Llega la nave Galactica, estrella de combate, o como se la conoce habitualmente, BATTLESTAR GALACTICA, a La órbita de Endor. Los Cylon se mezclarán entre los miembros del equipo, hasta el punto de que uno de ellos podría ser en verdad una de estas máquinas de apariencia humana. ¿Quién? Descúbrelo en esta edición, en la que nos centraremos especialmente en la serie de televisión reinventada de los años 2000, reboot de la serie clásica de los 70, que también tendremos en cuenta en un dossier analista y pormenorizado. Alcanzaremos conclusiones sobre ciertas tramas de basta complejidad propuestas por una saga que va más allá de la ciencia-ficción convencional. Y además, andaremos con pies de plomo con el asunto de los spoilers, aunque avisaremos de los que son inevitables, porque los hay. Raúl Martin, Nathan Kurtz y Antonio Runa son los encargados de pilotar los Vipers que nos llevarán a la Tierra. Únete a nosotros, o atrévete a combatirnos. ¡Eso decimos todos!
Después aprenderemos no pocos detalles sobre una cultura que nos sigue fascinando: la nipona. En los “Secretos del Japón”, el Coronel Kurtz nos volverá a deslumbrar con una mitología muy desconocida en occidente.
Por último, el director del programa profundizará en la experiencia nostálgica de relectura del cómic de superhéroes que encandiló a toda la chiquillería de los 80: SECRET WARS. Una batalla sin precedentes entre todos (ejem, ejem) los superhéroes Marvel, contra todos (ejem, ejem, ejem) los supervillanos terribles de ese mismo universo.
Habrá tiempo para traer ese rincón del oyente donde vosotros sois los únicos protagonistas y, como suele ser habitual, todo el fregado estará editado, orquestado, documentado y expuesto a la manera made in lode.
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Comments
En relación a la primera serie de Galáctica: De todos los imitadores de “Star Wars”, la serie televisiva “Battlestar Galactica” fue la que menos ocultó su “inspiración” hasta caer en la pura desfachatez: robots que emiten extraños ruiditos, peleas en el espacio con cazas individuales, el piloto desvergonzado pero encantador, el muchacho que sueña con ser un héroe, un imperio malvado, una gigantesca base enemiga de aspecto amenazador… hasta la banda sonora de Stu Phillips recordaba a la de John Williams. 20th Century Fox, el estudio que produjo “Star Wars” no comulgaba con ese dicho que reza que la imitación es una forma de adulación, y emprendió una batalla legal contra el productor y guionista de la serie, Glen A.Larson, y el estudio que la albergaba, Universal, argumentando que la existencia de más de treinta similitudes entre ambas ficciones no era precisamente casualidad: los personajes de Apolo y Starbuck se parecían demasiado a Luke Skywalker y Han Solo, los cylones a las tropas de asalto, el líder cylon a Darth Vader, los Vipers de la Galáctica a los Ala X rebeldes, etc… Por su parte, Larson se defendió argumentando que su guión había sido escrito antes de que se estrenara “Star Wars” y que si plagiaba de algún sitio, era del Éxodo bíblico, con Adama en el papel de Moisés, liderando a su pueblo hacia la Tierra Prometida, en este caso el planeta Tierra. Volveremos sobre el aspecto religioso enseguida. Universal contraatacó con una demanda en la que acusaba a Lucas de haber plagiado ideas del serial cinematográfico de “Buck Rogers” (1939) y los robots de “Naves Silenciosas” (1971). En honor a la verdad, hay que decir que algo de razón tenía Universal. “Star Wars” era una amalgama destilada de los recuerdos infantiles que Lucas atesoraba de los seriales de Buck Rogers y Flash Gordon. Pero, al menos, aquél supo combinar todas sus “ideas” de una forma lúdica y con una resonancia mitológica ausente en aquéllos, mientras que “Battlestar Galactica” se limitó a copiar sin imaginación y sin añadir nuevos matices a sus personajes. ¿Un ejemplo? R2D2 es un robot simpático y original, pero cuando en “Galáctica” se presenta un perro robot para que sirva de mascota a un niño huérfano –en realidad un chimpancé adiestrado con un disfraz-, el resultado es de un sentimentalismo indigesto. Aunque la demanda de 20th Century Fox y Lucas fue desestimada por los tribunales y nunca prosperó, cualquier aficionado a la CF podrá encontrar en “Battlestar Galactica” indicios de plagio descarado del universo conceptual y visual de George Lucas. Pero Larson, como él mismo declaró, integró otros elementos tomados del ámbito de la religión y la ufología setentera en un desordenado revoltijo. La apertura de los títulos de crédito “toma prestado” el ideario de Erich Von Daniken: “Hay quien cree que los humanos llegaron del espacio y que fueron los antepasados de los egipcios, los toltecas y los aztecas, los arquitectos de las pirámides y las civilizaciones perdidas de la Atlántida y Lemuria” (aunque ni siquiera alguien tan propenso a la fantahistoria como Daniken se tomó en serio la existencia de Lemuria; sólo se propuso como una idea para explicar la posible migración de animales entre continentes). La mayoría de los personajes tienen nombres extraídos del panteón mitológico griego, los cascos de los pilotos son de inspiración egipcia y los planetas fueron bautizados con las denominaciones de los signos astrológicos. Del judaísmo se tomó la idea de la propia Galáctica como una especie de Arca salvadora de los últimos especímenes de la Humanidad (de hecho, la serie iba a ser llamada originalmente “El Arca de Adama”). El propio Larson, era mormón practicante y su religión no se libró de la siega iconográfica: el viaje de la Galáctica se parece menos al Éxodo de Moisés que al de Brigham Young guiando a sus correligionarios mormones a través del continente americano en una misión divina para terminar fundando Salt Lake City; el Consejo de los Doce es un trasunto de la principal autoridad mormona. Kobol, el planeta origen de las doce colonias, es un anagrama de Kolob, el mundo más cercano a Dios según los mormones; y la creencia que esa fe sostiene en la teoría -histórica y antropológicamente absurda- de que las doce tribus de Israel se extendieron por todo el mundo para formar los actuales grupos raciales, es la que se halla tras las Doce Colonias humanas de la serie. Espero no haberme extendido demasiado y que algo de esto os pueda ser de interés. Un saludo y enhorabuena por este y por todos los programas.
macrospoilers, menos mal que yo la he visto. por cierto al que le gusta Boomer, claramente le molan las asiaticas
Pedazo de spoiler que haceis con la salida del armario...
para quien ha visto la serie (y para quien no también) es un rollo de audio
Pues me alegra, pero se trata de la voz de Lorenzo Beteta, actor que ha prestado su voz también al Dr. Wilson de la serie House, al personaje de Jack en Perdidos y al agente Mulder de Expediente X. Vamos, que me ha encantado la comparación, pero creo que mi voz está a años luz de la suya. Aún así, gracias.
Me había parecido la misma voz... Jurjur :-(
JurJur, ¿Dices Que yo soy el de "una posibilidad aterradora"? ¿Lo dices porque me parezco físicamente a Gaius Baltar o lo dices porque la voz se parece? No sé, me has dejado to loco.
Gran programa como siempre y espero que hablen del estudio Ghibli, todo friki deve saber de ese estudio.
Hey, Runa!! Hace gracia oirte haciendo el programa de Galáctica y siendo un personaje de la misma serie! ¿O no eres tú el que dice... "es una posibilidad aterradora"? 68:45 Este desdoblamiento puede crearte una paradoja temporal. Ten cuidado!! :)
Por favor que vuelva Kurtz a comentar literatura!!!