La logística aliada en el Pacífico. 2GM [Capítulos de Historia 281]

Buenas y bienvenidos a Super Game Pro Helión, podcast dedicado a la historia militar e historia contemporánea.

Cuando uno lee sobre las campañas en Europa y el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, es común encontrarse con referencias a las distancias entre un punto A y un punto B.

Pero rara vez se transmite el verdadero impacto que esos kilómetros tuvieron en la estrategia general de los generales o almirantes, en la táctica y, sobre todo, en la logística.

La distancia y la manera en que el material bélico viajaba desde la fábrica hasta el frente era y es una de las principales consideraciones para cualquier planificador militar.

Sin suministros, cualquier campaña, por brillante que haya sido diseñada, estaba condenada a fracaso.

Buenas y bienvenidos a Super Game Pro Helión, en este capítulo de historia vamos a hablar sobre la logística norteamericana durante la Segunda Guerra Mundial, centrándonos más o menos en el Pacífico.

Para poner un ejemplo, y es que aunque se ha escrito mucho sobre la invasión de Normandía como una de las batallas más importantes de la Segunda Guerra Mundial, bueno, pues todo esto nunca habría ocurrido de no ser porque las armadas de Canadá, Gran Bretaña y Estados Unidos, junto a otras grupos, ganaron la Batalla del Atlántico, la campaña más larga y costosa en realidad de la guerra en Europa.

Y es que durante más de 5 años y medio de batalla, los aliados perdieron unos 3.500 buques mercantes, 180 buques de guerra y unos 750 aviones, todo esto junto con 36.000 marineros aliados y otros 36.000 de la marina mercante.

Para contrastar, Alemania sufrió 30.000 bajas, unos 800 submarinos y 47 buques adicionales.

Si los aliados no hubieran asegurado nuestras líneas de comunicación marítima, las S-LOC en inglés, entre Norteamérica y Gran Bretaña, frente a estos U-BOT de Hitler, las invasiones, por ejemplo, TORCH en África, luego Sicilia y Normandía y también DRAGOON en el sur de Francia, pues obviamente hubieran sido imposibles.

Para apoyar todas estas invasiones, pues se tuvieron que enviar volúmenes colosales de hombres y, como no, de material, a través del vasto océano Atlántico, lo cual no era tarea pequeña y en tipos de guerra ya no nos imaginemos.

Vamos a considerar lo siguiente, un convoy navegando a 6 nudos desde Nueva York hasta Liverpool, necesitaba 16 días para cubrir esas 3.100 millas náuticas entre ambos puntos.

A una velocidad de 10 nudos, el tiempo bajaba a 13 días.

Un convoy que partía de Norfolk, en Virginia, hacia Gibraltar, unos 3.400 millas náuticas, necesitaba 17 días y 12 horas a 6 nudos, 14 días y 10 nudos.

Los mares agitados y las tormentas también, como no, podían ralentizar considerablemente el avance de un convoy y ninguno de estos tiempos de tránsito, ni siquiera con buen clima, incluía horas y distancias adicionales que implicaba zigzaguear para evitar cuando había un ataque submarino.

Los logísticos del S.H.A.E.F., el Comando Supremo Aliado, también tenían que tener en cuenta, más o menos, las pérdidas que podían tener.

Y es que en 1940, ya a comienzos del 41, los días felices más o menos, los submarinos hundían hasta un 25% de los petroleros y cargueros en los convoys que partían de Canadá hacia el Reino Unido.

En septiembre del 40, por ejemplo, el convoy HX72 perdió 11 de sus 43 barcos.

En octubre de ese mismo año, el convoy lento SC7 perdió 20 de sus 35 barcos.

Y, por ejemplo, en diciembre del 40, el convoy HX90 perdiría 11 de sus 41 barcos.

Como os podéis imaginar, esta tasa de pérdidas, que más o menos, como hemos visto por los números, rondaba el 20-25%, eran insostenibles.

Y es que si se continuaba así, Gran Bretaña se habría visto obligada a capitular.

Básicamente hubo falta de comida, combustible y materias primas para continuar con su esfuerzo bélico.

A menos que los aliados ganaran esta batea del Atlántico, pues no habría victoria posible en Europa.

Incluso con las rutas marítimas mayormente aseguradas, ya en el último año de guerra, mover municiones y combustible hasta las unidades en la punta de avance aliado resultaba bastante agotador.

Uno de los ejemplos más publicitados de escasez de suministros ocurrió en septiembre del año.