Martes 7 de octubre - Lucas 1, 26-38. ¡Bendita tú entre las mujeres!

Bendita tú entre las mujeres. Hoy se debe a la iglesia una memoria muy entrañable que es Nuestra Señora del Rosario. Es una advocación en la que María nos invita a contemplar los misterios de la vida de Cristo de su mano. Misterios que son gozosos, dolorosos, gloriosos o luminosos, como son también los misterios de cada vida humana. Toda vida humana está llena de luz y de tinieblas, de gozo y de dolor. Y también, por qué no decirlo, aunque no lo entendamos, momentos de gloria, porque la gloria de Dios viene a visitarnos.

Hoy es un día clásico para compartir con todos la importancia que sigue teniendo el rezo del Santo Rosario. Para algunos es una oración antigua, de señoras mayores. Para otros es una oración tradicionalista, de los tradicionales que rezan el rosario. Sin embargo, para la gente sencilla, para la gente normal, para la gente que como que no pone filtros en su relación con Dios y encuentra en María el consuelo, qué cosa más sencilla y más bonita es decirle a María, bendita tú entre las mujeres, bendito es el fruto de tu vientre Jesús, Dios se sabe en María, llenares de gracia.

Es como cuando tú estás con alguien a quien quieres mucho y le dices muchas veces, qué guapa eres o qué guapo eres, cuánto te quiero, cuánto te quiero, cuánto te quiero, eso al final no cansa. Cuando tú quieres a alguien de verdad y sobre todo tienes un niño en tus brazos y te lo comes a besos y lo quieres, se lo dices muchas veces. Es una manifestación de amor a Dios a través de María.

Por eso sí, el rosario claro que no quita otras oraciones que a lo mejor nos pueden hacer mucho bien. Hay gente que dice, yo cuando rezo el rosario me distraigo tantísimo. Bueno, y yo, y quién no.

El otro día hablábamos de Santa Teresita del niño Jesús que escribía en sus apuntes, jamás he podido rezar un rosario sin distraerme. Y era una santa y es doctora de la iglesia. Bueno, pues esta santa la pobre se distrae, imagínate yo que no lo soy. Pero como decía San Juan XXIII, el peor rosario es el que no se reza. No, yo como me distraigo tanto no lo voy a rezar.

Pues tú verás, pero es una pena que teniendo esa posibilidad tan sencilla, lo puedes hacer en casa, lo puedes hacer en el coche, lo puedes hacer cuando viajas, lo puedes hacer tranquilamente en la iglesia delante del sagrario, donde quieras. Es que es una oración tan sencilla, tan bonita, tan profunda, porque anunciamos un misterio de la vida de Cristo y la vez que lo hemos anunciado de la mano de la Virgen, lo contemplamos repitiéndole cosas bonitas a la Virgen o a qué persona no le gusta que alaben a su madre.

A mí cuando hablan bien de mi madre o cuando hablan bien de mi padre es que me encanta que hablen bien de ellos porque los quiero, pues a Jesucristo. Lo que más le puede gustar es que hablen bien de su madre bendita. Con lo cual yo te insisto y creo que es algo para preguntarte, ¿no? ¿Por qué no rezar muy bien el rosario? Si no lo haces, empezar a lo mejor con un misterio y si lo haces, poner cada día más amor.