María Corbacho: “La templanza no es aguantar, es saber responder con fortaleza emocional”

Bueno, continuamos. Seguimos en este batiburrillo y no podía faltar también los consejos de nuestra osteópata, como siempre la presento particular, María Corbacho, que además la echaremos de menos a lo largo de estos meses, porque ya hasta el próximo mes de septiembre no volvemos, y espero volver con ella también.

Contamos contigo la próxima temporada, María Corbacho, bienvenida.

En principio, sí. En principio, sí.

Claro, ¿no? Continuamos dándole esos mensajitos a ver si...

Sobre todo agradecida a la gente que me sigue.

Claro, efectivamente. Bueno, María, y para despedir el batiburrillo, ¿qué mensaje quieres enviarle a la gente en el día de hoy? Pues, mira, el mensaje es de tenerte en planza. ¿Qué te parece? Fantástico. Además, muy en la línea de lo que llevas diciéndonos a lo largo de toda esta temporada, ¿no? Sí, y bueno, es que yo me flipo, porque hay mucha carencia de templanza, que no es aguante.

No es lo mismo tener templanza que tener aguante, porque aguanta lo que no se tiene que aguantar y tolera lo que no se tiene que tolerar, pero desde la templanza.

¿Hola? Sí, hola, hola. Cuéntame.

Ah, pero que desde la templanza, porque lo que observo es que hay mucha pérdida de...

Tiene que ver, además, con la salud, pero la salud mental y la salud emocional, incluso la salud espiritual, en el sentido... Yo creo mucho...

Yo soy una persona creyente, pero no va por ahí en los tirosos a donde yo quiero llegar.

A donde quiero llegar es que muchas personas tienen bajonas, es una palabra que se utiliza mucho, o bajadas del estado de ánimo después de una pérdida de templanza, después de estallar, porque pueden ocurrir situaciones, no digo que no, de decepciones, pero a veces las exageran tanto que, aunque sean también causas exageradas, o sea, que, pues mira, por ejemplo, ya voy a ir un poco a los extremos y luego anotar en el teleno.

Cuando ha habido decepciones fuertes, pues yo qué sé, que le han robado, o una deslealtad fuerte, o un engaño, una traición.

Y cuando hay personas que la respuesta es entrar en un estado de...

Mira, me vino a la mente una persona que hace tiempo traté y estaba desconsolada, que está pasando mucho también, pero también hay falta de templanza, y no saber cómo responder de manera adecuada a ciertas situaciones, pues por ejemplo, el desconsuelo era que había vivido malos tratos, ya no lo estaba viviendo, que eso es lo que yo le recordé, le digo, ya no está pasando, o sea, eso pasó hace dos años, y lloraba como si estuviese pasando en ese mismo momento, y eso es falta de templanza, y eso es falta de saber responder a las situaciones, la idea es coger el control de la mente, sí que vivió una situación...

Se preocupaba en su mente porque tenía que... su padre, que sí adoraba a su niña, porque hay personas que son malas parejas, pareja cero, pero sí quieren ser buenos padres, madre o padre, ¿vale? Sí, pero es que no podemos mezclar tampoco las relaciones de pareja con lo que después el amor o el cariño, o la relación con nuestros hijos, es diferente, ¿no? Claro, pero cuando falta templanza, ya la mala cara, ya la rabia, ya la... dices que me hizo esto, y ya no está pasando, y entonces, yo a personas les he dicho, coge el control en este momento, porque las horas que vienen después, o sea, si estás media hora llorando, o una hora en tu cabeza, con el dolor del recuerdo de lo que pasó, pero ya no está pasando, hay que tener eso en cuenta, no está pasando.

Claro, sí, ya algo que pasó, que no es que esté ocurriendo en este momento, ¿no? Pero, como eso, porque las consecuencias que vienen, viene tal estado de falta de autocontrol, viene tal estado que puede ser de depresión, o de tristeza, o de ira, o de rabia, o frustración, o temores que están en la mente, o sea, traer eso al presente con el pensamiento...