Más Madera - 210 - El Hombre del Renacimiento

Y con ellos se fue la ocasión de ayudar a esos pobres chicos.

Pues hay que atraparles.

Pero la locomotora ya no funciona.

No hay más madera.

Hay mucha madera en el tren.

Buenas y bienvenidos a Más Madera, el podcast para los amantes de los Eurogames, especialmente los más duretes.

Yo soy Iván y mi suit.

Este es el episodio 210.

Ya hemos llegado a la primera decena de la tercera centena.

Y me acompaña, como siempre, mi querido Álex, de Mi Juego, Mis Reglas.

¿Qué tal, Álex? Hola, ¿qué tal? Muy bien.

¿Qué tal tú? Nunca te pregunto, ¿eh? ¿Qué tal tú? Siempre me preguntas qué tal yo, pero soy...

Muy mal educado.

Soy fatal, fatal.

Pero es que normalmente es así, ¿eh? La gente dice, ¿qué tal estás? A los invitados y todo esto.

Pero los invitados no le preguntan al presentador, ¿qué tal estás? Bueno, normalmente los invitados...

Es raro, ¿no? Que pregunten cómo estás.

Claro, claro.

Pero tú estás aquí.

Tú no eres un invitado.

Es verdad, es verdad.

Yo ya he dejado de ser invitado.

Ya son casi dos años.

Así que...

¿Cómo huele el tiempo? Ya ves.

Así que, ¿qué tal, Iván? ¿Qué tal? Tú solo querías hacer el chiste.

Lo has estado preparando.

Hostia, tenía que verte la cara.

Es como diciendo, un momento, ¿me la has colado? ¿Me la has colado? Muy bien, te doy mis dieces.

Muy bien preparado.

¡Ay! Pues bien, estoy bien, estoy bien.

Pero me preocupo genuinamente por ti, claro.

Sí, sí.

No solo intentas meterme en esa plaza, ¿no? Sí.

Pues nada, estoy bien, estoy bien.

Estoy contento.

Me alegro.

Hoy vamos a hacer un programa, yo creo, que divertido.

Que va a estar bien.

Porque traemos un invitado, un invitado especial.

Un invitado que podría haber venido en la época anterior de Más Madera y no vino.

Igual que también podría haber ido yo a algo de lo suyo y no fui.

O por lo menos no lo he encontrado.

Luego, luego indagaremos.

Entonces ya estoy dando alguna pista.

Una pista que está despistando a la gente.

No saben de qué va la vaina.

Así que no le voy a hacer esperar más tiempo y lo voy a introducir ya.

Y nosotros que nuestro querido Germán.

Germán P. Millán.

¿Qué tal? Muy buenas.

¿Cómo estáis? Muy buenas.

Mira, él, así se entra.

Un invitado que pregunta cómo estamos nosotros, ¿no? ¿Cómo está él? Bien.

Estamos bien.

Otra vez.

Tú, estábamos comentándolo antes cuando hemos hecho la prueba de que todo estaba bien.

De que todo estaba bien.

Por el backstage que tiene ahí.

O sea, por el set up que tiene Germán para los que están viendo el vídeo o están viendo el directo.

Parece un poco como que está en la Estación Espacial Internacional porque lleva una sudadera que parece como que le falta el casco, ¿no? Y todo blanco detrás suyo.

O sea, un poco...

Estamos conectando con la Estación Espacial Internacional donde está Germán diseñando juegos como si no hubiera un mañana.

Ahí estamos, ahí estamos.

¿Qué pasa, tío? ¿Cómo te va la vida? Desde que eres un hombre famoso a nivel internacional no se te ve el pelo, nunca mejor dicho.

Nunca mejor dicho, ¿no? Pues nada, como te puedes imaginar, muy liaete, ¿no? Jugando poco y diseñando mucho, básicamente.

Bueno, eso está bien, eso está bien.

Yo me acuerdo siempre, una vez le preguntaron a Bakarino cuáles eran sus juegos favoritos y a qué juego jugaban más.

Y él decía, yo solo juego a mis juegos.

¡Madre mía! Claro, pero yo creo que al final es a lo que acaban tendiendo los diseñadores que no tienen apenas tiempo y a lo que acaban jugando es a sus juegos mientras los están diseñando.

Claro, o sea, no es que juegue a tus juegos es que estás desarrollando, básicamente.

Eso se lo preguntarían hace muchos años, claro.

Se preguntaron cuando tenía dos juegos famosos.

Ahora sigue teniendo dos juegos famosos.

Tampoco es que digamos tú que Bakarino tiene un arsenal de juegos.

No es Fell, ¿no? Un tutorial podría irse a una isla y no volver a jugar a juegos de nadie y podría no repetir en un año.

Sí, sí.

No, pero me refiero, luego le preguntaremos pero pienso yo que un diseñador de juegos tiene que jugar a cosas para no decir voy a lo que he inventado y después le digan, no, no, chaval, esto ya está inventado diez veces.

Eso ya te lo adelanto yo, eso ya pasa sin que tenga que jugar.

Ocurre, además, luego lo que pasa es que el diseñador de los juegos