El 15 de enero de 2022 se produjo un derrame de petróleo crudo, durante las operaciones de descarga del Buque Tanque Mare Doricum en el Terminal Multiboyas Nº2 de la empresa RELAPASAA, subsidiaria de Repsol. El derrame no fue controlado inmediatamente y alcanzó un volumen de 10,396 barriles en las playas de la Ventanilla, en la provincia del Callao. El petróleo derramado no fue contenido ni limpiado oportunamente, esparciéndose y contaminando 48 playas del litoral y con ellas, el ecosistema marino costero, con graves repercusiones. El impacto ambiental generado abarca aproximadamente 11.600 hectáreas, comprendiendo 48 playas y 2 áreas naturales protegidas: la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras y la Zona Reservada de Ancó. Según la Defensoría del Pueblo del Perú, murieron cerca de 900 especies animales. Entre ellas, especies vulnerables o en peligro de extinción, como el lobo marino chusco, el pingüino de Humboldt y la nutria marina.
Respecto a las consecuencias socioeconómicas, en la zona existen 10.300 personas afectadas empadronadas, y teniendo en cuenta a sus familias, la cifra podría ascender a 51.500 personas afectadas, así como sus actividades principales de trabajo y vida.
Zenón Gallegos y Luis Antonio Díaz, pescadores artesanales y dirigentes de las asociaciones de pescadores de Chancay y Aucallama, junto al sociólogo peruano Alejandro Chirinos, director de CooperAcción, han sido invitados por Entrepueblos para denunciar este hecho y reclamar unas reparaciones justas a los afectados en Barcelona, Valencia, Alicante, Madrid, Bilbo y A Coruña. Hablamos con Luis Antonio Díaz Barroso y Aejandro Chirinos.
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