
Las Mañanas de Onda Aragonesa, Emilio Biel y Belén Aranda

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Un espacio con Emilio Biel y Belén Aranda, con un invitado especial.
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Bueno, pues aquí cerramos la mañana. Es que no puedo con esta pareja. Bueno, con esta
pareja que viene acompañada. Buenos días, Belén.
Buenos días. ¿Qué tal estamos? Buenos días, Emilio.
Buenos días a todos los oyentes. Pero qué guapo estás hoy. Que es que se lo
decimos solo a Belén y luego te... No, ahora no lo arregles, Yolanda. Pero te
lo agradezco. Y buenos días. ¿Que hoy con quién venís,
Belén? Pues hoy venimos con el favorito, con Alejandro.
Hola, Alejandro. Buenos días. Bueno, y ellos se preguntarán ¿y quién es él?
Pues hijo e hijastro nuestro. Eso es.
Bueno. Y el mote familiar, el favorito.
Eres el favorito. Pero tú te sientes el favorito. A ver, soy el mejor, entonces...
¡Ay, qué modesto! Pero si soy el pequeño, entonces como hijo pequeño, pues lo que ha
tocado. Bueno.
En eso se parece a su padrastro. Que soy yo, claro.
Oye, fíjate. Oye, aquí hay unas entremezclas así curiosas.
Son buenísimas. Esto me recuerda a mí como a las novelas
francesas. Estas cosas así, estas mezclas. Mira, mira, es que a Paula se le cae todo
o al director se le cae todo. Se van, se marchan, entran, salen, bueno.
Además, lo de los motes de Yolanda es muy gracioso porque los motes eran de la forma
en la que Emilio y yo hablábamos de nuestros hijos. Él tiene uno, yo dos, pues al final
tres, ¿no? Familia numerosa. Entonces nosotros nos dirigíamos a veces cuando nos picamos
con nuestros hijos, pues yo le decía, porque el heredero, el heredero es su hijo.
Claro, es verdad. El tuyo es el heredero. Y entonces él me sacó en su día, claro,
como tú tienes al favorito. Y a la princesita.
Oye, de verdad. Ahí está. Sí, sí. Entonces a ellos les hizo mucha gracia,
a los chavales, que ellos tuvieran motes porque al final…
Bueno, al principio lo llevaban un poco… Es que hubo un día que se nos escapó y
Andrea fue la que lo cotilleó a todo el mundo. Oye, ¿sabéis qué? Nos han puesto motes.
Nos han puesto motes. Estos viejos nos han puesto motes.
Oye, pero bueno, pero bueno. Familia más chula, ¿no? Alejandro, qué divertido.
Muy contento. Según vamos creciendo… ¿Estáis para hacer un reality show?
Totalmente. Totalmente. Bueno, reality show no, que tú
no estás aquí, estás en Madrid. Estoy en Madrid, estoy muy bien.
¿Y qué hacemos ahí en Madrid? En Madrid, como te comentaba antes, ahora
mismo trabajo para el Grupo Santander, estoy en Open Bank, llevo sobre todo la parte de
ciberseguridad y fraudes y ahí. Guau, pues ahí tenéis mucha faena, ¿eh?
Sí, suena muy guay, pero luego tampoco es para tanto.
Tampoco es para tanto. Y cuando llegas a Zaragoza, ¿qué te encuentras? ¿Qué diferencias
ves con Madrid? La energía es muy distinta, la energía familiar
es muy bonita, está llena de amor, la energía de la ciudad…
Madrid es mucho más energética, es todo para allá, es todo para la gente en el metro
corriendo. Aquí, por lo dicho, ha sido la primera vez que me subo en el tranvía, pese
a que yo nací aquí y viví muchos años aquí, pero es la primera vez que subo al
tranvía. ¿Y qué tal la experiencia?
La gente sube muy despacio, la gente entra muy despacio, pasar la tarjeta dentro y tal,
lo de no dejar salir para entrar, lo de no salir para dejar salir y luego volver a entrar…
Estamos un poco catetillos, ¿no? Falta costumbre, falta costumbre, pero de aquí
a unos años esto se arregla seguro. Pero ojo que llevamos con el tranvía bastantes
años y lo hemos aprendido. Desde 2011, ¿no?
Ya sabéis que nosotros, nosotros dos viniendo aquí, hemos perdido en dos o tres ocasiones
el… No lo hemos perdido, no nos han dejado entrar.
El otro día, incluso esto, lo estuvimos hablando con la concejal, con Ruth Bravo, estuvimos
hablando de esto. Precisamente, es que el tema del tranvía, por el motivo que sea,
hay personas que no saben cogerlo. Y como dice Alejandro, pues si está la puerta
completamente llena o está el vagón lleno y hay gente que quiere entrar, pues a lo mejor
si tú estás en la puerta, en vez de quedarte ahí como un pasmarote, pues sales ese segundo,
puede entrar la gente, puede salir la gente y ya está. Pero también lo que decía Alejandro,
es la costumbre de coger el Madrid, el metro, todo el rato, todo el rato y no hacer tiempo.
Yo también os voy a decir una cosa. El otro día, me parece que estabas tú, Elen, hubo
una señora que creó ahí un atasco. A ver, que todos tenemos derecho a entrar, pero claro,
iba con un carro de la compra tremendo, pero luego además llevaba un taca-taca, o sea,
porque ella caminaba mal. Entonces, claro, yo no sé si el tranvía está… Está para
todo el mundo, eso está claro. Pero para semejantes armatostes, que vamos todos apretaditos,
yo creo que la mujer va cómoda e hizo la compra allí por el centro y luego cogió
un tranvía, pero claro, el atasco que montó. Claro, es como meter un tráiler en una carretera
secundaria realmente. Esta señora iba muy acaparada. Yo creo que en Madrid el metro no
lo coge nadie así, porque es para ir rápido. Bueno, también depende, porque claro, independientemente
de la línea, y tú conocerás más, porque…