Luis Sánchez-Mier aborda el tema de civilidad, que plantea como una virtud del ciudadano liberal que tiene la obligación de ser civil y de abstenerse de convencer a los demás para llevar a cabo una idea política o de justicia y si lo hace, será de manera argumentada, ordenada y tomando en cuenta la opinión de otras personas, sin tratar de imponer su propio criterio.
Explica que esta idea de John Rawls persigue la existencia de un consenso para comenzar a desarrollar sociedades libres, y que autores como William A. Galston y Deirdre N. McCloskey han mencionado que es posible crear esquemas de incentivos para que las sociedades funcionen a partir del interés propio de las personas.
Sin embargo, considera que no siempre se puede garantizar esa lucha de las personas por el interés propio, y como ejemplo de civilidad menciona a instituciones justas o sociedades libres, así como características propias del ciudadano virtuoso liberal que cumple con sus principios.
"He tratado de interpretar la virtud de la civilidad como una combinación o un compuesto de las siete virtudes, del mundo judeocristiano: justicia, fortaleza, prudencia, templanza, fe, esperanza y amor, que son como colores primarios para el resto de las virtudes”.
Agrega Sánchez-Mier que para adoptar esta virtud no necesariamente el ciudadano tendría que aceptar o involucrarse con alguna visión del mundo, la naturaleza, el ser humano, el universo, doctrinas y tradiciones religiosas u otras., sino que solamente comprometerse y relacionarse con otras personas de forma limitada, dentro de la esfera pública.
Estoy tratando de hacer algo sencillo, tomar en cuenta qué es una actitud civil o cómo se comporta, o cuál es el carácter de las personas civiles que pueden vivir, defender y desarrollarse satisfactoriamente en una sociedad libre y abierta”.
Te invitamos a conocer sobre este tema que está dirigido al ciudadano liberal.
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