre! ¡El pobre! Gritaba.
Ah.
Entonces yo tenía la duda, digo, ¿cómo afrontaría Olmos el hecho de que su hijo haya descubierto que el mundo no es como la casa en la que vive y el colegio al que va? No sé, tío.
O sea, que hay una cosa muy jodida, o sea, todavía no sabe lo que hay un...
O sea, en mi casa, como no tenemos tele, pues no sabe lo de Gaza.
O sea, no sabe que hay gente despanzurrándose.
No te puedo aportar nada porque yo no recuerdo cuando mi hija, que tiene nueve, ya debería, ya sabrá que hay pobres, pero no recuerdo que fuera un conflicto ni nada.
Soy incapaz de...
O sea, a tu hija los horrores del mundo todavía se la sudan.
No, no...
No, los va descubriendo por casualidad o por...
Hace comentarios.
Pero sobre lo de ser pobres, yo creo que hace años yo les decía que éramos pobres y luego les empecé a decir que no éramos tan pobres, pero la pobreza de solemnidad que decían antes...
Sí, de no tener casa...
Es que en la calle donde todos vivimos sí que de vez en cuando hay gente tirada en el suelo pidiendo.
Es que la ciudad es otro rollo, yo vivo en el campo.
Y yo creo que yo vengo de un pueblo, tío.
Yo soy el típico, o fui el típico provenciano de los años 90 que vengo de un pueblo y un tío me pide dinero y yo se lo daba porque pensaba que era de verdad que necesitaba ese dinero para el autobús, para llevar por teléfono.
Y te impresiona la pobreza.
Yo he nacido en Madrid como son mis hijos, desde que tienen un solo razón ven gente en la calle sin nada y entonces no tienen... no los ven.
Sí, naturalizan.
Sí, totalmente.
Yo no he tenido ninguna situación en la que me traten de preguntar por qué no tienen casa, digo, porque... porque no, no sé.
Ya.
Pero también, yo te juro que es culpa tuya.
No, no, si será culpa mía.
Porque al interactuar con ellos, pues claro...
Hombre, pero es que hay que interactuar con ellos, ¿no? No.
¿Por qué? No lo digo en plan insolidario nazi, sino en plan... es que lo natural es pasar.
Porque lo pensaba una vez...
Yo te diría que lo normal...
No, mira.
Mucha gente lo hace.
Había un... no, no.
Había alguien que pedía al lado de mí una antigua casa mía y yo le dije...
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