Maravillas sagradas T1: ¿Dónde están las arcas? · Claves de la inmortalidad

Hoy veremos dos de los artefactos más famosos y poderosos de la Biblia, diseñados por el mismísimo Dios.

Desde un cofre misterioso...

El Arca de la Alianza es el objeto más deseado de la historia, debido a su poder para proteger a sus sueños y destruir a sus enemigos.

Hasta un navío salvavidas.

El Arca de Noé estaba diseñada para salvar a toda la creación.

Cada una de estas arcas ha dado lugar a innumerables búsquedas, a innumerables libros, películas e incluso óperas.

¿Pero existieron realmente estas arcas? Y si existieron, ¿dónde están? Nadie ha encontrado el Arca de Noé porque se ha buscado en el lugar equivocado.

Krotzer encendió su linterna y delante de él vio una caja de color dorado que sólo podía ser el Arca de la Alianza.

Los objetos sagrados han sido motivo de asombro desde hace miles de años.

Hoy presentamos las extraordinarias historias que esconden estas maravillas sagradas.

El Arca de la Alianza ha inspirado a historiadores y arqueólogos durante miles de años.

Se ha visto en innumerables obras de arte.

Hasta Indiana Jones la ha buscado.

Pero su verdadera historia podría superar a las de las películas.

Podría decirse que se trata del objeto más deseado de la historia gracias al increíble poder que se supone que posee.

Millones de personas conocen la capacidad del Arca para proteger a sus sueños y destruir a sus enemigos.

Todos sabemos que Indiana Jones estaba fascinado por el Arca, pero Adolf Hitler también lo estaba y otros nazis de alto rango.

Escribe como el arma más poderosa jamás construida.

La historia del Arca comienza en torno al siglo XIII a.C. con los israelitas.

Fueron esclavizados por los egipcios y querían cambiar su situación.

En el libro del Éxodo, Con ayuda de Dios, Moisés libera a los israelitas de la esclavitud y los lleva al desierto en busca de la tierra prometida.

Mientras viajan por el desierto llegan al monte Sinaí, donde Dios se le aparece a Moisés y le entrega las tablas de los diez mandamientos.

Dios le dice que le haga un recipiente para guardar las tablas.

Se trata del Arca de la Alianza.

La palabra hebrea harón significa arca o caja y la alianza se refiere al acuerdo entre Dios y los israelitas.

En la Biblia, Dios le da a Moisés instrucciones muy detalladas para construir el Arca.

El Arca debía fabricarse con madera de acacia, con dos codos y medio de largo, un codo y medio de ancho y un codo y medio de alto, lo que se traduce en 111 centímetros de largo, 67 de ancho y 67 de alto.

Está totalmente recubierta de oro por dentro y por fuera.

Tiene cuatro aros en las esquinas para que pasen por ellos unas varas especiales hechas de la misma madera, con el fin de poder transportarla por el desierto.

Para concluir, en la parte superior, la caja está coronada con una tapa de oro ornamentada con dos ángeles querubines.

Cuando el Arca estuvo lista y acabada, los israelitas la llevaron siempre consigo.

La Biblia sugiere que es un objeto muy peligroso, además de ser un objeto muy sagrado.

Hay relatos de personas que la miraron directamente y se quedaron ciegas.

También hay relatos de personas que se acercaron demasiado y les salieron forúnculos.

Incluso a Moisés, que fue el primero en encontrarla, se le desfiguró la cara y pasó el resto de su vida llevando un velo.

El Arca también demostró tener otros poderes increíbles.

En el libro de Josué, en el Antiguo Testamento, un ejército de 40.000 israelitas que estaba en la ciudad de Jericó se topó con un obstáculo.

El río Jordán estaba en fase de crecida y no había forma de rodearlo, hasta que aparecieron varios sacerdotes con el Arca.

Metieron los pies en el río y se secó, igual que el Mar Rojo cuando lo atravesó Moisés.

Es una señal de que Dios operaba a través del poder del Arca.

Cuando llegaron a las murallas de Jericó, los israelitas atacaron con un asedio.

Tocaron sus cuernos e hicieron marchar el Arca alrededor de toda la ciudad.

Estaban atacando todos los días durante una semana.

Y al séptimo día, cayeron los muros de Jericó.

Es increíble, sin catástrofe.