
Maravillas Sagradas - Misteriosas Estructuras

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Stonehenge y las estatuas Moai asombran al mundo con su construcción. ¿Podremos entender alguna vez cómo y por qué fueron creados?
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A continuación, dos de los monumentos más misteriosos del mundo.
Hemos intentado descifrar Stonehenge desde hace cientos de años.
La Isla de Pascua es el hogar de no solo una estructura sagrada de piedra, sino más de 900 conocidas como Moais.
Hasta nuestros días, nadie sabe cómo los construyeron, ni por qué.
Debemos seguir intentando desenmarañar sus misterios, porque tienen mucho que enseñarnos.
¿Qué secretos revelarían estas intrigantes estructuras sobre quienes las erigieron hace tantos siglos en el pasado? Así supe exactamente quiénes construyeron Stonehenge.
Para nada quienes esperaba que fueran.
Esa podía ser la clave para comprender el misterio de los Moais.
Estos sagrados artículos han inspirado admiración durante miles de años.
Ahora, conozcamos los relatos detrás de las más impactantes maravillas sagradas.
Llanura de Salisbury, Inglaterra.
La sede de uno de los lugares más enigmáticos del planeta.
Un círculo de piedras monumentales que nos susurra sobre sociedades antiguas y rituales arcanos.
Conocido como Stonehenge, el majestuoso monumento se apoderó de la imaginación de arqueólogos y turistas por igual hace siglos.
Su nombre, Stonehenge, se cree proviene del término en inglés antiguo, que significa piedra de colgar, y se parece un poco a una típica horca de la Edad Media.
Dos palos verticales y uno horizontal.
Hoy en día, quedan 52 piedras en el lugar, dispuestas en dos círculos concéntricos.
Pero los científicos opinan que originalmente había unas 80, y las rocas en sí, gigantescas, de 4 metros de altura, y algunas pesan hasta 25 toneladas.
Estar de pie junto a esas piedras inspira un profundo asombro.
Hacen que cualquiera se sienta diminuto, insignificante, y que se hagan las preguntas más obvias.
¿Quién construyó este monumento? ¿Cómo? ¿Y por qué? Nadie jamás ha hallado algo siquiera parecido a un plano.
Ni tablillas de piedra, ni papiros o pinturas rupestres.
Nada que se parezca a un instructivo o trasfondo alguno que explique cómo ocurrió esto.
Las primeras especulaciones conocidas sobre el origen de Stonehenge provienen de un texto escrito en el año 1136 por Godofredo de Monmouth, llamado Historia de los Reyes de Britania.
El libro de Godofredo de Monmouth no es lo que llamaríamos un texto histórico verificable, pero hay datos auténticos incorporados en él, de la mano de material más legendario como el Cuento del Rey Arturo, los Caballeros de la Mesa Redonda, Ginebra y el mago Merlín.
De acuerdo con el relato de Godofredo, Merlín juega un papel sorprendente en la creación del monumento.
Alrededor del siglo V, la zona de Stonehenge estaba habitada por personas conocidas como britones, pero un día un ejército germánico de los llamados sajones llegó para invadir y conquistar la isla.
Se concertó una reunión entre ambos bandos.
Por desgracia, los sajones querían algo más que hablar y asesinaron a cientos de britones.
Godofredo indica que la estructura que actualmente conocemos como Stonehenge fue un encargo para homenajear a los caídos.
Son como lápidas gigantescas construidas en el siglo V después de Cristo.
Esa parte suena admisible, pero el resto de la historia... no.
Para construir aquel grandioso monumento, el rey de los britones, Ambrosio, recurrió al mago Merlín por ayuda.
Merlín, en cambio, decidió robarse un monumento que ya existía, llamado el Anillo del Gigante.
El Anillo del Gigante era un conjunto de rocas en Irlanda, supuestamente ubicado en el monte Kilaraus.
Y se cree que estaba allí porque tenía un propósito curativo.
Según Godofredo de Monmoth, Merlín y otros 1.500 hombres navegaron hasta Irlanda y batallaron contra el rey irlandés Giloman por las piedras.
Merlín y compañía salieron victoriosos y con la ayuda de algo de magia llevaron todo a la llanura de Zaspli.