Maratones, sexo, Olimpiadas y el camino a la drogadicción: Martín Fiz al desnudo - #029

Por cualquier tipo de debilidad, criminal en la drogadicción, me saludan, me animan,
me dicen, joder chaval, qué fuerte has sido y qué bien te ha tratado la vida y qué bien
estás.
¿Quiénes son los que dominan ahora el fondo mundial?
Los atletas africanos de Kenia, Etiopía, Eritrea… ¿Por qué los atletas españoles
dominábamos en esa época la prueba de maratón?
No hay otra cosa que esos aspectos de la familia.
Abel Anton viene de una familia humilde y trabajadora, Martín Fins viene de una familia
humilde y trabajadora.
Al igual que pasa ahora con los atletas africanos, que cogen como demonios, también iba a ganar.
¿Qué cojones?
Yo sabía que no iba a ganar.
Y lo único que hice durante mi estancia, que fueron más o menos 21 días, repartí
pins y pedí autógrafos.
Sobre todo esa convivencia es estar en una vía olímpica con deportistas de diferentes
deportes.
Chavalas que estaban ambos de muerte, porque claro, en esa época, juegos olímpicos, llevamos
cuatro años para preparar unos juegos olímpicos, te lo vas a jugar todo en 21 días.
Gente, vamos a poner así, de 18 años a 30 años, con las hormonas en plena evolución,
con un estrés que es la leche.
Muchas veces se suele decir que en la vía olímpica es eso, porque aunque es eso, en
su día me cago en la puta.
Lo que me pudo pasar, 42 kilómetros tirando en cabeza, a falta de 4 o 5 kilómetros, pues
Abel Anton ya tenía prácticamente ganado la carrera.
Y vosotros me diréis, joder, y siendo los dos españoles, ¿cómo no habéis entrado
los dos en la mano?
Un huevo.
Nos estábamos jugando un campeonato del mundo y ahí se pagaba un millón de euros.
El atleta que va a ir a competir a récords del mundo, va a ir allí, tiene un cachet.
Solo por ir le van a pagar un treta.
Porque cuando eres deportista profesional, ¿tú sabes lo fácil que es ganar mil pavos?
Muy fácil.
Pero cuando eres un mortal, que has dejado ya el deporte profesional, ¿tú sabes lo
fácil que es ganar mil pavos?
Cuesta un huevo ganar mil pavos, ¿eh?
Esa palmadita en la espalda del político, todos al lado tuyo y de repente todo eso desaparece.
Tenemos un regalo de la leche, no sé cómo hemos convencido a traer al invitado de hoy.
Hemos traído a una leyenda del atletismo, campeón del mundo, olímpico, campeón de
todas las maratones habidas y por haber, que se prepare porque hoy va a sudar más que
en el kilómetro 35 de una maratón.
Martín Fitz, Egunon.
Hola Egunon, buenos días.
Pues aquí estoy con el fulano de cual, fulana de tal, contento de estar con todos vosotros
porque aparte que desde Vitoria donde yo resido hasta Pamplona, donde estamos grabando
hoy en los estudios de Pamplona, estamos grabando este programa de los fulanos, pues como un
forest gun.
Podría haber venido corriendo, pero al final me he venido en mi coche.
Eso te iba a decir, eh.
Podría haber venido corriendo en este, pero tranquilamente.
Una hora para este es una broma.
O sea, sin problema.
No tengo ninguna duda.
Si estuvieran a puestos, yo habría apostado a que hubiera venido corriendo.
Oye, yo estoy muy contento hoy, Egunon, porque es nuestro primer Corri Calari y joder, nos
ha costado.
Yo creo que estamos en el capítulo veintitantos, así que yo estoy emocionado.
Empieza tú el programa porque yo tengo que coger un poco de respiración.
Sí, sobre todo teniéndote a ti como Corri Calari un poco amateur y tuercebotas.
Un poco amateur.
Que ya ha entrenado, eh.
Fíjate que ha entrenado primera hora de la mañana, con el frío que hace aquí, un frío
de cojones en Pamplona.
Otra cosa, no, correr no sé, pero fuerza de voluntad tiene el cabrón.
Hombre, pues eso es lo que nos vale, ¿no?
Por eso estoy aquí contigo hoy.
Eso es.
Y muchas ganas de tenerte aquí y lo primero que me gustaría saber, Martínez, tu infancia.
Yo quiero saber, ¿eras un niño raro de hacer cosas diferentes o hacías lo que hacían
todos?
Bueno, yo creo siempre, desde que nací, yo creo que mi madre tuvo un parto difícil
porque de ella salió un chaval, un espécimen que la cual se podía dedicar a cualquier
cosa en la vida, decidió dedicarse al deporte, aun a pesar que yo venía de una familia bastante
humilde, donde mis padres no veían con buenos ojos que un chaval se dedicase a hacer deporte
y más el correr, que económicamente el correr no te iba a dar ese sustento económico
para vivir.
Pero vamos, yo decidí que mi vida iba a ser el correr y empecé a correr, pero siempre
he estado en el fútbol, en el baloncesto, en todo.
Mi vida está muy vinculada a lo que es el deporte porque es lo que más me gustaba hacer.
Y aparte que de los libros tampoco era ninguno iluminado.
No eres fan de los libros, ¿no?
Por lo que sea.
Martín, tu primer recuerdo de la infancia, ¿cuál es a nivel de deporte?
¿Qué recuerdas tú?
¿Fue baloncesto?
¿Fue en correr?
Fue en el fútbol.
Yo creo que cualquier chaval que se precie con diez, cuatro, cinco, seis, siete, ocho