Masaje y primera paja

Sal, pimienta y sexo, el trío que marca el éxito, con rigor y con talento, con humor y con mucho amor. Un programa que ahora se dice podcast. Un podcast sobre sexo. Bueno, pero si somos periodistas. Ya, pero también amamos. ¿Y cuánto dura? Lo que tenga que durar. Y a ti, ¿cómo te gusta que te lo hagan con sal y con pimienta? Ante todo, con muda limpia. Bueno, te lo tengo que decir. Me han dado un masaje. ¿Te han dado un masaje erótico? Ay, de verdad. Hay más masajes que no sean el erótico, pero bueno, casi que sí, casi que sí, casi que sí. ¿Hay más vida? ¿Hay más vida? ¿Hay algo más allá del erotismo y del sexo? No lo puedo creer.

No, no hay nada más. No hay nada más. Lo que pasa es que nos conformamos con los sucedáneos. ¿Te han dado un masaje sucedáneo? Si los masajes puros son los masajes sexuales, sí me han dado un sucedáneo. Si los masajes son masajes simplemente, pues me han dado un buen masaje. ¿Te han dado un buen masaje? Bueno, perdí aceite como esa boba. A ver, a ver, a ver, cuéntame detalles porque todo esto no me lo esperaba yo. ¿De dónde has sacado a esa persona que te ha masajeado? ¿Me regalaron un masaje? No, no pongas caras de extrañas que me lo regaló una amiga. Y no fuiste tú.

No, yo no. No, fue una amiga que me dijo creo que te vendrá bien porque te veo un poquito estresada. Ah, vale, te han dado un masaje profesional. Un masaje profesional, sí, sin final feliz. ¿Y cómo ha sido el final? El final ha sido horrible. Esto no está sonando nada bien, ¿eh? Porque un masaje sucedáneo o no era sucedáneo al final. Bueno, un masaje con final horrible. No, horrible las consecuencias del masaje. ¿Qué consecuencias? Bueno, te voy a empezar a contar. ¿Te quedaste dormida? El masaje fue bien. ¿Te lo dio un hombre? ¿Te lo dieron unas manos ahí masculinas, musculadas? No, me lo dio una mujer y bastante menudita.

Eran unas manos pequeñas. Yo no sé tú, pero yo cuando me masajean cierro los ojos, pero la sensación en el cuerpo era que las manos eran pequeñas. Llegué cinco minutos tarde. Porque te hiciste la dura, como en cualquier cita, mujer. Dijiste, mira, esto es lo más parecido que voy a tener una cita y lo más parecido a un tocamiento de cuerpo. Efectivamente, dije, voy a hacer el completo, voy a llegar tarde. Fuiste guapísima, te pusiste muda limpia, por supuesto. Yo que no llego tarde nunca y a esto llego tarde.

Es por eso, porque tu subconsciente te decía, esto es una cita y te hiciste un poquito la dura. Llegué y ella estaba en jarras. Cuando es cuando cruzas los brazos. En jarras es cuando te los pones en los laterales y cruzados. Estaba de brazos cruzados. Estaba de brazos cruzados esperándome casi con el pie haciendo tiqui tiqui tiqui como la señorita Rottenmayer.

Como, niña, has llegado tarde. Y yo le dije, sí, lo sé, he llegado tarde, como una niña buena. He llegado tarde, quítamelo del final. Y yo creo que por eso no fue feliz, porque me lo quitó del final. ¿Fue infeliz o qué pasó? No, el masaje fue perfecto. Me dieron por delante y por detrás. Bueno, en un masaje, ¿vale? En un masaje profesional, en un lugar profesional. Y no hablamos de sexo en ningún momento. ¿Te excitaste o estabas tú ahí en modo neutro? Sí, en modo disfrútalo, pero disfrútalo porque te están tocando.

No, en ningún momento. Solo hubo un momento en el que pegué un respingo. ¿Qué te tocaron? ¿Se te bajó ahí una manita hacia el bubis y dijiste, ya está, ya está, he ligao, he ligao, he ligao? ¿Con una chabala por primera vez? ¿Te gustó? ¿Era interesante? Pues si te digo la verdad, no la reconocería si la viera en la calle, porque como te baja la luz y es un momento. Y yo llegué tarde y estaba un poco roto en Mayer y al salir, adiós, adiós, pues si me la vuelvo a cruzar, mira que me ha tenido desnuda en su camilla.

Lo siento muchísimo por la persona que me ha tenido desnuda en su camilla, pero no la reconocería por la calle. Además, van con uniforme, entonces las uniformiza. Y yo allí desnuda que también nos uniformizará, porque al final los cuerpos desnudos todos se parecen. Hacía mucho entonces que no te tocaban el cuerpo y por eso hoy, como no te leías una historia de una cita a un encuentro sexual desorbitado, has dicho, bueno voy a meter esto del masaje y a ver si lleno el podcast con esto.

Acalzador he estado. Hubo un momento en el masaje que las tetas me las taparon bien pudorosamente, muy pudoroso, que me tocaron el abdomen para relajar el abdomen y yo, espera, espera, un respingo.