LPDM 90. El futuro del Trasfondo en Warhammer

Saludos y bienvenidos, hoy vamos a tratar un tema que me parece ciertamente interesante y que va más allá del propio trasfondo de Warhammer, incluso hasta llegar a la concepción que los jugadores tienen del propio juego.

Es algo sobre lo cual hacía tiempo que quería hablar, pero no encontraba el programa adecuado, así que hago un episodio especial, más corto que los demás, para hablar de ello.

Y el tema es el siguiente, ¿dónde ubicamos nuestras partidas de Warhammer, a nivel cronológico? ¿Cuál es el presente del juego? Y más importante aún, ¿está escrito su futuro? Hablaremos de esto tanto en el Warhammer de siempre, como en The Old World, donde además vamos a tratar de descubrir qué puede depararnos el futuro.

Sin tener en cuenta la época actual de la edición del juego, que sea ya a finales del siglo XXIII, en el año 2276-78, el presente de Warhammer ha evolucionado muy poco en los 40 años del juego.

Desde cuarta a octava edición, el presente se hallaba en una fecha indeterminada alrededor de 2522, según el calendario imperial, mientras que en el juego de rol ha variado entre 2510 y 2525.

Como sabéis existen dos grandes líneas argumentales que avanzaron este trasfondo, la tormenta del caos, de la que hablamos hace muy poco, y el fin de los tiempos, que terminó con la destrucción del mundo en el año 2528.

Sin embargo, existen otras ramas alternativas, noticias aquí y allá sobre otras líneas temporales.

Este programa se me ocurrió al pensar en las batallas que estoy recreando en el fin de los tiempos, y me preguntaba hasta qué punto podría interesar a los aficionados, es decir a vosotros, reproducir batallas cuyo resultado final, ya sabemos, los buenos pierden.

Ya no solo en esta campaña en sí, sino incluso en The Old War.

Es decir, para muchos aficionados al juego de miniaturas, el trasfondo es muy importante, y con sus batallas, con sus partidas o sus campañas, al fin y al cabo no hacen más que tratar de apoyar su propia facción, a seguir la historia a favor de su ejército, ya sea conquistando otras naciones o defendiendo sus fronteras.

Claro, si tú ya sabes que hagas lo que hagas, el trasfondo dice que el planeta es destruido, pues bendita la gracia.

Sí, desde luego que es divertido recrear algunas batallas, ya sea del fin de los tiempos, de la herejía de Horus o de las guerras napoleónicas, pero personalmente, pienso que es mucho más interesante si tus batallas no tienen un final predeterminado, sino un mundo de posibilidades ante ellas, y que van escribiendo la historia a medida que sus resultados se decantan de un lado u otro.

Y no creo que sea el único que tiene esa sensación.

No hay más que ver el resultado que ha tenido el avance de trasfondo en Warhammer 40.000 después de la destrucción de Cadia.

Nunca antes este juego había triunfado tanto, nunca antes estaba a tantos años luz de otros juegos de tablero o del resto de juegos de la propia Games Workshop.

Sí, es evidente que hay otros factores además del avance del trasfondo, como la explosión de medios de comunicación sobre el tema, el rescalado de los marines, el cambio de dirección de la empresa, obviamente hay otros factores que explican el auge de Warhammer 40.000.

Pero el auténtico cambio en estos 40 años del juego ha sido avanzar en el trasfondo, desatascando una situación que ya era siempre más de lo mismo.

Volviendo a Fantasy, con la campaña del fin de los tiempos, esa gracia sobre que nos puede deparar el futuro desapareció, y en mi opinión desmotivó a mucha gente a seguir con sus propias partidas o campañas narrativas.

Pues bien, dado que Games Workshop ha publicado oficialmente varias líneas temporales, mi recomendación es la siguiente, que os olvidéis de todas ellas, que centréis vuestras partidas alrededor del año 2522, que es el punto a partir del cual todas esas líneas se separan, el punto en que termina la cronología en los reglamentos y en los libros de ejército, y que seáis vosotros quienes decidan el destino del mundo, o al menos de vuestro ejército.

Como argumentos os voy a señalar apenas algunas de estas líneas temporales alternativas y oficiales, recalco, que desmontan la canonicidad única del fin de los tiempos, y estas son las que he encontrado yo leyendo, es decir, puede haber muchas más, porque todavía no he leído todas las novelas que existen sobre Warhammer Fantasy.