

Description of Maestros del Crimen- Muerte en la bañera
Cuando se descubre un asesinato, ¿cómo se desarrolla una investigación criminal?
Cada episodio nos sumerge en una fascinante historia donde dominan temas como el amor, el sexo, la traición o la codicia. Los espectadores seguirán el caso paso a paso, como si formaran parte del propio jurado, hasta conocer el veredicto.
Una visión dramática y llena de suspense de los juicios por asesinato más escalofriantes de Estados Unidos.
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Este programa contiene comentarios sobre violencia e imágenes explícitas que pueden herir la sensibilidad del espectador.
9-1-1, ¿dirección de la emergencia? Mi esposa.
Enviaremos a alguien. ¿Por qué cree que está muerta? Está en la bañera, muerta.
¡Oh, Dios mío! Arriba en el baño.
¿Arriba en el baño? Bien.
Arriba en el baño, vamos.
Que envíen un médico.
Vale, Central, envíen un médico.
No tiene pulso. Asegurad la escena y no toquéis nada.
Bien.
Estaba completamente desnuda.
Tenía la cabeza inclinada hacia delante y parecía que tenía un único disparo en la boca.
Había un arma de fuego junto a ella en la bañera y también un casquillo.
Dan, soy el agente Wheeler.
Lamento informarle que su esposa ha fallecido, señor.
¡No! ¡Joder! Dan Howard fue policía durante muchos años.
Estuvo en el equipo SWAT de la Policía Estatal de Idaho.
Todo el mundo quería a Kendi.
Era madre, abuela y todo el mundo la conocía.
Era una mujer agradable, cariñosa.
Y en última instancia, el forense, incluso con ese disparo, dictaminó que no había suficiente información para determinar si fue un suicidio o un asesinato.
No iba a ser fácil en absoluto.
No le desearía una noche así a nadie.
Iba a ser un proceso de larga resolución.
911, Dirección de la Emergencia.
Su mujer está en un bar y dice que van a apuñalarla.
Esto es lo que le va a decir.
No sé cómo salir de esta situación.
Y cogí la pistola.
Buscaba un lugar para deshacerse del cuerpo.
No, señor.
Lo único que podían hacer era matarlo.
¿Quiere decir algo? El jurado declara al acusado...
Maestros del crimen.
Muerte en la bañera.
Me ha llamado mi hija, Kendi Howard.
Estaba asustada.
Se están divorciando y creo que las cosas no iban muy bien.
Los ayudantes del sheriff del condado de Kutenai recibieron un aviso del 911 para comprobar la situación en el domicilio de Dan y Kendi Howard.
¡Oficina del sheriff! ¿Es usted Kennedy? Sí.
Hola, Kennedy, soy el ayudante Trau.
Hola.
Creo que nos ha llamado un amigo suyo.
¿Le importa que pasemos y hablemos? Encuentran a Daniel Howard sentado en el sofá, como si no pasara nada.
¿Es usted el señor Howard? Sí, señor.
¿Daniel? Sí.
¿Señor Howard Daniel? Dan es Daniel.
¿O prefiere Dan? Sí.
Bien, ¿podemos hablar con ustedes un momento? Sí, claro.
¿Puedo ir a coger una maleta? Sí, ¿le importa que la acompañe? Es por seguridad, no sé a dónde va.
¿Kennedy, verdad? Kendi.
Sube con Kendi y ella le habla susurrando.
Es calofriante.
Su amiga o su padre están preocupados por usted.
No sé quién ha llamado, pero...
¿Qué es lo que ocurre? Le he pedido el divorcio y no se lo ha tomado muy bien.
Bien.
No sé qué iba a hacer, solo quiero irme.
Bien.
¿Qué pasa? No sé qué iba a hacer, solo quiero irme.
Bien.
Mientras Dan trabajaba fuera de la ciudad, ella retomó el contacto con un amigo de la infancia.
Tuvo una aventura con él.
Esa noche fue la primera vez que Kendi le dijo cara a cara, nos vamos a divorciar.
Me he reunido con el abogado.
Esto está en marcha.
Y ella no intenta montar un número, solo quiere salir de allí.
Quiso decir con que no sabe lo que iba a hacer él.
Porque sí, yo quiero irme.
Irme de aquí.
Bien, estamos aquí para ayudar, pero debemos asegurarnos.
Si puedo, me voy.
Kendi no cooperó totalmente con los agentes esa noche.
Les dio alguna información, pero principalmente quería que se quedaran allí mientras hacía la maleta.
Solo quiero irme, no lo quiero.
No quiero causar ningún problema.
Lo entiendo, pero si su seguridad está en riesgo, no es causar problemas, es protegerla, ¿de acuerdo? Lo habían hablado y ella le había enviado un mensaje a una amiga suya que le preguntó cómo se lo ha tomado.
Kendi le respondió, no muy bien.
Esa mañana se despertó.
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