MaP Extra 3x10 | Roberto Leal

Hola mochileros, hola mochileras, qué tal, cómo estáis? Bueno, como sabéis es miércoles, primer miércoles del mes, pero hemos acabado la temporada, así que aquí debería haber un capítulo, pero en vez de eso, pues sólo hay tristeza y desolación, con esperanza, con un hilo de esperanza, porque sabéis que nos queda un capítulo extra, el 22 de mayo a la tarde estaremos en la Casa América, en Madrid, grabando con Carles Tamayo un especial de mochila del pasado.

Entrada gratuita hasta completar aforo para todos aquellos que queráis venir, pero claro, eso lo estrenamos el primer miércoles de junio, como se graba en mayo, y claro, nos sabía como fatal dejaros mayo sin vuestra ración de mochila, entonces bueno, pues os traemos algo que, bueno, no es un episodio, pero por otro lado es algo que nunca hemos hecho, tenemos contenido extra, y es que el capítulo de Roberto Leal a la época de Darío el Grande, pues bueno, pues también fue grande, tanto que hubo que quitar algunas cosillas que eran muy interesantes, eso sí, pero que, claro, hacían que el capítulo pues se nos fuera de madre, en fin, que os traigo tres extras, uno de cada uno de nosotros, son cosas que al final requirieron su documentación, tiempo de nuestros expertos, y bueno, el mío propio, y que os juro me dolió en el alma recortar, pero bueno, no hay mal que por bien no venga, y gracias a este pequeño impas, vamos con el especial contenido extra de mochila al pasado.

Bien, el primer contenido extra es el de Danny Boy Rivera, que para que Roberto no fuera vestido del siglo 21 en la antigua Persia, pues se curró un outfit bastante espectacular, tengo que decir, para que nada más llegar, Roberto se cambiara y se vistiera pues a base de... bueno, no os lo cuento yo, que os lo cuente directamente él, vamos con el contenido extra de Danny Boy Rivera. Bueno, bienvenido a Persia, Roberto, estamos en el año 522 a.C.

En Pasagarda, la capital ceremonial de los persas, llegas además justo a tiempo para la coronación de Darío el Grande como emperador. Lo primero de todo, esperemos que te guste la ropa que te hemos preparado. ¿Te gusta la moda oriental? Me gusta mucho, me gusta sobre todo que me quede holgadita.

Así es. Bueno, si te has fijado, llevas una túnica larga, aquí le llaman candis, que va adornada con joyas, le hemos puesto color azul, que era uno de los colores más usados por los ricos, para que ya se te vea estatus. La púrpura sería demasiado, porque la suele llevar Darío, igual le parece un poquito más. El color púrpura, que por cierto nadie sabe cómo era. Tenemos descripciones, pero como no quedan ropas de la época, no sabemos si era una especie de rojo muy fuerte, un rojo que no desteñía, o si era más bien algo parecido al púrpura que tenemos.

Pero nadie lo tiene del todo, y pudiera ser que hubiera varios. Sabemos el pantone. Pero sabemos esas conchas de las que las sacaban. Sí, conocemos, el caracol sigue existiendo, lo que pasa es que el proceso de elaboración hace que te pueda salir púrpura o que te pueda salir rojo. Bueno, aquí la ropa es súper importante, como habrás adivinado, es como tu currículum. Ya por viendo tu ropa sabes más o menos.

Te hemos puesto un gorro alto, con forma de tiara, muy típico aquí también, negro, bordado en oro y plata, en patrones geométricos que les flipa. Herencia de cuando eran guerreros de la estepa, esos sombreros típicos un poco del centro de Asia. Nos hemos gastado un pastón en vestir a Roberto. Y luego esto te va a encantar, es un manto largo. Es que yo tengo un problema con los sombreros porque me mide la cabeza, el diámetro, suelto detalle, 62 centímetros. O sea, más que Bertín Osborne, que Pepe Navarro.

Pero no lo parece. Me las he medio. Pero no lo parece para nada. Y la vengo ahuevada hacia adelante, o sea, es porque yo también vengo del imperio. Entonces teníamos la cabeza así. Bueno, pues te hemos preparado un gorro muy grande. Con mucha joya. Estos gorros van a medida, hombre. Si llevan joyas… Claro, pero vamos, que se han gastado un dinerito. Vamos a espaciar las joyas, no pongamos más. O sea, que haya más espacio entre joyas, joyas, y ya está, venga, va.

La joyita de la corona, de las prendas, es un manto largo al que llamaban bist. ¿Vale? Que significa literalmente a la espalda, así que ya sabes dónde va el manto. Típico nombre práctico, ¿no? Y que luego resulta que perdemos la noción de lo que significa y parece que sea muy exótico. Es curioso porque el bist estaba tejido a mano, ¿vale? Con pelo de camello.