

Description of Malos tiempos para Tesla
Este martes Donald Trump y Elon Musk protagonizaron un curioso evento en los jardines de la Casa Blanca. Frente al pórtico sur se exhibieron varios modelos de Tesla, entre ellos el icónico Cybertruck, para que el presidente pudiese verlos en persona. En el acto, retransmitido en directo, Trump anunció su intención de adquirir un modelo S, algo que haría sin regatear ya que es el presidente y que luego quedaría en la Casa Blanca como vehículo para el personal. El acto no estuvo exento de polémica. La prensa ha señalado que la exhibición de vehículos Tesla en la Casa Blanca podría violar normas éticas federales que prohíben el uso de cargos públicos para promover intereses privados, aunque estas reglas no afectan directamente al presidente.
El hecho es que ese acto nunca habría tenido lugar de no haber sido por la abrupta caída que ha sufrido la acción de Tesla en los últimos meses, tan abrupta que ha perdido la mitad de su valor en lo que llevamos de año. Todos los analistas coinciden en que la entrada de Elon Musk, director general de Tesla, en el Gobierno Trump como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) es la principal causas de esta caída, que ha volatilizado miles de millones de dólares en valor de mercado.
Tras la victoria electoral de Trump, las acciones de Tesla experimentaron un repunte inicial, alcanzando un máximo histórico en diciembre de 2024. Los inversores apostaban a que la relación cercana entre Musk y Trump, consolidada por los más de 250 millones de dólares que Musk invirtió en la campaña del candidato republicano, beneficiaría a Tesla mediante la relajación de regulaciones, especialmente en torno a la tecnología de conducción autónoma. Pero este empuje se desvaneció rápidamente, y a principios marzo de 2025, las acciones de Tesla habían caído más de un 50% desde su máximo, situándose en niveles inferiores a los registrados antes de las elecciones.
Uno de los factores detrás de esta caída es el creciente rechazo de los consumidores hacia la marca Tesla. El polémico papel que Musk juega en la administración Trump, junto a sus declaraciones incendiarias en las redes sociales ha alienado a muchos de sus potenciales clientes, especialmente en Europa y Estados Unidos, donde los compradores de vehículos eléctricos tienden a inclinarse hacia ideas progresistas y ecologistas. En Alemania, por ejemplo, las ventas de Tesla cayeron un 76.3% en febrero en comparación con el año anterior, mientras que en Francia, el Reino Unido, Australia y España también se han registrado importantes descensos. La caída de ventas ha venido acompañada de protestas, boicots e incluso vandalismo contra sus concesionarios.
Otros factores importantes que explican el desplome es la percepción por parte de los inversores de que Musk está descuidando la gestión de Tesla en favor de sus responsabilidades políticas, y la aparición de modelos de otras marcas como BYD, Volkswagen, KIA y General Motors, que están ganando terreno rápidamente. Todo esto se suma a problemas que la empresa ya tenía como los de producción, los retrasos en el Cybertruck y la dificultad para ir adoptando nuevas tecnologías de baterías. Existen dudas de que Tesla pueda mantener su ventaja competitiva y los inversores temen que el paso de Musk por el Gobierno destruya por completo el valor de una marca que, hasta hace no tanto tiempo, era de las más deseadas del mundo. Gestos como el del pórtico sur de la Casa Blanca podrían ayudar, pero sólo de cara a los entusiastas de Trump. Para los que no comulgan con el presidente esa quizá sea la señal que necesitaban para no pensar en comprar un Tesla y, en el caso de que las tengan, deshacerse de sus acciones.
En La ContraRéplica:
0:00 Introducción
4:10 Malos tiempos para Tesla
27:48 Las consecuencias de los aranceles
34:49 La actitud de Trump
39:24 Los problemas de Siria
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Soy Fernando Díaz Villanueva, hoy es 13 de marzo de 2025, y esto es la Contracrónica.
Este martes, Donald Trump e Elon Musk protagonizaron un curioso evento en los jardines de la Casa Blanca. Frente al Pórtico Sur se exhibieron varios módulos de Tesla, entre ellos el icónico Cybertruck, para que el presidente pudiese verlos en persona. En el acto, retransmitido en directo, Trump anunció su intención de adquirir un modelo S, algo que haría sin regatear, ya que es el presidente, y que luego ya se quedaría en la Casa Blanca como vehículo para el personal. El acto no estuvo exento de polémica.
La prensa ha señalado que la exhibición de vehículos Tesla en la Casa Blanca podría violar normas éticas federales que prohíben el uso de cargos públicos para promover intereses privados, aunque también es cierto que estas no afectan directamente al presidente. El hecho es que ese acto nunca habría tenido lugar de no haber sido por la abrupta caída que ha sufrido la acción de Tesla en los últimos meses, tan abrupta que ha perdido la mitad de su valor en lo que llevamos de año.
Todos los analistas coinciden en que la entrada de Elon Musk, director general de Tesla en el gobierno Trump, como jefe del departamento de eficiencia gubernamental, el famoso DOGE, es la principal causa de esta caída, que ha volatilizado miles de millones de dólares en valor de mercado. Tras la victoria electoral de Trump, allá por el mes de noviembre, las acciones de Tesla experimentaron un repunte inicial, alcanzando un máximo histórico incluso en diciembre de 2024.
Los inversores apostaban a que la relación cercana entre Musk y Trump, consolidada por los más de 250 millones de dólares que Musk invirtió en la campaña del candidato republicano, beneficiaría a Tesla, mediante la relajación de regulaciones, especialmente en torno a la tecnología de conducción autónoma. Pero este empuje se desvaneció rápidamente, y a principios de marzo de 2025, el mes en el que nos encontramos, las acciones de Tesla habían caído más de un 50% desde su máximo, situándose en niveles inferiores a los registrados antes de las elecciones. Uno de los factores detrás de esta caída es el creciente rechazo de los consumidores hacia la marca Tesla.
El polémico papel que Musk juega en la administración Trump, junto a sus declaraciones incendiarias en las redes sociales, ha alienado a muchos de sus potenciales clientes, especialmente en Europa y en Estados Unidos, donde los compradores de vehículos eléctricos tienden a inclinarse hacia ideas progresistas y ecologistas. En Alemania, por ejemplo, las ventas de Tesla cayeron un 76,3% el pasado mes de febrero en comparación con el año anterior, mientras que en Francia, el Reino Unido, Australia y España también se han registrado importantes descensos en sus ventas.
La caída de estas ventas ha venido acompañada de protestas, de boicots e incluso de vandalismo contra sus concesionarios. Otros factores importantes que explican el desplome es la percepción por parte de los inversores de que Musk está descuidando la gestión de Tesla en favor de sus responsabilidades políticas, y luego también la aparición de modelos de otras marcas, como BYD, Volkswagen, Kia o General Motors, que están ganando terreno rápidamente. Todo esto se suma a problemas que la empresa ya tenía, como los de producción, los retrasos en el Cybertruck y la dificultad para ir adaptando nuevas tecnologías de baterías.
Existen dudas de que Tesla pueda mantener su ventaja competitiva, y los inversores temen que el paso de Musk por el gobierno destruya por completo el valor de una marca que hasta hace no tanto tiempo era de las más deseadas del mundo. Gestos como el del pórtico sur de la Casa Blanca podrían ayudar, pero solo de cara a los entusiastas de Trump. Para los que no comulgan con el presidente, esa quizá sea la señal que necesitaban para no pensar en comprar un Tesla y, en el caso de que las tengan, deshacerse de sus acciones.
Pocas marcas tienen su imagen tan estrechamente ligada a su CEO como Tesla. No ya digo marcas de vehículos, de automóviles, que por supuesto, de los fabricantes de automóviles en el mundo, la que más ligada está a su fundador es Tesla sin ninguna duda, sino de casi marcas de cualquier cosa. Durante la mayor parte de la historia de este fabricante de automóviles eléctricos, eso de que la palabra Tesla y el nombre Elon Musk viniesen seguidos fue algo realmente bueno para el negocio, ya que Elon Musk era visto como un visionario que anticipaba el futuro.