Luchando contra la desigualdad, desde la solidaridad y la escucha. Onda ODS 23/04/25

Cuando el último árbol esté cortado, el último río envenenado, el último peixe atrapado, te darás cuenta de que los cartos no son comestibles, de que no puedes comer dinero.

El futuro es tuyo.

El futuro es nuestro.

Onda ODS.

Onda ODS.

Obrindo finestras para un mundo más justo y sostenible.

Para un mundo más justo y sostenible.

Abriendo ventanas para un mundo más justo y sostenible.

Estamos aquí con Ramón Ibeas, Secretario General de Cáritas Diocesana Vitoria.

Ramón, muchas gracias por acompañarnos hoy.

A vosotros por habernos invitado.

Esta es una entrevista en la que vamos a intentar conocer los grandes desafíos sociales que enfrentamos en Álava y cómo se relacionan estos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los ODS.

Nos interesa profundizar en temas como la exclusión social, la pobreza, el acceso a la vivienda y la importancia de la solidaridad a nivel local.

La primera pregunta, Ramón, para empezar es cuéntame un poco cuál es tu papel en Cáritas Diocesana Vitoria y en qué consiste tu día a día y cuáles son tus retos mayores.

Vamos a ver, yo creo que los oyentes me van a entender perfectamente.

Mi papel es el aceite.

El aceite que permita que los engranjes funcionen.

Mi papel no es ni resolver las cuestiones, ni es ayudar a que sea posible el trabajo para que podamos acompañar a las personas en situación de necesidad, en sus itinerarios, en la inserción, etc.

Ni más importante ni menos importante que eso.

Entiendo porque eres parte de un engranaje muy grande y tu labor es que funcione ese engranaje.

Yo llevo muchísimos años insistiendo en que si no trabajamos en equipo, no trabajamos.

Hay gente que entiende que si yo no hago las cosas, las cosas no funcionan. No es verdad.

La cuestión es poner a trabajar equipos.

Y nosotros, si no fuese por los 600 y pico voluntarios que tenemos, 37 trabajadores y un montón de gente que nos ayuda económicamente, no seríamos absolutamente nada.

Entonces, un baño de humildad de vez en cuando nos viene bien.

¿Y qué importante es la solidaridad de la gente? Si no, no tendríais esos 600.

Sí, y además en la solidaridad de la gente, yo siempre digo, hay dos niveles.

Nos encontramos, por ejemplo, con lo que ha ocurrido con la Adana.

Solo nosotros y en Álava hemos recogido 330.000 euros.

Y digo solo nosotros, hay otras organizaciones.

Esa es una solidaridad que surge en el momento, ante una urgencia, ante un apretón, digamos así.

Pero hay una solidaridad continua.

Los socios que ponen 1.000 euros al año, 500 euros al año, que permiten que la actividad sea una actividad constante.

Que es lo importante porque la lucha contra la pobreza es de largo recorrido.

No es una situación excepcional.

Llevamos desde el primer informe Fuesas, anterior a la muerte de Franco.

Y ya hablábamos entonces de que teníamos en torno a un 30 o 40% de personas en situación de vulnerabilidad o exclusión.

Y a pesar de la democracia y a pesar de que ha habido picos y valles, no somos capaces de terminar de resolver este problema.

Sobre ese tema, sobre el de la pobreza, en vuestros informes se menciona que la pobreza y la exclusión social afecta a mujeres migrantes y familias monoparentales.

¿Por qué consideras que estos colectivos están más expuestos y qué se puede hacer para cerrar esta brecha de desigualdad? En primer lugar porque la mujer es una persona que está en peor situación en todos los ámbitos de nuestra sociedad.

Y entonces, en el ámbito de la pobreza, lógicamente también está peor.

Esa es una constante que tendríamos que ver, no solamente respecto a las situaciones de mayor pobreza, sino en la cuestión relacional.

¿Por qué las cosas son así? Porque seguimos siendo una sociedad absolutamente competitiva y la competencia supone que tú tienes que apostar por poder invertir todos tus esfuerzos en conseguir unos objetivos que en cuanto aparecen temas como cuidados, etc., empiezan a resquebrajarse.

Pero no nos equivoquemos.

Nosotros en el año 2025, que acaba de empezar, empezamos a tener la sensación de que la pobreza empieza a tener otro rostro.

No elimina al de mujer y no queremos que se oculte el de mujer, pero aparece el rostro del joven.

La gente joven cada vez está en una situación peor.

Que solo por ser joven están en una brecha de desigualdad.

¿Qué hacéis desde Cáritas para ayudar a luchar contra esa brecha? Lo primero que hacemos es escuchar. Es importante.

No queremos equivocarnos.

Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org