
Lunes 17 de febrero - Marcos 8, 11‐13. ¿Por qué esta generación reclama un signo?

Description of Lunes 17 de febrero - Marcos 8, 11‐13. ¿Por qué esta generación reclama un signo?
Meditación del día 17 de febrero de 2025 Palabra de Vida
This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.
¿Por qué esta generación reclama un signo?
A Jesús le pedían milagros, demuéstranos que eres el Mesías, demuéstranos que vienes
de parte de Dios, danos evidencias, danos seguridades, y dice Jesús no, no os voy a
dar ningún signo.
¿Por qué?
Porque si el amor es confiar, tendrá que haber un tramo en el que tú apuestes por
mí.
Claro, esto no es como una tesis científica en la que todo queda perfectamente demostrado
que yo soy el Mesías, que vengo de parte de Dios, Dios quiere que confiemos, especialmente
la fe es la seguridad en lo que no se ve, y claro, a veces el Señor dice, bueno, como
me reclames signos, como me pidas demostraciones, es que de algún modo me haces tan pequeño
que quieres que yo entre en tu cabeza, y el día que yo entre en tu cabeza y te tendría
que demostrar las cosas, habré dejado de ser Dios, porque tú te habrás convertido
en el auténtico y último Dios que decide lo que es bueno y lo que es malo.
Y por eso sí, el Señor a veces nos mantiene en fe, y no nos da ni demostraciones, ni pruebas,
ni evidencias, porque quiere que confiemos.
Es como, no sé, como la mamá que le dice al niño, hijo, cómete este plato, mamá,
demuéstrame que me va a hacer bien, mira, te tienes que fiar de mí, porque si te doy
una cosa es porque te quiero, o es que alguna vez he dado una manifestación de que no te
quiero bien.
Como es lógico, un niño, si quiere amar y quiere tener una comunión con su madre,
tiene que saber confiar en ella, como los esposos confían, o tienen que confiar en
uno en el otro, como los amigos confían en el otro, porque el amor funciona con la confianza,
es el comienzo del amor.
Y si no hay confianza, no puede haber amor, donde hay desconfianza, donde sospecho que
me puedes hacer daño, no me fío de ti, no puede haber amor.
Y la única relación que podemos tener con Dios es la relación del amor.
Y por eso, muchas personas no necesitamos muchos milagros para creer, la verdad es que no.
La fe, personalmente la mía, no ha sucedido porque vi un milagro y a partir de ese momento
me quedé y he transformado, no, no.
De pequeños aprendimos muchas cosas en casa, después sí, esa fe se ha ido confirmando
con el tiempo, con testigos, con gente buena, que nos ha iluminado, que nos ha apoyado.
Hemos tenido ya una oración a lo mejor más profunda y hemos tenido experiencias de Dios
constantes, bonitas, y a temporadas, ¿no?
Muchas veces, y yo recuerdo cuántos meses he podido pasar rezando en sequedad, no digo
que aburriéndome, pero no sabiendo qué decir, y como si todo estuviera bien, es normal.
Son momentos de prueba, son momentos de fortalecer el amor, son momentos en los que dices, Dios
mío, aunque yo no siento nada, sigo confiando en ti, porque yo no estoy aquí ni por los
consuelos, ni por lo bien que me haces, no, estoy por ti.
La razón no es lo que yo saco de esto, la razón es que tú me quieres, que quiero darte
gloria y que te lo mereces todo, y por eso sí, Dios no nos va a dar muchas demostraciones,
no nos va a dar muchos signos, los que necesitemos, y si no nos lo necesitamos, es que no nos
la va a dar, pero que no le exijamos nunca nada, ni demostraciones, porque habremos perdido
el amor.