Las Mañanas de Onda Aragonesa, "Angelito el Largo" (29/04/2025)

Hoy buenos días y seguimos aquí, que no hemos puesto al Fari, Irene, te decía, que claro, si no ponemos al Fari, ¿cómo sabemos, cómo va a saber la gente quién viene? Bueno, bueno, pues espérate un poco.

¿Quién viene a continuación? Espera, que no lo encuentro.

No te preocupes, no pasa nada.

Buenos días, Angelito, que no nos han puesto al Fari.

¡Ay, la Irene, cómo está! ¡Ay, cómo está la Irene! No, que... No, no ha sido Irene, ha sido que le falla la luz de vez en cuando, claro.

¿El apagón? ¿Se le apagó la luz? ¿Te acuerdas? Bueno, se le apagó la luz, decía Alejandro Sanz.

¿Te acuerdas? ¡Ay, ay, ay! ¡Qué largo, qué largo estás en todo! Y cuanto más dinero tienes, más canciones más tristes cantas, jodido.

¡Ay, eso sí es verdad! Digo, como te soñas la cuenta corriente, vas a sacar un disco entero.

Oye, ¿qué tal llevaste el tema del apagón? Cuéntanos tu experiencia, por favor.

Porque fui yo el culpable del apagón.

Fuiste tú el que cortaste el cable y por la noche estuviste ahí descojonado viendo las noticias, ¿no? Me moría de la risa.

Ya, ya, ya, pero bueno...

Que si es un hacker, que si no sé qué, que me he dado a denunciar, me han soltado por sincero, pero vamos, que he dicho, mira, que estaba en casa tratando de montar el escalestre y a los tres sobrinos, a Tiago, a Adrián, ¿y a quién? ¿Y a Álex? ¡Ah, muy bien, vale! Y luego está el Mario, que ese no cuenta chistes.

Pero el Mario no cuenta chistes. Mario abre la boca y sube el pan, entonces estaba montando el escalestre a los sobrinos y ¿sabes qué? Hay dos mandos, uno que es rojo y otro que es azul.

Metí el rojo en el azul, ¡mírala que lío! Claro, fíjate tú, toda Europa sin luz, ¡madre mía de mi vida! Fui a arrancar un coche, ¡madre mía qué explosión! Pegó el coche.

Digo, si esto lo han puesto explosivos de Al-Qaeda o algo, el coche.

No se te pueden dejar tareas de responsabilidad.

Claro, ¿sabes qué pasa? Que el coche lo pilotaba Alain Prost y como es francés, pues ahí vino el tema.

Claro, ahí vino el tema.

Era un Fórmula 1 que tengo de Alain Prost de mi colección de coches de Scalestri y pegó un cebollazo el coche y, como es francés, pues empezó por el sur de Europa, todo.

Así que fui yo el culpable que no quería... Ya os lo puedo decir porque me voy a salir de comisaría.

Nada, nada.

Me han dejado para el programa, luego tengo que volver a seguir declarando.

O sea que ahora vas a contar aquí alguna cosilla que nos podamos reír todos porque tú en comisaría no te habrás reído mucho.

No, pero esto que te he contado es mentira, pero obvio que llegó ayer.

Ayer tuve que irme a las nueve de la mañana con mi madre que tuvo un vértigo de esos.

Ay, pobre.

Pues a ver, claro, ¿a quién se le ocurre? Le digo, mamá, hazte el seguro con Allianz o haztelo con... ¿se lo hizo con Berti? O mira, toma por culo. No es que Berti sea mala compañía.

Ay, qué publicidades estamos haciendo aquí.

No es que Berti sea mala compañía, pero ¿vértigo quiere decir vente a Berti? Pues no, señor.

Vértigo, mi madre, es que te mareas y vomitas y todo. Bueno, pues salgo del médico...

Oye, que casi lo tengo que explicar y todo, que no lo entendía, angelito.

Mamá, no expliques los chistes, por favor.

Pues escúchame, salgo del... me lo tuvimos en un octavo, ¿no? Salgo del médico...

¿Le hicieron una maniobra que te hacen para cuando tienes vértigo? Sí, sí, lo sé.

Maravillosa. Por cierto, mi maniobra de Eplen se llama.

Sí, a mí me la han hecho también, sí.

Pues mira, mi madre... luego se lo diré a la señora Marí.

Pues mi madre y yo cogimos el ascensor a las doce y veintisiete.

¡Uh! Qué peligro.

Llegamos a las doce, te lo juro, y veintinueve.

Salimos, llegamos a casa y dije, mi madre...

Y digo yo, cuando están los trasteros abajo y digo...

¿Quién está en el trastero? Ya había alguna avería por ahí, ¿verdad tú? ¡Chubo! Y llegamos... ¡Uy! Se nos ha tropeado el frigorífico porque tuvimos una... tuvimos mala suerte.

¡Otra vez, mamá! Sí, sí, a ver si se han bajado los plomos. No, no, no sé qué. Y ahí empezó todo.

¡Ay! Buscando todos los papeles para llamar a la tienda porque estaba en garantía.

¡Hala! Y resulta que estaba toda España igual que tú.

Y cuando me fui a sentar vi que el piloto rojo de la televisión estaba apagado.

¡Hostia, mamá, que esto está apagado! Apagado, apagado. La luz del... vamos a salir al descansillo.

En el descansillo todo el mundo que ni descansaba ni nada, con los nervios a ver quién va a descansar. Ni en un descansillo descansabas.

Y... y... y...

¡Hala!