Lunes de la 27ª semana del Tiempo Ordinario ( ciclo C )

Lunes de la vigésima séptima semana del tiempo ordinario. El evangelio es Lucas 10 25 37, pero me voy a centrar en la segunda parte del evangelio en la cual cuando un maestro de la ley le pregunta a Jesús ¿y quién es mi prójimo? obtiene por respuesta la conocida parábola del buen samaritano. Respondió Jesús diciendo, un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon dejándolo medio muerto.

Por casualidad un sacerdote bajaba por aquel camino y al verlo dio un rodeo y pasó de largo y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio, al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje llegó donde estaba él y al verlo se compadeció y acercándose le le vendó las heridas, echándoles aceite y vino y montándolo en su propia cabalgadura lo llevó a una posada y lo cuidó.

Al día siguiente sacando dos denarios se los dio al posadero y le dijo cuida de él y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva. ¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos? Él dijo el que practicó la misericordia con él. Jesús le dijo anda y haz tú lo mismo.

Esta parábola del buen samaritano que es uno de los núcleos principales del evangelio puede tener una lectura moral sobre cómo debemos de actuar con misericordia ante nuestros hermanos pero también tiene una lectura cristológica y los padres de la iglesia hicieron también esa lectura cristológica que ha sido de una manera breve voy a compartir con vosotros. Aquel hombre herido que estaba al borde del camino representa a Adán. Adán y a toda la humanidad caída por el pecado original. Es el hombre herido que bajaba de Jerusalén que Jerusalén es imagen del paraíso bajaba Jericó. Jericó es la imagen del mundo corrupto ahí abajo y cayó herido por el pecado original.

Los ladrones que le apalearon que le despojaron de todo son los demonios.

El sacerdote y el levita que pasaron de largo y no le atendieron pues es la imagen de la ley y los profetas del antiguo testamento no que son incapaces de salvar al hombre herido por sí solos. Sin Jesucristo el antiguo testamento no llega a salvar al hombre herido. El buen samaritano ciertamente esta es imagen de Cristo que se acerca movido por la misericordia carga sobre sí al hombre en su cabalgadura. Esa imagen de en su cabalgadura los padres de la iglesia la entendieron como la carga sobre su propia carne. Jesús el dios encarnado carga sobre su propia carne al hombre herido. El aceite y el vino con el que le hace una primera una primera cura son los sacramentos que curan las heridas del pecado.

La posada a la que le lleva es la iglesia donde el herido es cuidado hasta la segunda venida de Cristo al final de los tiempos. Y por último dicen los padres de la iglesia los dos denarios que aquel buen samaritano dio para que le cuidasen los dos denarios representan a los dos testamentos al antiguo testamento y al nuevo testamento que es la palabra de Dios puesta al servicio nuestro de nuestra sanación. Que imagen tan bella como los padres de la iglesia leyeron la parábola del buen samaritano desde la luz de Cristo. Jesús es nuestro buen samaritano. La bendición de dios todopoderoso padre hijo y espíritu santo descienda sobre vosotros.